La Nación (Costa Rica), David Delgado y Alfonso Quesada, 23.11.2013
El suicidio del “líder espiritual” de una secta en la comunidad Dúrika, 24 kilómetros al noreste de Buenos Aires de Puntarenas, deja dolidos a sus seguidores, luego de que este se ahorcara en una patrulla.
German Cruz Villanueva Beita, de 49 años, fue detenido el jueves por ser sospechoso de abuso sexual contra dos menores de 15 y 17 años y otra mujer, de 40, así como del ejercicio ilegal de la medicina. Por esto, le impusieron tres meses de prisión preventiva.
Francisco Segura, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), explicó que mientras trasladaban al detenido en la perrera, desde Buenos Aires hacia una cárcel en Pérez Zeledón, Villanueva hizo un lazo con sus medias, las amarró a un tubo en el techo del vehículo y se asfixió al lanzarse hacia adelante.
Eduardo Murillo, fundador de esa comunidad, que es integrada por unas 22 personas entre niños y adultos, manifestó que no quieren hablar de las acusaciones que “unas pocas personas” hicieron contra Villanueva.
“Si usted pregunta aquí sobre German, solo va a escuchar cosas buenas y positivas. Fue un gran hombre”, expresó Murillo cuando un equipo de este diario llegó ayer a Dúrika, hacia las 10:45 a. m., después de casi hora y 15 minutos de viajar por una trocha.
German Villanueva fundó, hace 23 años, esa reserva biológica privada para preservar los recursos naturales.
Dana Coon, una joven canadiense, quien lleva ocho años de vivir allí, es parte de la administración de la Fundación Dúrika.
“Es un golpe muy duro (la muerte del ‘maestro espiritual’), pero esperamos recuperarnos para seguir adelante y continuar con los ideales de nuestro líder. Él luchó toda su vida por sus ideales, no queremos referirnos a sus asuntos personales”, expresó Coon.
Proyecto. Eduardo Murillo comentó que conoce muy bien a German porque hace 23 años diseñaron el proyecto en Dúrika. “Siempre lo recordaremos por su franqueza, por su amor al prójimo, por el amor por la naturaleza y por tantas bondades que siempre emanaba”, afirmó Murillo.
Este seguidor asegura que una integrante de la comunidad, que se fue, quiso hacerle daño a Villanueva. Según dijo, aparentemente, se trata de una mujer con la que el “líder espiritual” habría tenido una relación.
Durante la visita de este diario a la comunidad, casi todos los pobladores tuvieron libre; es decir, no hubo clases en la escuela ni se realizaron trabajos agrícolas, para que todos pudieran estar cerca de la familia de German.
“Él (German) estuvo aquí en Dúrika hasta el pasado miércoles, cuando salió para Buenos Aires a realizar unas vueltas. Él luchó toda su vida por lograr constituir este proyecto que hoy sobrepasa fronteras. Aquí vivimos en armonía con la naturaleza, somos conservacionistas y autosuficientes, pues producimos todo lo que nos comemos.
”Poseemos nuestra propia escuela privada, colegio, centro de salud, universidad. Aquí el 90% de la población es profesional”, dijo Eduardo Murillo.
Dana Coon contó que a German le habían detectado un cáncer muy agresivo hace unos tres meses. “Los médicos le habían dicho a él que no tenía cura, quizás, esto lo llevó a tomar una decisión tan fuerte, pues amaba la libertad, y no quiso ver el desenlace de lo que se le venía”, manifestó la joven.
Visita. Un reportaje de la periodista de La Nación , Yuri Lorena Jiménez, publicado el 29 de agosto de 1999 en la Revista Dominical, describe el modo de vida de los miembros de la comunidad Dúrika, donde sus miembros trabajan, estudian y duermen.
En esa ocasión, German Villanueva estuvo explicando cómo funciona esa ermitaña civilización. “Decenas de rústicas cabañas desperdigadas en la ladera, en medio de corrales de cabras, gallineros, sembradíos y viveros, yacen inmersas en un cúmulo de nubes caprichosas que, al dispersarse, dejan al descubierto un paisaje montañoso casi hipnótico”, menciona la publicación.