RICARD GONZÁLEZ. Especial para EL MUNDO| 6.04.2008|

WASHINGTON.- En respuesta a una denuncia de abuso sexual a una chica de 16 años, la Policía de Texas, acompañada de trabajadores sociales del servicio de protección del menor, realizó anteayer una redada en el rancho de una secta poligámica del oeste de Texas, llevándose a 52 niñas en situación de riesgo.

Las autoridades del Estado contaban también con una orden de arresto de un hombre que, en el momento de la redada, no se encontraba en el recinto.

Las menores tenían edades comprendidas entre los 6 meses y los 17 años. En total, 18 de ellas fueron puestas bajo custodia legal del Estado de Texas al considerarse que están en peligro de daño inminente. «Estas niñas son las que creemos que han sufrido abusos o están en riesgo inminente de sufrir daños, por lo que no es seguro que permanezcan en el recinto», ha informado Marleigh Meisner, portavoz del Departamento de Protección del Menor del estado. En este momento, se está buscando un alojamiento definitivo para las chicas, que en muchos casos no han tenido prácticamente contacto con el mundo exterior. «Estamos muy atentos a cuáles son sus necesidades», ha afirmado Meisner.

Las otras 34 niñas se encuentran ahora en un centro cívico, donde están siendo sometidas a una investigación para determinar si alguna de ellas puede estar también en situación de riesgo. «Continuaremos hablando con ellas hasta que podamos determinar si han sufrido abusos o están en riesgo de sufrirlos de forma inmediata», ha declarado Darrell Azar, uno de los responsables de la agencia que vela por los derechos de los menores.

El procedimiento seguido es el habitual en los casos de sospecha de abusos contra niños, en los que éstos se llevan a un lugar neutral donde poder investigar con profundidad su caso. La única diferencia en las actuales circunstancias es la cifra de posibles víctimas, que ha impedido que se alojen todas en las dependencias del servicio de atención al menor y ha obligado a llevarlas a un centro cívico. Los niños que se encontraban en el recinto permanecieron allí, pero serán también interrogados durante los próximos días.

Iglesia fundamentalista

La secta en cuestión se llama Iglesia Fundamentalista de los Santos de los Últimos Días y es una escisión de la iglesia mormona que data de 1930. El motivo de la escisión fue que la iglesia mormona abandonó en 1890 la práctica de la poligamia, que desde 1904 se castiga con la excomunión.

La intervención de la policía se gestó tras recibir una llamada, el pasado lunes, en la que se denunció el abuso sexual de una chica de 16 años. Las autoridades estatales realizaron una primera inspección el jueves, en la que realizaron entrevistas a los miembros de la citada secta. Al día siguiente, volvieron con la correspondiente orden judicial para realizar una redada con el objetivo de encontrar documentos relacionados con la boda de una chica de 16 años y un hombre de 50. Los tribunales también emitieron una orden de arresto de una persona que actualmente se encuentra en paradero desconocido.

El rancho donde se encontraban las niñas está situado en el término municipal de Eldorado, a unos 200 kilómetros de la ciudad de San Antonio. Las autoridades del estado dijeron no conocer cuántas personas vivían en el recinto antes de la redada, pero sus estimaciones en del año 2006 las cifraban en 150.

El rancho, llamado Anhelo de Zion, fue comprado hace cuatro años por 465.000 euros actuales, cuando el líder de la secta, Warren Jeffs, decidió trasladarse de su sede tradicional, en la frontera entre los estados de Utah y Arizona. El recinto está formado por un gran templo de reciente construcción y varios edificios distribuidos en forma de dormitorios.

Violación e incesto

Warren Jeffs ha sido el líder de la Iglesia Fundamentalista desde 2002, cuando murió su padre. En noviembre, Jeffs fue sentenciado a 10 años de cárcel en el Estado de Utah como cómplice de la violación de una niña de 14 años, a quien había casado con su primo de 19 años en 2001. El líder de la mencionada secta también se encuentra procesado en Arizona como cómplice de incesto, tras haber organizado y oficiado la boda de dos menores de edad con dos familiares suyos adultos.

La redada de la Policía ha recordado a la que tuvo lugar hace 15 años en otro rancho de Texas, situado en la localidad de Waco. En aquella ocasión, el asalto se saldó con la muerte de 76 de los habitantes del rancho. Probablemente, muchos de ellos por suicidio, según determinaron las autopsias. Esta vez, sin embargo, los residentes en el rancho han actuado de forma «muy cooperativa», según han informado las autoridades de Texas.

«Las medidas que hemos tomado hoy no van dirigidas contra una religión o un modo de vida», ha aclarado Darell Azar, del servicio de protección al menor. «Nuestro interés único es proteger a los niños del abuso y la negligencia. Eso es lo que hemos hecho», añadió Azar.

Según Randy Mankin, propietario de un periódico local, la caída en desgracia de su líder, Warren Jeffs, no ha tenido consecuencias importantes sobre el funcionamiento de la secta, que ha continuado expandiendo las construcciones del rancho. «Eso no les ha parado ni una gota. De hecho, más bien lo ha acelerado. En cuatro años han sido capaces de construir una ciudad dentro de la ciudad», afirma Mankin, que explica que algunos hombres de la congregación se acercan al núcleo urbano para hacer sus compras, pero que raramente se ve por la ciudad de Eldorado a sus mujeres y niños.

Más de 70 años de historia y 10.000 fieles

WASHINGTON.- La Iglesia Fundamentalista de los Santos de los Últimos Días es una secta que cuenta con más de 70 años de historia y alrededor de 10.000 miembros. Su feudo tradicional han sido las ciudades de Colorado City y Hilldale, situadas muy cerca una de la otra, la primera en el estado de Arizona, y la segunda en Utah. Además, la secta también está implantada en Bountiful, en la región canadiense de British Columbia.

Su creación se produjo después de que decenas de mormones fueron excomulgados durante la década de los 20 por continuar practicando la poligamia, prohibida en 1890. Los líderes de la Iglesia son considerados profetas. Sus miembros están sometidos a un rígido código de comportamiento que, por ejemplo, prohíbe a las mujeres maquillarse o usar pantalones.