Tages-Anzeiger, Hugo Stamm, 23.10.1999 [Traducción de Miguel Perlado]

 En un proceso en Basilea dos cienciólogos fueron absueltos por sorpresa. La resolución podría volverse en su contra como un bumerán.

La nueva ley del cantón Basilea-ciudad que prohibe la captación engañosa en su territorio, no ha superado su prueba de fuego. El viernes pasado, el juez del Juzgado de lo Penal de Basilea absolvió a dos cienciólogos por errores de forma. Muchas veces estos habían abordado de forma agresiva a transeúntes y se les condenó a una multa de 500 Francos suizos, contra la que reclamaron.

La absolución  no es del todo satisfactoria para los cienciólogos, ya que el juez declaró en la motivación del fallo que el reparto de pruebas de personalidad por los cienciólogos formaba parte de una estrategia de venta general y que, por lo tanto, era una actividad comercial. El propósito de estas actividades consiste en vender cursos y materiales a precios exorbitantes, como demostraba el ejemplo de uno de los demandados. Pues éste afirmó que él mismo había gastado unos 15.000 francos suizos  por esta clase de “servicios religiosos”.

Por lo tanto el juez no calificó la captación  de una actividad idealista o religiosa, sino como una actividad comercial. De modo que no se le puede aplicar la nueva ley, más bien había que imputarles competencia desleal. Puesto que esta secta lucha con todos sus medios por ser considerados como una iglesia, el fallo podría hacer más daño de lo parece a primera vista. Pues ahora, se puede valorar la captación como una actividad comercial y los “misionarios” deben tener presente que se les castigará con cadenas más severas por el delito de competencia desleal.

A los cienciólogos se les puede demandar judicialmente en todas partes

El juez les absolvió por motivos de forma. El Fiscal no había señalado con suficiente precisión  los datos que exige la ley acerca de la captación engañosa y desleal, sino que hasta en el juicio oral no había presentado estos argumentos.

La defensa criticó que de esta forma se había violado el principio básico de demanda, puesto que no se pudo preparar a los nuevos reproches. El juez le dio la razón  y declaró que la nueva ley no se podía aplicar a este caso. No obstante, hizo entrever que los cienciólogos debían prepararse para recibir un fallo condenatorio, ya que ahora habían sido demandados por competencia desleal. Esto significa que los miembros de la secta se les puede denunciar en todo Suiza, no sólo en Basilea.