León Noticias (España), Joana Serra, 1

La Policía alemana desmanteló a un grupo en que se mezclaron activistas antivacunas y ultraderechistas de los llamados ‘Ciudadanos del Reich’, cuyo propósito era secuestrar al ministro de Sanidad, el socialdemócrata Karl Lauterbach, y sembrar el caos con atentados contra torres eléctricas en todo el país. «Estamos ante un grupo en que confluyen defensores de teorías de la conspiración, contrarios a las vacunas contra la covid y radicales como los ‘Ciudadanos del Reich’», advirtió el jefe de la Policía de lo Criminal del ‘land’ de Renania Palatinado, Johannes Kunz.

La fiscalía de ese ‘land’ en el oeste del país, coordinó el operativo, en que se registraron 50 domicilios y se detuvo a cuatro individuos, entre ellos su cabecilla, un hombre de 55 años. Asimismo se abrió sumario contra doce sospechosos de integrar el grupo.

Se les imputan planes para secuestrar al político, lo que incluía «desarmar» a sus guardaespaldas. Lauterbach es un virólogo defensor de la máxima cautela contra la pandemia. Se convirtió en ministro con la formación del gobierno de Olaf Scholz, pero había sido ya presencia destacada en los medios alemanes durante la gestión de la crisis de la conservadora Angela Merkel.

Se imputa además al grupo haber tramado sabotajes y atentados contra torres eléctricas, con el objetivo de provocar un apagón y desatar el pánico. Aspiraban a crear «situaciones parecidas a una guerra civil», según la fiscalía, e incluso a derogar el orden constitucional alemán.

En el curso de los registros realizados tanto en ese ‘land’ como en Baviera, al sur, y Brandeburgo, junto a Berlín, se han incautado 22 armas, entre ellos varios Kalashnikov, munición, lingotes de oro, monedas de plata y divisas, además de teléfonos móviles y pasaportes covid falsificados.

Se comunicaban a través de un chat llamado Patriotas Unidos, o también ‘Deutschland Tag X’ -Alemania Día X-, con unos 70 integrantes. En sus comunicaciones se intercambiaban planes para «derribar» el orden constitucional y celebraban como un héroe al presidente ruso Vladímir Putin, quien a su parecer además de marchar sobre Ucrania debería hacerlo sobre Alemania.

Los ‘Reichbürger’ o Ciudadanos del Reich es un grupo radical que no reconoce ni las fronteras, ni las autoridades ni la Constitución de la República Federal de Alemania (RFA). Existe desde los años 80, aunque que fue a partir de 2013 cuando empezaron a ser tomados en serio por los servicios secretos de Interior. Hasta entonces era considerado un grupo algo esotérico, sin estructura ni militancia clara. En 2020 protagonizaron un amago de «asalto» a la sede del Bundestag, el Parlamento alemán, precisamente al término de una marcha de protesta contra restricciones entonces vigentes por la covid.

Los servicios secretos de Interior han alertado reiteradamente de su capacidad de mimetizarse con los más diversos movimientos de protesta. Las movilizaciones de los antivacunas o los ciudadanos descontentos con las restricciones, en los momentos más álgidos de la pandemia, fueron terreno abonado para el conjunto de la ultraderecha alemana. Su único brazo parlamentario es Alternativa para Alemania (AfD), actualmente la quinta fuerza del Bundestag, pero que en la anterior legislatura, bajo la gran coalición de Merkel, tuvo rango de líder de la oposición. En el ámbito extraparlamentario cuentan con múltiples plataformas, desde grupúsculos neonazis a las llamadas «camaraderías» o células radicales de ámbito regional o local.

El propio Lauterbach expresó su «consternación» al saberse objetivo de esos planes. Afirmó, sin embargo, que ello no condicionará su actividad pública, ya que se considera «bien protegido» por las fuerzas de seguridad alemana.

«La lucha contra la pandemia está siendo instrumentalizada por los enemigos del Estado para tratar de destruir la democracia», escribió, a través de su cuenta en twitter. Justamente dos días atrás, el ministro había colgado un vídeo con una protesta de medio centenar de antivacunas justo por delante de su casa.

Los movimientos antivacunas llegaron a juntar decenas de miles de seguidores cuando se cerró la vida pública por la covid. En algunos casos sus protestas derivaron en disturbios, por desafiar a los poderosos operativos policiales desplegados en esas convocatorias.

En los últimos tiempos han perdido virulencia, pero siguen desarrollándose los llamados «paseos ciudadanos» contra las restricciones, inclusive ahora que éstas han quedado prácticamente suprimidas en su totalidad.