El Nuevo Herald (Estados Unidos), Lautaro Grinspin, 11.02.2021

El pastor de una iglesia hispana en Homestead compartió su preocupación sobre la vacuna contra el COVID-19, hablando detenidamente a su congregación sobre la “marca de la bestia” y del posible ascenso al poder de un gobierno “totalitario y satánico”.

Parado frente a una gran pantalla donde se proyectaban imágenes de bestias con cuernos y microchips insertados a través de jeringas dentro del cuerpo de las personas, Albert Ixchu, pastor fundador de la Iglesia Fraternidad de Fe, hizo sus comentarios durante un sermón dominical pronunciado el 17 de enero, como lo demuestra un video en YouTube.

Sus palabras son solo un ejemplo del tipo de escepticismo sobre las vacunas que se ha estado difundiendo recientemente desde el púlpito de algunas iglesias evangélicas en Miami-Dade. Es un fenómeno que, según varios líderes comunitarios, podría impactar la tasa de vacunación entre los hispanos, ya que las objeciones basadas en la religión magnifican la ola de desinformación y desconfianza en torno a la vacuna contra el COVID-19 en los grupos latinos.

Entre aquellos líderes locales se encuentra Lis-Marie Alvarado, directora de programas del American Friends Service Committee (AFSC), una organización pro-inmigrante sin fines de lucro que ha ayudado a organizar clínicas de prueba de COVID-19 gratuitas en las zonas rurales del condado de Miami-Dade.

Ella dice que las inquietudes de la comunidad que su organización ha registrado sobre la vacuna COVID-19 están “principalmente relacionadas con la religión”.

“Dicen que es la marca del diablo. Si te la dan, serás controlado y estarás entregando tu vida a Satanás. ¿Cómo uno puede luchar contra eso?” dijo. “Para la mayoría de la gente, lo que dice el pastor es como lo que dice Dios … Tienen mucha influencia”.

En respuesta al sermón de Ixchu del 17 de enero, un ex feligrés de Fraternidad de Fe, que pidió permanecer en el anonimato porque tiene familiares muy involucrados en la iglesia, le dijo al Herald que las afirmaciones del pastor relacionadas con la vacuna “van a causar algunas situaciones peligrosas.”

“Mis familiares ya han dicho que rechazarán la vacuna. Sus amigos, gente de la iglesia, ya están diciendo lo mismo”, dijo. “No he visto a mi familia en persona desde que comenzó la pandemia y parece que no los veré durante bastante tiempo más después de enterarme de esto.”

A medida que los meses invernales traían picos de nuevos casos de COVID-19 registrados en el sur de Florida, los pastores de congregaciones grandes y pequeñas continuaron difundiendo el escepticismo sobre las vacunas, así como declaraciones que minimizan el riesgo de la pandemia.

En diciembre, el pastor Guillermo Maldonado generó titulares internacionales cuando le dijo a su congregación en el Ministerio Internacional El Rey Jesús de Miami que las vacunas contra el COVID-19 se usarían para rastrear personas y “alterar su ADN”, una afirmación que se ha probado falsa.

“No se ponga la vacuna. Crean en la sangre de Jesús. Crean en la inmunidad divina”, agregó Maldonado, quien tuvo como invitado al presidente Donald Trump en el lanzamiento de la coalición “Evangélicos por Trump” en enero del 2020.

Ruddy Gracia, líder de otra megaiglesia en Miami, el ministerio Segadores de Vida de Southwest Ranches, ha hecho comentarios similares.

También en diciembre, el pastor Noe Miniel, de la Iglesia de Dios Pentecostal dijo: “Se dicen muchas cosas de la vacuna. Se dice que hay un 95% de probabilidad de que si [funciona]. Yo no quiero estar en el 5%. Puede tener efectos secundarios. También se dice que hay un grupo de personas que van a fallecer… Este año del coronavirus nos ha demostrado que la gente es capaz de entregar su libertad al sistema a nivel mundial”.

En la Iglesia Cristiana El Deseado de las Naciones, en Homestead, el pastor Aníbal Flecha utilizó parte de su sermón del 24 de enero para criticar a los medios de comunicación por avivar el miedo con su cobertura de la pandemia.

“El miedo es el arma que satanás está usando para matar a la gente”, dijo. “Si te contagias no tengas miedo… Dios no te va a abandonar en ningún momento”.

Desconfianza sobre la vacuna entre latinos

A nivel nacional, la evidencia del escepticismo acerca de las vacunas entre los latinos se produce en el contexto de una pandemia que ha tenido un gran impacto negativo en las comunidades hispanas. Según datos del CDC, los hispanos son cuatro veces más propensos de ser hospitalizados por COVID-19 y casi tres veces más propensos de fallecer de la enfermedad que las personas blancas.

Y todos los días, los trabajadores inmigrantes continúan exponiéndose al virus al propulsar de manera desproporcionada las industrias consideradas esenciales, desde la agricultura hasta la atención médica.

En South Dade, muchos trabajadores agrícolas con reticencia a recibir la vacuna citan su fe religiosa como factor determinante, dice Claudia González, organizadora en Homestead de la Asociación de Trabajadores Agrícolas de Florida.

González, ella misma una ex trabajadora agrícola, pasó el último mes encuestando a los trabajadores agrícolas de Miami-Dade para evaluar el nivel de interés de la comunidad en la vacuna contra el COVID-19.

Hasta ahora, González dijo que ha hablado con unas 200 personas. Aproximadamente el 35% indicó que no planeaba vacunarse y otro 35% dijo que no estaba seguro. Solo el 30% indicó que estaría interesado en vacunarse.

Sus hallazgos concuerdan aproximadamente con los estudios realizados a nivel nacional. Por ejemplo, una encuesta reciente de la Kaiser Family Foundation encontró que el 26% de los latinos dijeron que se vacunarían lo antes posible, en comparación con el 40% de los encuestados blancos. El 43% de los hispanos dijeron que “esperarían y verían” y el 18% indicó que “definitivamente no” recibirían la vacuna, un porcentaje más alto que el de los encuestados blancos y negros.

“Mi preocupación en cuestión de la vacuna es que siento que la comunidad está muy revuelta con esto”, dijo González.

“Ha habido varias personas que han dicho que lo dejan a la fe… Que no se quieren vacunar porque creen que es algo conspirativo”.

Pero existen otros tipos de miedos sobre la vacuna.

A menudo, según González, ella habla con personas que, como su propia madre, desconfían de las vacunas en general. O les preocupa específicamente la velocidad con la que se desarrollaron las nuevas vacunas contra el COVID-19.

González también señaló que la extensa cobertura de los medios locales sobre un médico de Miami Beach que murió el 3 de enero, unas dos semanas después de recibir su vacuna contra el COVID-19, es frecuentemente citada como un factor que contribuye al escepticismo de algunas personas. (La Oficina del Médico Forense aún no ha finalizado su investigación sobre la causa de la muerte en cuestión).

Otros elementos que podrían reducir las tasas de vacunación entre latinos e inmigrantes incluyen el nuevo requisito de prueba de residencia del estado.

Combatiendo la desinformación

Pero son los efectos de la desinformación lo que más aumenta la desconfianza sobre las vacunas entre los inmigrantes latinos. Los rumores exagerados y las teorías de conspiración sobre los riesgos de la vacuna se comparten en las redes sociales, y circulan ampliamente en los chats de WhatsApp, grupos de Facebook y canales de YouTube, señala González. A veces, esos mensajes son reforzados por los pastores de algunas iglesias evangélicas.

Para combatir la desconfianza anti-vacuna en sus comunidades, las organizaciones sin fines de lucro locales están modificando sus prioridades e invirtiendo tiempo y esfuerzo en iniciativas para combatir la desinformación.

La organización pro-inmigrante WeCount!, por ejemplo, ha enviado personal a lugares en South Dade donde se reúnen los jornaleros, para distribuir información sobre la prevención del COVID-19 y la vacuna. La organización también está transmitiendo anuncios de servicio público sobre las vacunas en su estación de radio comunitaria y está desarrollando más material para abordar los mitos comunes y proporcionar recursos e información sobre el proceso de vacunación.

“Creo que la información errónea sobre las vacunas es un gran problema aquí en el sur de Florida”, dijo Oscar Londoño, director ejecutivo de WeCount! “Si no abordamos esa desinformación y la desconfianza en las vacunas, ninguna distribución de vacunas a gran escala será eficaz porque las personas, aunque tengan acceso a la vacuna, no se vacunarán”.

El American Friends and Service Committee es una de las muchas organizaciones sin fines de lucro que está divulgando información sobre las vacunas al mismo tiempo que organiza campañas para presionar a la administración de DeSantis para que dé prioridad a los trabajadores esenciales en la próxima fase de vacunación.

“Es agotador que además del desafío real de tener que negociar nuestros derechos con la administración, también tengamos que lidiar con la desinformación que es intencional, no solo por las redes sociales sino también, para nosotros y nuestra gente, las iglesias evangélicas”, dijo Alvarado.

A nivel nacional, la movilización contra la desinformación sobre las vacunas incluye personalidades influyentes dentro de la comunidad evangélica hispana.

Según el pastor de Orlando Rev. Dr. Gabriel Salguero, quien encabeza la Coalición Nacional Evangélica Latina (NaLEC), una red de miles de instituciones religiosas que incluye varias iglesias del sur de Florida, su organización se ha asociado con el Ad Council, una organización sin fines de lucro que produce anuncios de servicio público, para crear una campaña educativa dirigida a los evangélicos latinos. El objetivo es explicar por qué es importante estar vacunado y disipar los conceptos erróneos sobre la vacuna.

“Creo que la gente tiene derecho a hacer preguntas. Necesitamos facilitar respuestas a las preguntas de la gente. Si podemos utilizar nuestros púlpitos y nuestras plataformas para compartir información confiable en colaboración con los expertos en salud, creo que podemos ayudar a nuestra comunidad”, dijo.

“Somos pastores, no podemos y no debemos involucrarnos con las teorías de conspiración”, agregó. “Debemos hacer un esfuerzo intencional y transparente basado en dos cosas: la verdad y la ciencia, y luego dejar que la gente tome una decisión”.