Newtral (España), Marta Gutiérrez San Blas, 30.08.2022
Bots, inversión en creación de sitios web o rastreo y bloqueo de informaciones críticas. Estas son algunas de las herramientas digitales de las que se valen las sectas digitales o sectas 3.0 en España, que utilizan las nuevas tecnologías para captar adeptos.
La revelación de los presuntos vínculos desde hace 26 años entre el artista Plácido Domingo con la Escuela de Yoga Buenos Aires ha vuelto a poner sobre la mesa si la preocupación por el crecimiento de las sectas es una realidad similar a España.
Citar un número exacto de sectas y adeptos en el país es casi imposible debido a cómo operan este tipo de grupos y a la falta de legislación específica. Miguel Perlado, psicólogo clínico especialista en sectas que coordina el Grupo de Trabajo sobre Derivas Sectarias del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC), apunta que las extrapolaciones deducidas de los estudios indirectos poblacionales estiman, a la baja, casi un 1% de población afectada. Esto se traduce en, al menos, 400.000 personas.
Desde el gabinete de prensa de la Policía Nacional explican que no cuentan con datos oficiales sobre el número de organizaciones sectarias dado que la legislación no es suficientemente concreta y las denuncias llegan a través de otros delitos de estos grupos. “Nosotros actuamos en cuanto a las denuncias que tenemos, que suelen ser las relacionadas con estafas o incluso de desapariciones, y a raíz de ello se detecta la presencia de estos grupos”, subrayan.
Lo que sí parece claro es que sus estrategias han cambiado y ahora aprovechan los recursos digitales para maximizar la captación de adeptos y llevar a cabo los propios delitos que menciona la Policía.
Nacen como grupos coercitivos digitales pero buscan encuentros en persona
Una secta es una organización o comunidad cerrada que aparenta promover fines de carácter espiritual con el fin de ejercer un poder absoluto sobre los adeptos en beneficio del líder, según el Diccionario de la Lengua Española. Sin embargo, los grupos sectarios convencionales requerían de la presencia física del individuo para su captación.
Perlado explica que la deriva sectaria digital en España (sectas electrónicas o 3.0) aparece cuando se cumplen cuatro puntos clave. Son los siguientes: sectas o grupos que tienen su origen en Internet, aunque su desarrollo contempla también los encuentros físicos u offline, hacen uso de recursos tecnológicos para la atracción de nuevos devotos o para la comunicación cotidiana o control de sus miembros y emplea estos mismos para devaluar a la persona si hay riesgo de que abandone.
Las sectas 3.0 pagan para bloquear las críticas en Internet
El especialista subraya que estas sectas también emplean recursos informáticos como bots u otros sistemas para derivar usuarios hacia sus plataformas web e incluso pagan para bloquear aquellos contenidos en los que hay informaciones negativas sobre su grupo. “Destinan personas, tiempo y dinero a rastrear y bloquear las críticas”, señala.
Perlado explica que hacen uso extensivo de todos los recursos existentes a nivel digital: sitios web, canales de vídeo, podcast, etc. “Las sectas de corte esotérico y ufológico (lo asociado con los ovnis) son algunas de las que mayor penetración han podido tener en Internet”, añade.
“Ahora en plataformas como TikTok regularmente aparecen contenidos relacionados con brujería, y aunque esto no quiere decir que sean sectas, se pueden convertir en un caldo de cultivo a través del cual estos grupos coercitivos encuentren adeptos”, afirma. En otras palabras, las redes sociales funcionan como elemento conductor de propuestas o ideas.
Desde la Policía Nacional apuntan que aunque siempre se han utilizado diversas vías de captación, “lógicamente en la época digital que vivimos hay determinadas sectas que utilizan las redes sociales como métodos para conseguir adeptos”.
Los adolescentes son el grupo de edad con más riesgo de convertirse en víctimas de estas organizaciones
La adolescencia está considerada la franja de edad en la que hay un mayor riesgo de formar parte de una secta. El experto explica que aunque se consideran nativos digitales, no llegan a ser conscientes de estos peligros, por lo que es necesario acompañarlos en el uso de las tecnologías y ayudar a poner límites sin llegar a controlarlos.
Sin embargo, también hay perfiles de riesgo en adultos que tienen que ver con personas en situaciones vitales complejas, duelos, separaciones, soledad o vulnerabilidad. El experto señala un tercer grupo, que serían aquellos individuos con trastornos de personalidad.
La Policía Nacional ha puesto en marcha nuevas vías para investigar la presencia de estos grupos en España. Se trata de un canal de correo electrónico en el que los ciudadanos pueden comunicar de manera anónima y confidencial este tipo de delitos a un grupo de especialistas de la Comisaría General de Información.
Lo han hecho tras una última operación en la que se detuvo a nueve integrantes de una comunidad hermética que anulaba la voluntad de las víctimas. Según indica la propia nota de prensa, el grupo estaba cometiendo distintos delitos bajo pretextos esotéricos y sanatorios. Su líder persuadía a los adeptos para mantener privilegios económicos y sociales tanto para él como para su familia. Se autodenominaba el “enviado de Dios”.