JOSÉ REINOSO – El País, Pekín – 14/06/2006
El Gobierno chino acusó ayer a España de injerencia por conceder asilo a dos miembros de nacionalidad china del movimiento espiritual de inspiración budista Falun Gong, a los que su Embajada en España se ha negado a renovar el pasaporte. «China tiene una posición muy clara en lo que respecta a Falun Gong, y rechazamos cualquier intromisión extranjera en los asuntos internos de China bajo el pretexto de los derechos humanos», dijo Jiang Yu, portavoz del Ministerio de Exteriores.
La reacción de Pekín se produce después de que el Ministerio del Interior español haya decidido otorgar asilo a dos ciudadanos chinos, que temen que si regresan a su país para renovar el pasaporte, como les han exigido las autoridades chinas, puedan ser objeto de persecución.
El Gobierno del país asiático considera Falun Gong una secta. La organización fue prohibida en 1999 por orden del entonces presidente, Jiang Zemin, quien pensó que la amplitud que estaba adquiriendo suponía una amenaza para el poder del Partido Comunista. Desde entonces, han muerto entre varios cientos y varios miles de sus integrantes en custodia, debido a torturas, abusos y negligencia, según el informe anual de derechos humanos del Departamento de Estado estadounidense publicado en marzo pasado. Falun Gong asegura que tiene 100 millones de seguidores en todo el mundo; de ellos, 70 millones en China, donde es tachado por las autoridades de «culto diabólico».
El Gobierno chino volvió a calificar de «calumnias» las acusaciones que investiga la Audiencia Nacional sobre el supuesto genocidio en Tíbet y contra Falun Gong cometido por varios líderes, y dijo que están motivadas por razones políticas, y que su único objetivo es «dañar la imagen internacional de China y las relaciones bilaterales entre España y China».
La portavoz de Exteriores declinó aclarar qué espera China que haga el Gobierno español en un asunto que es competencia de los jueces, o qué medidas podría tomar Pekín si el desarrollo de las dos causas sigue adelante en los tribunales. «No tengo más información que añadir», zanjó.