El Periódico Mediterráneo, 25.09.2011

La creciente medicalización de dolencias menores o banales, que refleja un aumento de la intolerancia social a achaques comúnmente aceptados, es un fenómeno del que alertan muchos profesionales sanitarios. Esta preocupación desenfocada sobre la propia salud ha favorecido la propagación de los productos milagro.

La legislación española prohíbe taxativamente, con criterio lógico, que estos preparados, para los que no se precisa receta, contengan fármacos sintéticos. Pero el apetito comercial ha llevado a la multinacional 4Life a seguir distribuyendo Transfer Factor Recall, un producto para “aumentar el estado de alerta, la agilidad mental y la memoria” que incorpora la sustancia química vimpocetina. Lo peor es que la estructura de venta de este artículo –por canales no convencionales– se parece mucho a la piramidal: el vendedor gana más dinero cuantos más redistribuidores consigue. Un procedimiento perverso e inaceptable cuando se aplica a algo relacionado con la salud, pero tan atractivo para el lucro que ha seducido incluso a médicos y enfermeras. El cuadro general es un despropósito al que las autoridades sanitarias y la justicia deben poner coto cuanto antes.