Diario Córdoba, 3.10.2011
La promesa de libertad financiera es el principal gancho de muchas empresas de venta multinivel, basadas en construir redes de vendedores independientes. Estas personas, aparte de vender un producto, deben reclutar a otras por debajo de ellas, un sistema similar al de las empresas piramidales, que están prohibidas. Las multinivel, sin embargo, son legales. La pequeña diferencia entre la red piramidal (ilegal) y la multinivel (legal) está en el origen de los ingresos del vendedor. En la primera, cobra por la entrada de nuevos individuos en la pirámide. En la segunda, además, cobra una comisión por la venta que él hace.
Sin embargo, la asociación de EEUU Pyramid Scheme Alert, dedicada a la prevención de este tipo de esquemas, entiende que el multinivel se basa en realidad en un sistema piramidal. «Hacen falta al menos tres niveles de reclutados para que un participante pueda sacar provecho. El 90% nunca tendrá suficiente gente por debajo para lograr ingresos que puedan ser rentables».
Margarita Barranco, psicóloga clínica experta en manipulación psicológica, ha tratado a pacientes con problemas derivados de la implicación en empresas multinivel. El primer cambio que se percibe en su conducta es «el secretismo y la pérdida de la espontaneidad», explica. Ello es producto de «las técnicas de manipulación» que usan las redes. «Finalmente, les hacen creer que aquello es lo único bueno y verdadero, y que si no lo hacen serán tontos por perder la gran oportunidad de su vida», añade.
A Jorge, el paso de su expareja por la empresa multinivel 4Life, dedicada a los suplementos alimentarios, le cambió la vida. Ella, enfermera, fue invitada a una reunión hace un año: «Dijo que era una oportunidad de negocio muy buena que le ayudaría a crecer como persona». Firmó el contrato de vendedora el primer día, pero Jorge tardó cinco en enterarse: «Entonces ya empezó a mentir, algo que nunca había hecho». Para ingresar, hubo de comprar un lote de productos para la venta, por 470 euros, además de una cuota mensual de 120 euros para productos de consumo propio. «Los productos son una tapadera, da igual si se venden; lo que quieren es gente par la pirámide», dice Jorge. Su expareja trató de crear una línea por debajo de ella. «Su red eran su madre, su hermana y una persona que se inventó. Ella se comprometió a pagar los gastos mensuales de todos y llegaban facturas de casi 1.200 euros al mes –recuerda Jorge–. En siete meses, gastó unos 12.000 euros e ingresó 180». La mujer, asegura Jorge, ha roto con todo su entorno anterior.
SERES DE LUZ El caso de María José A. es distinto. Lleva seis años en paro, y en agosto una conocida le habló de «una gran oportunidad». Le sorprendió el secretismo: «Decía que no podía explicarme nada, pero que me iba a gustar, y decidí ir porque había un psicoterapeuta al que conocía». En las oficinas de 4Life, María vio retratos de personas sonrientes. «Me dijeron: Estos son David y Bianca, dos seres de luz». En la reunión, de cinco personas, ella era la única invitada; el resto eran veteranos. Le explicaron el funcionamiento: «Me decían: Tendrás una empresa. Vas a conseguir tu libertad financiera, lograrás todos tus sueños. Lo único que debes hacer es vender productos e intentar atraer a una o tres personas, si son tres mejor, pero no les puedes decir nada. No puedes decir que vas a cobrar por cada persona que venga».
María firmó el contrato allí mismo. «Luego me dijeron que tenía que pagar 400 puntos, que equivalen a 470 euros, y antes del día 15, otros 120». Respecto a los productos, ella les dijo que estaba sana y no iba a consumirlos, y le sugirieron que se los diera a su hijo. María se dio de baja a tiempo, antes de pagar nada.
El vicepresidente europeo de 4Life Research, Rafael Fernández, evitó responder a las preguntas para este reportaje, acerca de estas denuncias de afectados y expertos, y se limitó a «rechazar categóricamente todas y cada una de las acusaciones» y recalcar que su empresa no vulnera las leyes vigentes.