El Comercio (España), Marta Varela, 4.02.2023

Axel Rudin y su familia llevan cuatro meses retenidos en España a la espera que la justicia dé por concluida una investigación sobre tenencia de plantas ancestrales y su posible vinculación, como chamán, con una secta. Este ‘sanador’, de origen sueco, niega los cargos, pero debe presentarse cada semana ante la justicia. Así lo hace mientras recuerda que «hay dos niños (en referencia a sus hijos menores que lo acompañaban en este viaje a España) sin escolarizar debido a las garras de la ley española». «Están haciendo sufrir a mi familia, ya hemos pagando una buena penitencia por nada», explica a El Comercio.

Pide que la justicia dé por finalizada la investigación y se proceda a cerrar el caso. «Nos han dejado en el limbo, se están burlando en nuestra cara», sostiene. Recuerda que «en este país no hay una ley contra la ayahuasca o el yopo, que es la medicina que yo trabajo; es alegal, pero no ilegal». Por ello mantiene la esperanza de que en «poco tiempo» pueda retomar su vida. El informe policial, remitido al juzgado de Instrucción número 3 de Langreo, determina que el material del que se incautaron en la redada ascendió a 3,39 gramos de resina de cannabis y 1,61 de marihuana. Cinco gramos de droga en total. Por lo que la operación se podría saldar con una simple sanción económica. Rudin cree que todo este caso responde en realidad a «un ataque hacia la medicina ancestral, que está expandiéndose y curando muchos problemas psicológicos, físicos y emocionales que la farmacología no cura; y que es una amenaza a nuestro sistema actual».

Su vida se detuvo el pasado 30 de septiembre, cuando era detenido en Tuilla y acusado de ser un chamán. Durante el registro de las viviendas, en una de ellas se estaba haciendo un retiro espiritual, y en la otra jugaban tres menores, se intervinieron 5.000 euros en metálico y billetes en divisa extranjera, así como distintas sustancias presuntamente psicoactivas como caapi (ayahuasca), yopo, hoja de coca y rapé. Precisamente ese dinero es con el que contaba la familia de Rudin para volver a su casa. A día de hoy, dice, «vivimos gracias a la ayuda de amigos, pero no disponemos de dinero para volver a casa». A este ‘sanador’ le cuesta hablar de su detención. Considera que la actuación, en la que participaron más de sesenta agentes de la Policía Nacional de Oviedo y Langreo, fue desmedida. Recuerda con cierto dolor que estaba con «mi gente preparándonos para una ceremonia utilizando un tabaco amargo para componer los pensamientos negativos» y en ese momento llegó un escuadrón en «formación tortuga, como los romanos, y me dieron un trato bastante rudo». Le cuesta verbalizar cómo «me esposaron delante de mis hijos durante cinco horas, sin poder tomar nada».

Según la Policía Nacional, en una operación que adelantó El Comercio, el chamán forma parte de un grupo que realizaba rituales con finalidades espirituales y sanatorias, «dirigidos de forma mesiánica por las capacidades superiores de su líder espiritual». Una visión alejada de la versión de Rudin, que rechaza ser un chamán y mucho menos liderar o pertenecer a una secta. «Cuidado con todas las sectas y religiosidades. Yo soy todo lo contrario a una persona sectaria. Busco el espacio donde todos podamos entendernos, comprendernos y amarnos», explica. «No tengo ni un folleto, no pido contribuciones… La gente puede darme lo que quiera por mi trabajo».

La detención ha sido una experiencia traumática que agradece al menos haber pasado junto a «grandes personas», si bien teme que les haya podido causar algún inconveniente. Rudin apostillaba que «me llevaron a los calabozos con personas a las que admiro mucho por su calidad humana, espero no haberles causado ningún trastorno»

Rudin se reivindica como «médico sanador» autorizado por las tribus ancestrales, educado en la selva de Venezuela, y rechaza a los falsos médicos que «compran las cosas por internet y prometen curaciones».

Qué es la ayahuasca

La ayahuasca se obtiene mezclando dos plantas. Una, la propia ayahuasca (Banisteriopsis caapi), que es una liana de las selvas de Sudamérica. Otra, la chacruna (Psychotria viridis). Ninguna de ellas es alucinógena si se consumen por separado. El alucinógeno está en las hojas de la chacruna, que contienen DMT, o dimetiltriptamina. Pero las hojas solas no hacen efecto, ya que nuestras enzimas intestinales desactivan la DMT. Ahí entran en juego los tallos de la ayahuasca, que interrumpen el efecto de estas enzimas y permiten que la DMT sea absorbida.

No existe una única manera de prepararla. Algunos añaden alucinógenos como el peyote u otros aditivos no psicoactivos como ají o ceiba. Un recipiente de 100 litros se deja hervir hasta reducirlo a unos 10 litros. La ayahuasca se suele beber, aunque se puede fumar e inyectar. Bebida, la DMT entra en la sangre y llega al cerebro. Las alucinaciones comienzan unos 40 minutos después. Alcanzan su máximo efecto en una hora. Las diarreas y vómitos son habituales. Puede provocar taquicardia. Entre los efectos psicoactivos es frecuente la evocación de recuerdos y una fuerte introspección e hipersensibilidad sensorial. Las alucinaciones no son visuales, sino sonoras. También puede derivar en ansiedad y paranoia