La Razón (Perú), 24.12.2020

El coronel Arnoldo Krumm-Heller (1876-1949), que se hacía llamar “Maestro Wiracocha”, nacido en Salchendorf, Alemania, fue un médico, militar, escritor, ocultista, masón, y fundador de la Fraternidad Rosacruz Antigua (FRA), que se asimiló a la revolución mexicana y se convirtió en consejero de dos presidentes, a la sirvió al espionaje alemán en la I Guerra Mundial.

Su familia había emigrado a México en 1923. Estudió medicina en Alemania, Suiza y México llegando a ser Doctor honoris causa por la Universidad de México. Fue el primero de los ocultistas en realizar una producción original de las corrientes esotéricas modernas en relación con los temas y problemas específicos de la historia mexicana y latinoamericana.

Su Fraternitas Rosacruciana Antiqua fue la mayor organización esotérica de América Latina, con la cual se relacionaron –en la época– militares, artistas e intelectuales de la región que compartían una preocupación por construir nuevas identidades culturales para las naciones emergentes del continente.

Este artículo ofrece una reconstrucción y un análisis histórico-cultural de las actividades políticas y esotéricas de Arnold Krumm-Heller durante la Revolución Mexicana en base a fuentes de archivo de Estados Unidos, México, Francia, Alemania y Suiza.

AGENTE ALEMÁN

En el marco de una compleja interacción de intereses imperialistas en México, Krumm-Heller construyó una nueva delimitación de lo que se comprende por “esoterismo occidental” incluyendo a Latinoamérica y agregando tradiciones autóctonas al bagaje europeo.

También fue un agente de la inteligencia naval alemana durante la revolución mexicana y la Primera Guerra Mundial.

Como escritor publicó varios libros esotéricos, 25 novelas, libros de historia, biografías, así como innumerables artículos en su revista Rosa Cruz y publicaciones similares. Como militar mexicano de origen alemán también participó en la Revolución mexicana.

Comisionado por el Ministro de Guerra estudió el servicio sanitario en campaña durante la Primera Guerra Mundial, asistiendo al congreso Médico de Budapest con un trabajo sobre la malaria. Perteneció a numerosas sociedades científicas.

Tomó parte en la Revolución maderista y más tarde en el bando constitucionalista con Venustiano Carranza ingresando a las fuerzas del general Pablo González Garza.

Durante la lucha contra Victoriano Huerta y la Convención de Aguascalientes realizó varias misiones secretas en Europa, siendo causa de que Carranza fuera acusado por los Estados Unidos de germanófilo.

Fue Coronel Médico Militar del Ejército Mexicano y Director General de las Escuelas de Tropa. Como diplomático fue Ministro de México en Suiza y en Alemania hasta el final de la Primera Guerra Mundial.

MAGIA SEXUAL

En la biblioteca de Francisco Madero se encuentra “No fornicarás. Instrucciones sólo para ocultistas”, dedicado al «Maestro Masón y poderoso hermano Francisco I Madero, con los respetos de Huiracocha», junto a simbología martinista y rosacruz.

El mismo enseña al iniciado técnicas de magia sexual consistentes en detener el acto sexual antes de alcanzar el orgasmo para elevar y materializar el semen-deseo en el plano astral, debiendo practicarse sólo con una mujer con la que se esté conectado espiritualmente y “no fornicar”, es decir, no malgastar este valioso poder seminal por puro placer sexual con cualquier mujer.

Krumm-Heller se convirtió en el esoterista y médico personal de Madero a través de dos actividades complementarias que requerían secrecía máxima, el espionaje y el esoterismo.

En cuanto al primero, don Arnoldo fue uno de los 40 agentes secretos alemanes que Felix A. Sommerfeld, jefe de la Policía Secreta y director del Servicio Secreto mexicano, puso a disposición primero de Madero y luego de Carranza.

Una actividad de espionaje que realizaría en México hasta 1920. Si Sommerfeld era la guardia personal de Madero, Krumm Heller se encargó de la salud física y espiritual. Y junto con su mujer Sara y su hermano Gustavo, conformaron su círculo más íntimo.

PROPUESTA MIGRATORIA

Sommerfeld trabajaba bajo sujeción del embajador alemán Paul Von Hintze –a espaldas del embajador norteamericano Wilson– en apoyo de Madero, enviando información a Gustavo y a la embajada alemana.

Posteriormente, laboró para Carranza, trayendo armas de Estados Unidos y Alemania con el fin de derrotar a Victoriano Huerta[33]. Como señala Friedrich Katz, Madero buscaba acercarse a Alemania para contener el avance de los Estados Unidos, debiendo descartar a Francia o Gran Bretaña ya que éstos habían sido los aliados naturales de «los Científicos» positivistas durante el Porfiriato.

En el marco de estas tareas de espionaje y diplomáticas, Madero comisionó a Krumm-Heller para estudiar los procesos inmigratorios en Argentina y Chile.

Tras de la victoria presidencial, en una carta de 1912 le devolvió un informe con las siguientes propuestas:

1) No dar tierras a los inmigrantes –como en Argentina– sino que fueran pequeños colonos alemanes los que comprasen tierras y se mezclasen con los mexicanos; y

2) Escribir El México de Madero en alemán para hacer propaganda en Europa y borrar su imagen de anti-extranjero.

Estas ideas de mezcla racial entre alemanes y mexicanos y de propagandismo en Alemania fueron los dos elementos constantes tanto de su imaginario esotérico como de su actividad política.

Madero respondió a sus propuestas negativamente, argumentando que primero debía resolverse la cuestión agraria. Sin embargo, Krumm-Heller logró llevar a cabo sus dos propuestas durante el gobierno de Venustiano Carranza, escribiendo bajo su pedido sus tan anhelados libros de propaganda, entre ellos El México de Carranza

MASÓN DISTINGUIDO

Su mayor atención la dedicó a los estudios de Esoterismo, Espiritismo, Gnosis, Teosofía, Ocultismo, Martinismo e Iluminación espiritual, tal como él mismo lo describe en su autobiografía.

Publicó varios libros y artículos que después se detallan. Alcanzó el grado 3-33-99 máximo de la Masonería, fue Comendador Mundial de Fraternidad Rosa-Cruz Antigua y Arzobispo Supremo de la Iglesia Gnóstica.

Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial debió permanecer oculto hasta la llegada de las tropas estadounidenses debido a la persecución a que fue sometido por el régimen nazi. Falleció el 19 de abril de 1949 en Marburg, Alemania.