Zócalo (México), Carlos Chávez, 15.11.2018
Sus símbolos pueden ser vistos en anuncios, portales, rótulos y, hasta en panfletos, algunos se encuentran ocultos en la misma Catedral de Saltillo –más por guiño que por afrenta al catolicismo o a la concepción de Dios–.
Ante la opinión pública fueron los proscritos, ante las religiones eran considerados los paganos que ante la “verdad popular” desafíaban con toda clase de ritos el orden natural de las cosas, con el afán de alcanzar poderes que el ojo humano “no debe ver”, rayando en el destello de la magia, el ocultismo y la esotería.
Aunque en Saltillo la mayoría de los sociedades se consolidó en un lapso que va de la última década del siglo 19 y hasta mediados del siglo 20, sus miembros debían mantener en secreto su pertenencia al grupo, y sin embargo, las sociedades secretas hoy son plenamente identificadas al realizar una caminata por el Centro Histórico, en una búsqueda en internet o en cualquier red social.
Al mismo tiempo, nadie sabe en qué consisten sus reuniones, pese a que en más de una ocasión sus integrantes forman parte de la vida pública, mientras el rumor de que sus cónclaves determinan quienes son los elegidos para mantener el orden político, económico y social.
Ahora se sabe que exgobernadores, músicos, ingenieros, abogados, cirqueros, periodistas, contadores, gobernantes, trotamundos, campesinos, bohemios y hasta estudiantes de Saltillo tienen algo en común, aunque su afinidad esté sellada por la contradicción de un “hermetismo” que de todos modos les permite identificarse como miembro de alguna de estas cofradías.
Todos dejan atrás sus etiquetas sociales para ocultarse bajo el velo de una secrecía anunciada, donde finalmente pueden mostrarse como “guardianes de un saber místico y milenario”, que permite una comprensión mayor de la realidad para contribuir a que la humanidad mejore como especie.
Masones, rosacruces, gnósticos y muchas otras corrientes en donde se raya entre las contraculturas, el satanismo y el pensamiento holístico, todos portan sus escudos e ideologías debajo de su etiqueta social. Ellos son tan sólo el comienzo de una espiral de cofradías, que durante décadas, han intervenido en la construcción social y cultural como sociedades secretas. Algunos de sus integrantes develan los supuestos enigmas, para dejar en claro que la curiosidad y la búsqueda del conocimiento son los hilos conductores que dan vida a todo su misterio.
‘El compás y la escuadra’
La masonería ha sido una pieza fundamental en la parafernalia que se genera por las sociedades secretas en Saltillo y a nivel global, tanto que uno de sus símbolos más conocidos era apreciable en algunas de las pinturas de la Catedral de Santiago, otros de sus símbolos son admirables en el mural de Jorge González Camarena de la Presidencia Municipal.
Sus miembros la consideran una escuela filosófica, regida por los principios de igualdad, libertad y fraternidad para obtener el conocimiento a través de la transmisión e interpretación de símbolos.
De acuerdo con Adalberto Chapoy, quien ha pertenecido a varias logias, oficialmente la masonería tiene tres grados: aprendiz, compañero y maestro, que se conocen como «masonería azul», mientras que luego llegan grados filosóficos –que abarcan del 4 al 33, considerado el máximo rango–.
“El propósito (de la masonería) es el desarrollo de las virtudes del ser humano, principalmente el librepensamiento, acompañado del conocimiento y la ciencia”, explicó.
Supuestamente dada a conocer al mundo en el siglo 17, –sus orígenes se desconocen, aunque algunos los sitúan desde la construcción del Templo del Rey Salomón– se cree que la masonería está fuertemente vinculada a los Caballeros Templarios y los constructores de las grandes catedrales de Europa.
Chapoy explica que la masonería “llegó” oficialmente a Saltillo en 1890 con la fundación de la Gran Logia Benito Juárez, organización que llegó a tener bajo su responsabilidad a otras agrupaciones como la Fiat Lux 9 o la Miguel Ramos Arizpe 12, que estuvieron activas hasta 1913, cuando muchos de sus integrantes combatieron en la segunda etapa de la Revolución. Posteriormente, se trasladó a Torreón.
Otras logias antiguas y de gran peso en la historia de Saltillo son las logias Igualdad #18 –fundada en 1918 y donde el exgobernador Humberto Moreira Valdés fue Gran Maestro–, la logia Óscar Flores Tapia, cuyo templo se encuentra en el número 1033 del bulevar Nazario Ortiz Garza y se rumora que está vinculada a la cúpula política y empresarial de la capital coahuilense.
Otros templos masónicos que permanecen ocultos a plena vista en el Centro Histórico están ubicado en el número 360 en la calle Bravo o en el 101 de la calle Acuña. Los templos siempre se mantienen a puerta cerrada para el público. En uno de ellos –el de Bravo–, se encuentran decoraciones, columnas y murales que sintetizan la mezcla de culturas, condensadas con una visión contemplativa del mundo, con una perspectiva trascendental para la obtención del conocimiento a beneficio de la humanidad.
La masonería antes era contemplada únicamente para hombres, aunque ya se abrió su afiliación a mujeres desde el movimiento AGEF –donde jóvenes participan en actividades previo a su iniciación–, al punto que en la actualidad existen logias con mujeres en la ciudad y existen agrupaciones masónicas para todos los estratos sociales.
La instrucción del rosacruz
Aparentemente, pasa desapercibida con el número 234 de la calle Hermenegildo Galeana en el primer cuadro de la ciudad. Sin embargo, un pequeño rotulado cambia por completo su aparente estilo de casa-habitación. Se trata del Pronaos Saltillo, antesala donde la Antigua y Mística Orden de los Rosa Cruces (AMORC) ha realizado actividades durante 20 años, aunque los “rosacruces” ya realizaban ceremonias desde los años 70 en las casas de sus integrantes e incluso con la renta de locales comerciales.
Las primeras referencias históricas a la Orden de la Rosa Cruz proceden de la Fama Fraternitatis, obra esotérica publicada en Kassel, Alemania, en 1612, de autor anónimo y desconocido, sin embargo, atribuida por varios autores a Johann Valentin Andreae (1586-1654), aunque la orden tendría sus orígenes en Christian Rosenkreuz, personaje legendario nacido en 1378 en Alemania –para algunos más el símbolo de un ritual que ocurre cada 180 años conocido como la “cristalización de la rosa”–.
“Se denomina alegóricamente como Pronaos Rosacruz al lugar donde los neófitos llegan a ser aceptados como aprendices y se les dan las primeras lecciones para iniciarse y tener el derecho de asistir a las convocaciones de logia o templo”, según un exmaestro en Saltillo, que reservó sus datos.
Según su experiencia, el propósito de los rosacruces es brindar un ambiente de fraternidad para los buscadores sinceros del conocimiento místico que perpetúa la orden desde tiempos antiguos.
“Para los miembros se dispone de una serie de instrucciones y monografías en las que se contiene el saber humano desde un punto de vista práctico y místico que las fraternidades antiguas denominan ‘la tradición primordial’. Eventualmente, así contribuirán a la evolución de la humanidad para beneficio de ella misma en armonía con la naturaleza y nuestro entorno”, señala.
De acuerdo con el exmaestro, existen múltiples organizaciones rosacruces –documentadas son más de 35 organizaciones diferentes en 11 países–. No obstante, AMORC, A.C. es la única organización constituida oficialmente en Saltillo de esta sociedad secreta, que dejó atrás ese velo de hermetismo y asegura mantenerse “abierta y pública” para realizar ceremonias como la de la Pirámide o del Recuerdo, para quienes tengan curiosidad sobre el conocimiento que resguardan como enlace a la Gran Logia Hispana en León, Guanajuato, ya que en Coahuila no existe una
logia como tal.
El dilema de la gnosis
Considerada una de las doctrinas que preconcibieron al cristianismo y que después fue declarada pagana, la gnosis también se mantiene como otra de las organizaciones con varias décadas y múltiples agrupaciones que han desatado escándalos que los han obligado a mantenerse más reservados.
René Gil González militó desde 1994 en varias de las organizaciones gnósticas, estuvo a punto de ser uno de sus “misioneros” y aclara que desafortunadamente algunos de esos movimientos sólo utilizaron el término “de la gnosis primitiva” como estrategia de mercadotecnia, ya que su filosofía no contempla ninguno de sus preceptos y se orienta más en hibridaciones de la teosofía, la doctrina de Aleister Crowley y preceptos de otras sociedades secretas como la masonería, el rosacrucismo y la Hermética Orden de la Golden Dawn, entre otros.
“En algunos casos, el surgimiento de movimientos han contribuido a crear estructuras que alimentan el fanatismo de las personas. La gnosis como la conocemos actualmente se funda en 1917 por Victor Manuel Gómez en Colombia, quien posteriormente se cambiaría el nombre a Samael Aun Weor. (…) En Saltillo hubo un primer intento de posicionarse en los años 70 y 80, pero fue a mediados de los 90 cuando los grupos se establecieron en la ciudad”, explica.
Gil González reitera que ante el cisma de exintegrantes de la gnosis de Aun Weor se produjeron múltiples escisiones –incluso hubo otro grupo que se fundó por Florentino Contreras en Barroterán–, lo que ocasionó que surgieran organizaciones que en 2012 registraron casos de abusos, maltrato sicológico y hasta denuncias penales de algunos de sus exintegrantes, que las obligaron a desaparecer o cambiar sus nombres.
“Uno de los problemas es que surgieron múltiples grupos y cada uno de ellos asegura poseer la verdad universal, mientras que los demás son demonios y están con la oscuridad. Esto debido a que en la gnosis hay supuestamente dos bandos (blanco y negro) con los que uno puede entablar contacto con entidades espirituales para iniciar su despertar, construir su alma y convertirse en hombres y mujeres solares, ya que supuestamente no hemos alcanzado todo nuestro potencial”, aclara.
El exgnóstico también señala que la gnosis crea su propia versión de la historia como respuesta a las dudas de todas las religiones y otros grupos a través del trabajo con el “texto” y la mezcla de elementos del tantrismo y el taoísmo con una castidad absoluta, mientras que realiza eventos públicos en su primera cámara, ya que para ingresar a la siguiente cámara se
requiere ser miembro.
Gil explica que mucho del hermetismo ya quedó atrás y que pertenecer a uno de estos grupos –tanto como los anteriores– se convierte en una situación de estatus y poder. Por otro lado, identifica que actualmente existen varios grupos gnósticos bien definidos en establecimientos ubicados en el cruce de Abasolo y bulevar Francisco Coss, Pérez Treviño, la calle de Aldama, Acuña y en otras colonias hacia el surponiente.
“Se trata de estatus y poder porque sus miembros pueden mostrarse y ‘no mostrarse’ porque todo el mundo sabe que existen. Es un esquema que está por encima de ti y se muestran a la luz porque ya no son perseguidos y son más vistos como asociaciones. Cuando uno conoce a alguien que ha sido parte de estas sociedades secretas a la vista se crea la imagen de algún mago que comparte secretos del universo y eso genera curiosidad”.
Concluye que la proliferación de corrientes gnósticas y de otras organizaciones se deben en buena medida a que la gente necesita de un “refugio espiritual”, un espacio y el esoterismo cada vez es visto con menos recelo, mientras que las religiones tradicionales se han visto envueltas en escándalos de corrupción, abuso y fanatismo, por lo que cree que estas sociedades sectarias usan el pensamiento religioso, pero “con otro ropaje”.