EFE (España), Rebeca Palacios, 4.03.2022
El psicólogo clínico y experto en sectas Miguel Perlado ha alertado este viernes a Efe del auge de propuestas «esotéricas, sanadoras y curativas» surgidas durante la pandemia, que se activan de forma digital y después saltan fuera de internet.
Perlado ha participado en la inauguración de la primera jornada del VII Encuentro Nacional sobre Sectas, organizado en Logroño por la Asociación Iberoamericana para la Investigación del Abuso Psicológico (AIIAP), con el apoyo de EducaSectas y los Colegios Oficiales de Psicólogos de Cataluña y La Rioja.
Este experto, coordinador clínico de la AIIAP, ha detallado que encuentros como este permiten reunir cada año a profesionales, familiares y exmiembros de sectas para compartir experiencias y, en esta edición, profundizar en el abuso espiritual ligado al trauma y a la coacción que ejercen determinados grupos.
Ha explicado que la pandemia ha provocado una diversificación y proliferación de algunos grupos y propuestas, que «polinizan y cruzan» entre sí sus doctrinarios y prácticas.
Además, ha indicando que «grupos antivacunas, conspiracionistas y ecologistas han interactuado en una amalgama durante la pandemia, de modo que es difícil prever cuál será el resultado final».
«Hemos observado combinatorias de grupos que antes no se producían, con sinergias en sus discursos, mezclados también con ideologías de extrema izquierda o extrema derecha y una radicalización», ha defendido.
Este psicólogo ha asegurado que la pandemia ha «fragilizado» todavía más la salud mental, que ha empeorado en aquellas personas que ya sufrían algún trastorno.
Por ello, las sectas han encontrado «un terreno abonado», de modo que «con solo hacer un clic, desde la facilidad del hogar, estas personas pueden entrar en un mundo, primero virtual, y después participar en encuentros presenciales».
Ha rechazado estereotipos y prototipos de las personas que caen en las sectas porque no son «ni taradas ni problemáticas», según ha confirmado en su consulta después de 23 años de experiencia clínica.
«No existe un perfil único de adepto. Las personas entran en momentos de fragilidad y vulnerabilidad personal que tienen que ver con situaciones emocionales, crisis, rupturas y duelos. Y tampoco hay un perfil único de gurú», ha constatado.
También ha desmentido el mito de que sea «imposible salir de una secta sin ayuda» y que la persona siempre se quede «rota».
Según ha comprobado en el tratamiento a sus pacientes, «muchos de los abandonos son espontáneos».
En otros casos, después de muchos años de vinculación, ha precisado que los adeptos pueden salir «traumatizados y dislocados, de modo que intentan recomponer sus vidas como pueden y no piden ayuda psicológica porque el propio grupo negativiza su salida».
El primer paso es hacer terapia para poder hablar sobre lo vivido y empezar a reconstruir una narrativa sobre lo que ha pasado, ha añadido.
Perlado ha indicado que, «por miedo, las víctimas guardan silencio y no se atreven a denunciar en los tribunales los posibles abusos vividos», a lo que ha sumado la falta de herramientas jurídicas específicas para abordar este fenómeno.
Así, cree que se debería tipificar esta modalidad de abuso psicológico en contextos espirituales o terapéuticos como el maltrato no físico que se ejerce hacia las mujeres.