ABC (Paraguay), 3.09.2017

Según declaró el denunciante, dicha secta promueve una escuela a través de internet, a la cual “asisten” desde sus casas unos 12 niños, hijos de los miembros de la comunidad que abonaron un arancel en dólares.

Agregó que desde la iglesia prohíben la asistencia a escuelas normales porque allí se promueven principios jesuitas y masónicos.

El denunciante dijo que perteneció a dicho movimiento, pero salió porque se dio cuenta de que todo era un engaño. “Mis hijas estudiaron así, pero me pregunté de qué se iban a recibir cuando terminen” porque la supuesta institución no está registrada ni reconocida en el Paraguay.

Tras su salida, dialogó con el pastor y administrador, Fernando Orihuela, de nacionalidad boliviana, para que le devuelvan la suma de US$ 1.050 que invirtió, pero este le había dicho que no lo haría.

Posteriormente, decidió denunciar este hecho ante el Ministerio Público y el caso quedó a cargo de la fiscala Clara Ruiz Díaz Parris.