Diario Vasco, Begoña del Teso, 02.03.2012

Nos reunimos en la terraza del bar junto al frontón del Antiguo porque Borja Celarain, Gran Consejero de la Gran Logia Española de AMORC, Antigua y Mística Orden de la Rosa-Cruz, vive en Matía. Colocamos en la mesa el libro de Christian Rebisse, un documental en DVD sobre los rosacruces de ayer y hoy y el manifiesto ‘Positio Fraternitatis Rosae Crucis’ que se quiere continuación en este siglo de los anteriores manifiestos que causaron asombro y movieron al conocimientos a cientos de personas en el XVII. Ante un zurito y un café, charlamos.

– ‘Escuela de misterio’… suena sugerente pero, ¿cuál es el significado verdadero de ese misterio?

– El origen estaría en las Escuelas de los Misterios del Antiguo Egipto durante la XVIII Dinastía, alrededor del 1500 AC. En esas escuelas los iniciados se reunían para explorar los misterios de la Creación. De ahí surge la palabra ‘misticismo’

– ‘Misterio’ como ‘conocimiento’, interesante.

– Por supuesto, todas estas organizaciones que la gente considera herméticas y secretas tienen como objetivo principal y casi único el estudio de los complejos misterios de la Existencia. La del Cosmos, la de la Tierra, la del Ser Humano.

– Estas organizaciones que provocan en muchos desazón, miedo y admiración utilizan continuamente otra palabra bien cargada de significado: ‘fraternidad’.

– Porque uno de sus afanes más elevados consiste en lograr la hermandad de los seres humanos, su unión para conseguir que la Tierra se rija por valores humanistas y espirituales. Los rosacruces defendemos la causa de una Fraternidad humana que haga de todo individuo un Ciudadano del mundo, lo que supone el fin a toda discriminación o segregación. Luchamos los rosacruces por una Cultura de la Paz basada en la integración y la cooperación.

– Así escrito pierde fascinación. Se dirían los objetivos de una ONG cualquiera. Creo que tendremos que aferrarnos a los ritos, a los símbolos que hacen de estas órdenes organizaciones fascinantes.

– La gente interpreta mal el asunto de los rituales, de la simbología. Lo relaciona con el ocultismo, por ejemplo. Y claro que los rosacruces, al igual que los masones, han permanecido ocultos y secretos durante mucho tiempo pero simplemente para y por protegerse de la persecución, de la incomprensión. Otros malinterpretan nuestra relación con el Esoterismo, una palabra que poco tiene que ver con la nigromancia sino que es la ciencia de conocerte a tí mismo porque en realidad implica un ‘mirar hacia dentro, entrar en los interiores de nuestra alma. Cierto que para llegar a ese conocimiento algunos utilizan la Cábala, la Numerología o el Hermetismo. Son solo herramientas. Como lo son la relajación y la meditación, muy practicadas por los roscruces.

–Nos hemos metido tan hacia dentro que nos hemos olvidado de que hablábamos de los ritos.

– Parece que no nos diéramos cuenta de que nuestra vida y aficiones, nuestro día a día están cargados de rituales y símbolos. Tanto lo uno como lo otro ayudan a poner orden, a interiorizar actitudes, a dotar a toda reunión de un toque místico y a hacer comprender a los demás de que están participando de algo trascendente. Los hinchas de los equipos tienen sus ritos y símbolos. El Día de San Sebastián está cargado de ceremonia. Fumar en pipa conlleva un poderoso ritual. ¿Por qué considerar malignos u ocultos los de nuestras escuelas iniciáticas?
– ¿Tal vez porque el máximo grado de las logias sea el ‘Venerable Maestro’ y el Consejo Supremo esté presidido por el ‘imperator’?
– También las palabras son simbólicas. Y las jerarquías lo son de funciones, no de personas. El ‘Maestro’ simboliza al que existe en nuestro interior. Cuando el Guardián abre las puertas del Templo nos está procurando una entrada no física sino espiritual a universos de conocimiento. ‘Imperator’ no significa ‘emperador’; proviene de ‘Imperare sibi’ que implica, precisamente, lograr ser ‘maestro de uno mismo’.
– ¿Y esa idea de la transmutación de los defectos en virtudes?
– Mientras que los masones son ‘albañiles’ y luchan por la construcción de un ser humano nuevo, nuestro origen es más… alquímico. Asumimos nuestros defectos y a partir de ellos desarrollamos la virtud contraria, la que se les opone.