La Capital del Mar de Plata (Argentina), 24.05.2022

La Justicia Federal condenó a Silvia Capossiello, Jesús Coronado Acurero y Luis Fanesi por los horrores cometidos en el marco de la secta de filosofía hindú que funcionó en el Hotel City del centro marplatense, cuyo líder, Eduardo de Dios Nicosia, y su mano derecha Fernando Velázquez, han fallecido en diferentes momentos durante el proceso, mientras estaban detenidos en el penal de Ezeiza.

Eduardo de Dios Nicosia, también conocido como Swami Vivekayuktananda, fue el líder de la secta yogui que funcionó en el Hotel City del centro de Mar del Plata y falleció en la cárcel, antes de que comenzara el juicio en el que se demostró que ese culto de filosofía hindú era la fachada de una tenebrosa organización en la que se cometieron graves delitos de explotación, abusos sexuales, tormentos y torturas.

Nicosia nació en Buenos Aires un 25 de diciembre de 1946 y, al parecer, quedó marcado por una fecha de alto contenido religioso, que le valió el nombre De Dios. Al recorrer el camino de la filosofía hindú, Nicosia consiguió la “iluminación” y cambió su nombre al de Swami Vivekayuktananda.

Nicosia resultó ser el fundador de la secta, una suerte de guía espiritual y también el principal administrador y organizador de la actividad delictiva, bajo la cual sometió a las víctimas prácticamente a la esclavitud, abusó sexualmente de mujeres, falseó las identidades de sus hijos y cometió actos de tormentos y torturas.

“Además, daba las pautas en el lugar, instruía a las personas previamente captadas en las actividades diarias, daba las autorizaciones a los ‘fieles’ para poder salir, como así también dirigía lo atinente al manejo de la cooperativa de trabajo City Hotel Mar del Plata y los distintos emprendimientos económicos de la organización”, detalló el fiscal auxiliar Carlos Fioriti durante el juicio y agregó: “Nicosia tenía un completo control sobre las vidas y acciones de las personas participantes del ministerio, a quienes compelía a desprenderse de sus bienes o pertenencias a favor de la congregación”.

Nicosia falleció a los 74 años, en enero de 2021 mientras se encontraba detenido en la cárcel de Ezeiza, a la espera del juicio. Sin llegar a recibir pena, falleció acusado de haber violado a tres mujeres desde que eran menores de edad, dos de las cuales eran sus hijas. Además, llegó a tener 14 hijos, 12 con 6 mujeres diferentes y 2 con sus hijas.

En la secta, la mano derecha de Nicosia era el psicólogo Fernando Velázquez, quien falleció en febrero de este año en el penal de Ezeieza, mientras el juicio se desarrollaba en el Tribunal Federal de Mar del Plata.

Una de las funciones de Velázquez, en su carácter de psicólogo e instructor de yoga, fue la de dictar conferencias a partir de las que mantenía charlas personales con algunas de las personas que allí asistían, detectando sus vulnerabilidades e informando luego de ello a Nicosia, a fin de lograr su captación. Además, en el marco de su accionar en la organización delictiva, el acusado convivió en último término con quien fuera hija biológica de Nicosia y de Capossiello, de quien a la fecha se desconoce su paradero.

Silvia Capossiello fue pareja de Nicosia desde los 70 y manejaba la secta junto a él. Fue condenada a 25 años de prisión por haber sido coautora del delito de trata de personas con fines de explotación laboral y haber facilitado que Nicosia violara a sus hijas.

En sus últimas palabras en el debate, Capossiello dijo: “Voy a seguir siendo la persona que siempre fui, seguiré trabajando como lo vine haciendo y estudiando, como lo hice siempre, para aprender. No soy culpable de causar dolor a nadie, todo lo contrario. Le han dedicado demasiado tiempo a esta causa y demasiado dolor me ha causado a mí y a otras personas”.

Capossiello, como pareja de Nicosia, controlaba a los seguidores del culto y estaba al frente de la cooperativa administradora del complejo hotelero.

Por su parte, Jesús Coronado Acurero, condenado a 14 años de prisión, fue desde los 70 una persona de confianza de Nicosia, colaboraba en las actividades ilícitas permanente controlaba a las víctimas. Además, era el encargado del Hotel City.

En sus últimas palabras, Coronado Acurero, declaró: “Todo esto fue armado por el Programa Nacional de Rescate y la Fiscalía. Yo sólo puedo decir que fundé una empresa en Venezuela y era miembro de la familia” y agregó: “He vivido una vida feliz. Agradezco a la vida todo lo que me ha dado”.

Luis Fanesi, condenado a 6 años de prisión por partícipe secundario del delito trata de personas explotación laboral y reducción a la servidumbre, perteneció al culto de Nicosia cuanto menos desde el año 1973 y participaba del control sobre las víctimas, acompañándolas en los viajes dispuestos con el objeto de disponer reubicaciones estratégicamente ordenadas tendientes a captar nuevos adherentes al grupo. En los últimos años, Fanesi era el recepcionista del Hotel City.

“Todo esto fue una ficción de la fiscalía, una retórica sofista y kantiana. Yo no soy víctima ni victimario, era parte de la familia. Las víctimas son las que se quedaron sin trabajo en el hotel cuando lo cerraron”, expresó Fanesi en sus últimas palabras en el Tribunal Federal, ante los jueces Fernando Machado Pelloni, Nicolás Toselli y Roberto Falcone.