La Capital de Mar de Plata (Argentina),
Uno de los principales imputados de la secta del Hotel City, una macabra organización que disfrazada de culto yoga captó y acogió al menos a 32 personas en situaciones de vulnerabilidad, con el fin de reducirlas a la servidumbre y lograr su explotación económica, sexual y laboral, murió la semana pasada mientras estaba detenido en un penal federal.
Se trata del psicólogo Fernando Ezequiel Velázquez (76) quien, según informaron fuentes judiciales, murió el jueves de la semana pasada en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza.
Velázquez estaba señalado de ser la mano derecha de Eduardo Nicosia, el líder de la supuesta secta yoga que murió en prisión en enero del año pasado. Al psicólogo fallecido, los testigos lo nombraron como el “nene malo” y estaba acusado de haber integrado la organización desde sus inicios. Una de sus funciones, en su carácter de psicólogo e instructor de yoga, fue la de “dictar conferencias a partir de las que mantenía charlas personales con algunas de las personas que allí asistían, detectando sus vulnerabilidades e informando luego de ello a Nicosia, a fin de lograr su captación”.
La noticia de la muerte de Velázques se confirmó este lunes, cuando se realizó una nueva audiencia del juicio en el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, tras el parate por la feria judicial.
Con las muertes de Nicosia y Velázquez, solo quedan como imputados Silvia Cristina Capossiello, quien era la esposa de Nicosia, Sinecio de Jesús Coronado Acurero y Luis Antonio Fanesi.
Continúa el juicio
Este lunes, los jueces Roberto Falcone, Fernando Machado Pelloni y Nicolás Toselli escucharon testimonios de testigos presentados por el Ministerio Público Fiscal –a través de la fiscalía de juicio a cargo de Juan Manuel Pettigiani-
Las audiencias están prevista para realizarse cada lunes de marzo, hasta que el 28 de este mes comience a alegar la fiscalía.
Se espera que el lunes que viene o el 21 pueda declarar un hijo de Nicosia desde Venezuela, testimonio que el fiscal Pettigiani considera fundamental ya que es el único hijo reconocido por el ya fallecido líder de la secta.
Los hechos por los cuales llegaron a juicio se sucedieron, al menos, desde principios de la década de 1970 y a partir del 2005 y hasta el allanamiento del 3 de julio de 2018. La organización actuaba desde el inmueble del Hotel City, ubicado en Diagonal Alberdi 2561, en pleno centro marplatense.
Nicosia, con la complicidad de los acusados y mediante engaños, falsas promesas, fuerza, violencia y abuso de situaciones de vulnerabilidad, valiéndose de su rol de líder religioso o espiritual, “sometió a las personas integrantes de la congregación previamente captadas y a los miembros de su grupo familiar a diferentes delitos contra la integridad sexual: les efectuó personalmente tocamientos, abusos sexuales con acceso carnal y a su vez, obligó a contraer relaciones sexuales a los discípulos y a los integrantes del grupo entre sí”.
Por su parte, y siempre de acuerdo a la hipótesis fiscal Capossiello, que era la pareja del líder, “controlaba a los damnificados en ausencia de Nicosia y estaba al frente de la cooperativa administradora del complejo hotelero”. En tanto, Coronado Acurero “era una persona de confianza de Nicosia, colaboraba en las actividades ilícitas investigadas y el permanente control de las personas damnificadas”, mientras que Fanesi “perteneció a la organización, cuanto menos, desde el año 1973 y participaba del control sobre las víctimas, acompañándolas en los viajes dispuestos con el objeto de disponer reubicaciones estratégicamente ordenadas tendientes a captar nuevos adherentes al grupo”. “En los últimos años, esta función la cumplía como recepcionista del Hotel City, a lo que se agrega que, los testimonios de autos, dan cuenta de su actuación en el ocultamiento de la sumisión sexual por parte de Nicosia hacia otros integrantes del grupo”, sumó el funcionario de la fiscalía, CarlosFioriti.
De acuerdo a los relatos de las víctimas tomados durante la investigación, Nicosia habría tenido al menos quince hijos e hijas, trece de ellos con seis madres diferentes y los otros dos con dos de sus hijas biológicas. Salvo un caso, los menores de edad fueron inscritos o registrados como hijos biológicos de otros miembros de la congregación, quienes habrían sido instigados para ello por Nicosia y otros imputados.