Basler Zeitung, 23.10.1999 [Traducción de Miguel Perlado]
El Juzgado de lo Penal de Basilea absolvió ayer a dos miembros de Cienciología de la imputación de captación desleal y determina que las costas procesales son de oficio – ya que la Ley Cantonal no es competente en este caso.
Ha sido la primera vez que miembros de la controvertida organización de Cienciología comparecieron ante el tribunal por la captación de transeúntes. El correspondiente artículo de ley en el Código Penal sólo es efectivo desde el 1 de noviembre de 1998. Prohibe la captación de transeúntes en la calle pública con métodos engañosos o desleales.
Posiciones encontradas
Los tres transeúntes que habían interpuesto la demanda – uno de ellos era un policía de paisano – prestaron declaración ayer ante el juez Gilbert Thiriet. Los tres indicaron que fueron incordiados de forma insistente y agresiva por los cienciólogos. Ambos acusados negaron los hechos. Sólo les habían saludado amablemente cuando ya les amenazaron con poner una denuncia, dijeron.
El objetivo de los Cienciólogos es persuadir a los transeúntes a participar en una prueba gratuita de personalidad para venderles a continuación libros, cursos y seminarios. A la pregunta del tribunal si se les pagaba por su trabajo, que ellos denominaban ‘evangelizar’, respondieron ambos que sí. Habían sido contratados y su sueldo estaba en función de los ingresos de la “iglesia”. Lo que luego le ocurre a la gente ya no era su responsabilidad. La pregunta central que se planteó en el proceso de ayer era si los Cienciólogos habían obrado de forma “desleal”, porque así se llama en el nuevo artículo de ley. (Se había tachado el término “vejación” en el acta de declaración con vista a las campañas políticas con volantes y puestos en la calle).
Vender era lo principal
Aunque ambos cienciólogos lo negaron, el tribunal llegó a la conclusión, en base a las declaraciones de los testigos, que hubo una forma de proceder desleal. No obstante, tenía que absolverles a ambos, puesto que en el curso del juicio quedó de manifiesto que no habían captado a transeúntes en primer lugar por motivos religiosos, o sea motivos ideales, sino por motivos comerciales. No la conversión, sino la venta era lo principal. De modo que el Código Penal Cantonal no era la Ley competente para juzgarlo. El párrafo 23ª de esa ley sólo se refiera a los métodos de promoción engañosas y desleales en el ámbito estrictamente ideal, afirmó el juez. Pues los métodos de competencia desleal en el ámbito comercial competen a la Ley Federal sobre Competencia desleal. Pero según el fundamento vigente del principio de demandas, el tribunal no puede aplicar otros fundamentos legales que no sean los que salgan en la demanda o la denuncia. Así que se les absolvió por una falta de forma. Aunque sí se podía tildar los métodos denunciados de “desleales”, subrayó el presidente del tribunal.
El juez Thiriet afirma que al elaborar la ley se han empeñado mucho en que no fuera una disposición legal para un solo caso – una “Lex Cienciología”. Ahora lo hemos visto comprobado de una forma inesperada. “Este nos ha salido por la culata”, resume Thiriet con desenvoltura.