Cadena SER (España), Rafael Troyano, 23.03.2017
El Ministerio Público ha advertido este martes de tantas contradicciones en los testimonios de David, el joven que denunció abusos sexuales en una parroquia de Granada, que ha retirado la acusación contra el padre Román, el cura que se ha sentado hasta las 15:25 horas en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Granada por un caso en el que llegó a intervenir, en el verano de 2014, el Papa Francisco, al que acudió el denunciante por carta.
El caso ha quedado visto para sentencia después de que el acusado haya declinado usar su último turno de palabra y después de que su abogado dijese al tribunal que todas las acusaciones no han sido más que «un carrusel de especulaciones» que han llevado a un grupo de curas a vivir un infierno y que el arzobispo les haya prohibido, incluso, oficial el funeral de sus familiares.
El fiscal, que había pedido inicialmente para el cura nueve años de prisión, ha asegurado en sus conclusiones definitivas (consensuadas con la Fiscalía Provincial) que ya no existen sustentos acusatorios contra el sacerdote tras las contradicciones del joven denunciante y del resto de testigos en la vista oral. Las defensas también han pedido la libre absolución del acusado. El abogado del sacerdote dice que todo es fruto de una «maquinación» por la «maldad intrínseca» del joven. Las acusaciones, que consideran que si hay pruebas para condenar, han mantenido sus peticiones de hasta 26 años de prisión.
El fiscal ha justificado haber creído a David hasta el juicio y ha asegurado que de los testimonios escuchados podría extrapolarse, en algún caso, un supuesto clima sexual en la comunidad de curas del padre Román. Pero incluso esa acusación «se viene abajo», ha dicho el fiscal, por los testimonios escuchados en la sala de los que no se pueden inferir ni abusos sexuales (que estarían prescritos) ni un delito superior de violación, que el fiscal da por imposible de probar por «los resultados contradictorios de las pruebas».
El representante del Ministerio Fiscal, que ha confesado que no sabe qué pudo pasar realmente, ha descartado la validez probatoria de cualquier prueba psicológica y ha descalificado la denuncia de David, entre otros motivos, por haberse producido muchos años después de los supuestos hechos.
David y el Opus Dei
El fiscal ha llegado a preguntarse en público, como simple conjetura, si el joven denunciante quiso pagar algún favor con su denuncia que se produjo cuando obtuvo un trabajo en un centro educativo del Opus Dei en Pamplona.
Aunque no textualmente, el fiscal si ha hecho referencia indirecta a la posible influencia del Opus Dei y del director espiritual de David en el centro educativo navarro en el que trabaja, en la fabricación del relato acusatorio del joven.
El fiscal ha apuntado a las numerosas contradicciones de las declaraciones de David y a las comunicaciones con el padre Román tras abandonar la parroquia en las que no se observaba, años después, ningún rencor ni ninguna actitud negativa hacia el acusado. Por tanto, ¿por qué David denuncia años después -se ha preguntado el fiscal- y por qué supuestamente huye de lo que considera un grupo cerrado alrededor de Román para ingresar después en otro más cerrado aún como es el Opus?
Dice que es difícil de creer un testimonio que dice que tiene aversión a los curaspero se sincera con un sacerdote de «la Obra». Dice el fiscal que es difícil creer a un joven que asegura que nunca le dijo nada a sus padres de lo que supuestamente estaba ocurriendo en la parroquia, a 200 metros de su casa.
El fiscal ha dudado de todo y hasta del por qué en la famosa carta de David al papa Francisco el denunciante no le contó que había sido violado, que sería el único delito punible porque cualquier otro abuso sexual estaría prescrito.
Las partes
El abogado de la acusación ha asegurado que el juicio y el sumario arroja suficientes pruebas contra el padre Román, por lo que sigue pidiendo 26 años de prisión para el sacerdote. Ha asegurado el letrado Jorge Aguilera que las contradicciones del denunciante se explican en la propia investigación que ha sometido a David a un rosario de declaraciones interminables y reiterativas con referencias que se le exigen precisas sobre hechos de 10 años atrás.
Dice el abogado de la acusación que existen pruebas contundentes y que son más que suficientes para condenar al padre Román y no entiende que el fiscal haya dado por válidos los testimonios del denunciante así como el resto de pruebas durante la instrucción y ahora se eche atrás.
La acusación popular, ejercida por PRODENI, ha ratificado su petición de 15 años de prisión para el padre Román, ha pedido que se cambien los procedimientos en esta clase de delitos y ha considerado que durante el juicio no se ha tenido suficiente consideración con la supuesta víctima.
Dice el abogado Juan Pedro Oliver que confía en su palabra y su testimonio es completamente probatorio aunque el procedimiento investigador seguido puede llevar a que no se conozca la verdad tras lo que ha calificado como ‘maltrato institucional’.
Sin embargo, el abogado de la defensa cree que debe dictarse sentencia absolutoria para el padre Román porque considera que «ha quedado acreditada su inocencia sin paliativos».
Ha dicho el letrado que la «apisonadora judicial del juez instructor» ha llevado a Román al banquillo. Considera que el caso nunca tuvo que llegar a juiciosimplemente porque todo está basado en las mentiras de David y sus fabulaciones en todo lo relacionado con el caso. Y ello es debido, dice, por su ‘maldad intrínseca’.
También ha recordado que el juicio no es una causa general contra la pederastiaen la Iglesia ni sobre los métodos pastorales del padre Román ni sobre su vida en comunidad. Ha dicho que aquí se juzgan solo las acusaciones de no se han probado en ningún momento.
El abogado del Arzobispado, que actúa porque la diócesis sería declarada responsable civil subsidiaria en caso de condena, ha defendido la actuación del arzobispo en el caso y ha rechazado cualquier responsabilidad in vigilando.
Ha recordado el letrado que el arzobispo colaboró con la justicia civil y ha rechazado la responsabilidad del prelado in vigilando porque nunca tuvo ninguna noticia ni queja sobre ningún comportamiento sexual inadecuado ni del padre Román ni de los curas de su entorno.
El abogado del Arzobispado, en cualquier caso, ha negado la mayor y ha descartado que se hayan dado todas las condiciones que marca la ley para dar total credibilidad al testimonio del denunciante.