Página12 (Argentina), 14.11.2012

Marisol Molina, de 33 años, se presentó el lunes pasado en el destacamento Pueblo San José, cerca de la ciudad bonaerense de Coronel Suárez, y denunció haber sido secuestrada y abusada sexualmente durante tres meses por el predicador Jesús Olivera con la complicidad de su novia, la periodista local, Estefanía Heit. Esta última ya fue detenida y negó la acusación mientras que Olivera se entregó anoche. La mujer fue asistida por el médico policial Francisco Cortalezzi, quien aseguró que “estaba en un estado calamitoso, con un alto grado de desnutrición y deshidratación, con debilidad muscular que le dificultaba ambular casi por sus propios medios”. Al parecer, Molina fue cooptada por Olivera, pastor del Centro Cristiano Amar es Combatir (Ccaec), cuya personería jurídica está en trámite y no figura en el Registro Nacional de Cultos.

Según pudieron reconstruir los investigadores a partir del testimonio de la denunciante, en agosto pasado dejó la ciudad rionegrina de Río Colorado para trabajar como empleada doméstica en Pueblo San José. Luego se dirigió a la casa de la pareja en la calle Grand Bourg al 1800, en Coronel Suárez. Habría ido a dejar el dinero de la venta de una propiedad a Olivera, era la única que poseía y que habría vendido a dos personas, por lo cual fue denunciada. Olivera tenía antecedentes por varias estafas y según los medios locales informaron, ambos fueron pareja en algún momento.

“La víctima señaló que estaba atada, privada de su libertad y en la noche del domingo fue trasladada a una habitación, liberada de sus ataduras pero encerrada bajo llave”, comentó ayer el jefe de la Policía Comunal, comisario Rubén Fernández. En los meses en cautiverio, Olivera la violó en varias oportunidades y también la golpeaba. Según informó Gustavo Di Battista, secretario de Gobierno y Seguridad de la Municipalidad local, Marisol logró huir a primera hora de lunes pasado por una ventana de la vivienda, cuando la pareja se ausentó para ir a Pigüé.

Lo primero que hizo, agregó el funcionario, fue pedir prestado dinero a unos obreros con el que tomó un taxi hasta Pueblo San José y pidió ayuda a la familia Herr, a quienes conocía por su trabajo como empleada doméstica. Entonces la acompañaron a la comisaría local. La mujer fue derivada al Hospital Raúl Caccavo en Coronel Suárez y ayer el parte médico indicó, en lo referido a la salud mental, que “se encuentra tranquila, orientada en tiempo y espacio y lúcida” y durante la evaluación “no presenta rasgos psicóticos agudos ni espontáneos”. El estado de ánimo, agregó el parte, es “acorde” con lo vivido.

Respecto de la parte física, los médicos explicaron que presentaba “múltiples hematomas corporales, diseminados en cabeza, cuello, tórax, abdomen y miembros, con edema significativo sin traducción radiológica en pie izquierdo (partes blandas)”. Además, mostraba lesiones en dorsos de manos y pies compatibles con quemaduras por cigarrillo “y un leve edema genital externo”. El parte afirma que la paciente “descansó superficialmente durante la noche” y que “se alimenta con normalidad y moderación (refiere tener mucho apetito)”. Según le relató Molina a los investigadores, la alimentaban dos veces por semana con polenta y alimento para perros.

“Si hubieran pasado unos días más, seguramente no la íbamos a encontrar con vida”, dijo el médico policial Cortalezzi. Marisol aseguró haber sido obligada a consumir alcohol a diario y haber perdido alrededor de 30 kilos por la escasa comida que le daban. Los datos aportados en su denuncia, según informó el secretario de Gobierno, son “muy exactos, sin ningún tipo de contradicción”. El lunes por la tarde, la policía allanó la vivienda de la pareja, donde detuvo a la periodista del Canal 4 de Coronel Suárez, y encontró pruebas de lo denunciado.

“Hay un video en el cual pide por favor que la dejen libre y que termine este calvario cuanto antes”, dijo Di Battista, respecto del material secuestrado en la vivienda, tras el allanamiento ordenado por la ayudante de fiscalía de Coronel Suárez, Lorena Villagra. Fuentes judiciales y policiales aseguraron que existen “videos con escenas de abusos sexuales”, que estarían en el celular de Estefanía Heit, quien no se resistió a la detención. Según el funcionario local, en el caso “hay una cuestión de contenido religioso y un tema económico”.

Sobre el tema religioso, se supo que Olivera es predicador del Centro Cristiano Amar es Combatir, cuya sede central en Argentina está ubicada en Coronel Suárez. En un texto difundido en el blog de esta supuesta religión, que afirma tener presencia en Venezuela y en Shanghai, China, puede leerse un texto sobre la “humillación santa”, escrito por Olivera. “El humillarse del mundo no tiene nada que ver con el humillarse en CRISTO JESUS. En El significa una entrega total sin resistencia basada en su AMOR”, predica el sospechoso.

La madre de Molina, Mónica, aseguró que Olivera ejercía “mucho poder” sobre Marisol y “la apartaba de la familia y le pedía plata”. Además, dijo que le había dado toda la plata de la venta de su casa en Río Colorado al predicador. El dato fue confirmado por el secretario de Gobierno: “La víctima se deshizo de un inmueble por una suma de unos 100 mil pesos y el matrimonio se habría apropiado de este dinero, con la promesa de instalarla en Coronel Suárez y prometiéndole un futuro mejor”. Olivera tendría denuncias por estafas en Choele Choel, Río Colorado y Bahía Blanca.

Heit, de 31 años, fue detenida el lunes por la tarde, luego de haber llamado a jefes policiales para enterarse de las “novedades del día”. En su casa, se habrían hallado escritos íntimos donde define a su pareja como “Dios” y afirma que no podría vivir sin él. El mismo día de su detención fue trasladada a Bahía Blanca para comparecer ante la Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Sexuales 14, imputada por los delitos de “privación ilegítima de la libertad y reducción a servidumbre”, en conexión con los de “abuso sexual y violaciones reiteradas”, por los que imputaría a su marido, Jesús Olivera.

Según deslizaron fuentes policiales, pasó la primera noche rezando y leyendo la Biblia. Ayer por la mañana se negó a declarar y fue trasladada, por razones de seguridad, a una comisaría de la cercana localidad de Tornquist. Su abogado, Claudio Lofvall, contó que su cliente le dijo que estaba “sorprendida” por la denuncia “porque tenían una relación de amistad de hace dos años y que sólo por un tiempo ella estuvo viviendo en su casa”. Luego de que Molina hiciera la denuncia, Heit pidió irse del canal aludiendo “motivos personales” y los investigadores sospechan que habría ayudado a Olivera a huir.

Sobre el predicador, que trabajaría colocando durlok, Lofvall aseguró haberlo contactado y recomendado que se entregue y declare ante la fiscal que continúa la instrucción del caso, Claudia Lorenzo. “Le dije que ésa es la única forma que tiene de defenderse”, contó el letrado. Anoche lo aguardaban en esa fiscalía de Bahía Blanca, a 180 kilómetros de General Suárez, una localidad de 44 mil habitantes, luego de que el predicador se entregara.

La denuncia sobre Heit, cara visible del canal local, conmocionó la ciudad bonaerense, cuyo intendente, Ricardo Móccero, aseguró: “Lo más importante ahora es rescatar a la persona que fue abusada y privada de su libertad durante tres meses en Coronel Suárez y nosotros le vamos a ofrecer asistencia desde el hospital y asistencia psicológica”.

¿Cómo es ser pobre?

Una entrevista que la defensa presentó como argumento para rebatir la acusación de que Estefanía Heit mantuvo secuestrada a la joven se transformó, independientemente de que pueda o no ser aceptada judicialmente, en una prueba de que ya existe un manual de buenas prácticas de la curiosidad periodística al servicio de la información. La entrevista, realizada para el programa “Vos querés, vos podés”, de la LU36 de Coronel Suárez, y conducido por la periodista ahora detenida, muestra preguntas del tipo “…Y contanos, ¿por qué sos pobre?”; “…¿y qué hay en la casa de un pobre?”, o más jugadas como “si querías comprar un chocolate (siendo pobre), cómo hacías?”. La defensa sostuvo que el programa fue realizado durante el período en que la investigación sostiene que la mujer estuvo secuestrada. Por otro lado, la grabación no aparece con fecha como para confirmarlo.

“Marisol, gracias por venir, tenemos muchas preguntas para hacerte. Empezamos, cuál es tu edad”, lanzó la conductora, acompañada por una colega a la que denominaba Belu. “Y contanos, ¿por qué sos pobre?”, avanzaron en profundidad. “Soy pobre por ignorancia. No sólo por eso, sino también por venir de una familia de bajos recursos. Pero más que nada por ignorancia”, respondió a tono la entrevistada.

“¿Cómo es vivir en la pobreza?”, arremetió la conductora. “Lo único que hacés es levantarte, salir a trabajar, sabés que a tal hora tenés que volver a tu casa… te arranca los sueños.” La inquietud periodística no quedó satisfecha y repreguntó: “¿Y qué hay en la casa de un pobre?” Marisol respondió que vivió en muchas casas (no aclaró en ese momento si de pobres o no). “Lo que sí te puedo asegurar es que nunca falta un vidrio roto tapado con algún cartón, una frutera con mandarinas y varios perros, no sé por qué pero siempre hay varios perros en la casa de un pobre, más que nada es eso.”

En otro momento, la entrevista avanzó por el lado de las imposibilidades. “¿Por qué no podés estudiar? ¿No te dan los costos?”, fue una de las puntadas profundas. Pero también hurgó en las carencias como cuando Heit preguntó, “y ustedes, por ejemplo, con el frío, ¿cómo soportan el frío?”

La realidad profunda estallando en el propio estudio provocó, como pudo escucharse, una variedad de preguntas y de temas que en algunas ocasiones no encontraron su norte, como cuando empezó preguntando sobre los materiales de que están hechas las casas, siempre hablando de las casas de los pobres: “Marisol, ¿y el tema de los materiales de una casa, vos decís que viviste en varios lugares. ¿Cómo son esos lugares?, primero, ¿hay mucha gente que pasa por esta situación?, ¿es común?”

Y otra vez quedó desbordada temáticamente la entrevistadora cuando preguntó “y, por ejemplo con la ropa, si alguno quería, no sé, comprar un chocolate, ¿cómo hacían?” “Y, no lo comíamos”, respondía Marisol con toda sinceridad y sorprendiendo el guión.

Pasó por rispideces cuando la entrevistada reconoció al aire que había “pasado por violaciones”, y después de tres segundos de silencio, la periodista intentó acolchar el golpe: “Abuso”, aclaró, tal vez por sentirlo menos impiadoso. Luego se abrió un extenso y oscuro silencio, que interrumpió la periodista cuando encontró cómo decir algo, aunque no haya encontrado claramente qué decir. “Ah –dijo con una primera risa aplacada–, nos quedamos todos en silencio… fue una cosa que por ahí no… pero… Marisol… cómo superaste esa situación.” Para enterarse que no la superó.

Estamos ante una secta

“Creo totalmente que estamos ante una secta”, afirmó Ana María, cuñada de la Marisol Molina, quien viajó desde la localidad rionegrina de Río Colorado hasta Coronel Suárez para verla. Según la mujer, su cuñada tenía un vínculo con Jesús Olivera, marido de la periodista Estefanía Heit, y “él la hacía trabajar para que le llevara plata”. Una versión similar dio la madre, quien aseguró haberle enviado dinero varias veces a su hija, sospechando que en verdad se lo daba al predicador. “Hoy (por ayer) me enteré de que ayer le pidió plata a un hermano que tiene en Entre Ríos porque tenía que pagar la universidad. Decían que ella estudiaba abogacía, pero la que estudiaba era la periodista”, sostuvo Ana María.

Según relató esta mujer, en el marco de esta secta, Olivera “le prometía cosas que nunca iba a cumplir y le hablaba de un escalafón, que si le daba tanta plata, ascendía a algo dentro del culto”. Respecto del estado en que encontró a su cuñada, describió: “Está muy flaquita, desnutrida, anémica y tiene una especie de raquitismo”, aunque remarcó que “lo único que no ha perdido es la lucidez mental” y reconoció a su madre y dos hermanos que también viajaron cuando fue rescatada.

“Ella trató de escapar una vez de la casa, pero la agarraron y le pegaron”, aseguró. Y luego detalló que a su cuñada la tenían encerrada en un sector de la vivienda con cuatro perros. “Ahora tiene miedo porque el tipo no está preso y pregunta si lo agarraron, se va a quedar en Coronel Suárez hasta que lo agarren”, afirmó Ana María. La mujer contó que su cuñada tiene una hija de 10 años a la que dejó en Río Colorado en mayo cuando, supuestamente se fue a trabajar a Santa Rosa, en La Pampa, pero explicó que hace tres meses que no sabían nada de ella.