People (Estados Unidos),Lena Hansen,  8.02.2023

Felicia Rosario, de 40 años, se había graduado de las prestigiosas universidades Harvard y Columbia y estaba trabajando en Los Ángeles en un hospital, haciendo una práctica en psiquiatría forense. Su vida parecía ir bien encaminada, y jamás pensó que seis meses después estaría atrapada en Nueva York en una secta, donde sería abusada mentalmente, fisicamente y sexualmente durante 10 años por un sádico gurú.

La historia de Rosario es parte de la nueva docuserie de Hulu Stolen Youth: Inside the Cult at Sarah Lawrence, que sale el 9 de febrero. El documental muestra como Lawrence «Larry» Ray engañó a estudiantes de esta secta, sacándoles más de un $1 millón de dólares y convirtiendo a varias de ellas en víctimas de trafico sexual.

Ray, quien había salido de prisión tras cometer fraude, terminó durmiendo en el sofá de su hija Talia, una estudiante en Sarah Lawrence College en Nueva York que vivía en los dorms. Allí conoció a otras estudiantes universitarias a las que fue seduciendo con sus anécdotas sobre fascinantes viajes por el mundo y sobre figuras políticas que él conocía. Ray fue ganándose la confianza de ellas, que les contaban sus traumas y sus historias, y él les aseguró que podía ayudarlas a mejorar sus vidas con sus consejos.

Un año después varias estudiantes se mudaron a un apartamento en el Upper East Side con Ray, y ahí empezó la pesadilla.

«Conocí a Larry porque él estaba ayudando a mi hermano Santos,» dijo Rosario a PEOPLE en exclusiva. (Santos había tenido un romance con Talia, la hija de Ray). «Él estaba más feliz y había mejorado su vida. Luego empezó a ayudar a mi hermana Yalitza y ella estaba más feliz», cuenta Rosario, quien confió en Ray y sus habilidades como mentor y motivador.

Ray comenzó a seducir a Rosario, quien lo encontraba atractivo. «Él podía hablar de cualquier cosa, era una persona muy interesante y dinámica», recuerda ella. Ella regresó a Los Ángeles pero él empezó a mandarle regalos y flores para conquistarla. Se quedaban hablando noches enteras y ella se quedaba sin dormir.

El cansancio empezó a afectarla y ella dice que sentía que él estaba manipulando su mente. Empezó a decirle que había gente peligrosa que quería matarlo a él y a Rosario también solo por conocerlo y estar asociada a él. «Me hizo sentir que de verdad habían personas persiguiéndome, personas que venían a hacerme daño y que habían personas que me habían hecho daño en el pasado».

Según Rosario, Ray la hizo creer que su padre la había prostituido y que había abusado sexualmente de ella, lo cual no es cierto. «Él le hizo esto a todos», dice sobre sus jóvenes ‘discipulos’. «Él reescribía la niñez de todos y dijo que me habían pasado cosas horribles».

Ray les hacía creer que solo él podía protegerlos. «Él me rompió, me hizo despedazarme», dice Rosario, quien se mudó de California a Nueva York para estar con él.

Según Rosario, él grababa a sus seguidores teniendo relaciones sexuales y luego usaba estos videos para chantajearlos, amenazando con mandar los videos a sus padres o publicarlos en el internet. Él forzó a varias mujeres a tener sexo con extraños, diciéndoles que las ayudaría a superar traumas de su pasado de ser abusadas sexualmente.

Eventualmente la mayoría de los estudiantes escaparon del control de Ray, pero Rosario y otra estudiante, Isabella Pollock, se quedarían una década hasta que salió un artículo en el 2019 en New York Magazine exponiendo a la secta. Luego el FBI arrestó a Ray por tráfico sexual y otros cargos criminales.

Después de que Ray fue arrestado, Rosario dice que desapareció el ‘hechizo’ de él y comenzó a sentirse como ella misma otra vez. Rosario decidió participar en la docuserie de Hulu para contar su verdad y prevenir que algo así le pase a otros.