Libertad Digital (España), Yésica Sánchez, 24.12.2023

El pasado 28 de noviembre, la policía francesa asestó un duro golpe a la Federación Atman gracias a la detención de decenas de sus dirigentes en el marco de una macrooperación dirigida contra la Asociación Yoga Integral, nombre bajo el que la secta de yoga tántrico operaba en territorio galo. Se les acusa de trata de personas, adoctrinamiento, secuestro y violación. Delitos con los que se relaciona a la organización y a su líder supremo, Gregorian Bivolaru, desde hace más de 30 años.

Este rumano -de 71 años- fue condenado en su país por abuso de menores y en la actualidad pesaba sobre él una orden de la Interpol por trata de mujeres. Fue emitida por Finlandia, donde seis de sus fieles presentaron una denuncia contra él. El supuesto guía espiritual, conocido como el gurú del ‘porno yoga’ por las prácticas que promueve, ha dejado multitud de víctimas en cada uno de los países por los que ha pasado. Y es que Bivolaru ha ido sorteando los envites de la justicia cambiando de identidad y de lugar de residencia.

De la misma manera, ha logrado la supervivencia de la secta que fundó en 1990 en su país: MISA (Movimiento para la Integración Espiritual en el Absoluto). Es habitual que desde la Federación Atman se desvinculen públicamente de esta «escuela», asegurando que se trata de organizaciones independientes y que ésta sólo opera en Rumanía. Pero la realidad -y así lo demuestran las investigaciones policiales, judiciales, periodísticas y de distintos expertos en la materia- es bien distinta, como demostraremos a continuación.

Atman es MISA. Y MISA es Atman. Si cambió de nombre fue de cara a su expansión internacional, dada la cantidad de escándalos que ya arrastraba la denominación original y su fundador. De la misma manera, cada una de las «escuelas miembro» adscritas a la federación en más de 30 países son Atman y al mismo tiempo MISA. En cada país se presentan con un nombre distinto porque eso les permite cerrar y volver a empezar bajo otra identidad cuando les denuncian y la situación se presenta complicada.

Sin escarbar demasiado, la conexión resulta evidente. En primer lugar porque comparten un líder: Gregorian Bivolaru. En segundo lugar, porque no se trata de cualquier líder. Sobre él pesan condenas firmes y órdenes de detención por delitos tan graves como el abuso de menores o la explotación sexual de mujeres. Y aquí llegamos a la tercera evidencia: aun así, sus escuelas adscritas lo siguen estando. Después de la reciente macrooperación en Francia, lejos de marcharse de la federación, defienden al gurú.

A través de la propia web de la Federación Atman se han publicado sendos comunicados en defensa de Gregorian Bivolaru -al que señalan como «eminente profesor»- y la actividad de su organización, tachando la operación policial de «caza de brujas». Libertad Digital pudo comprobar también cómo una de las discípulas del gurú, la coordinadora del centro de Madrid (también rumana) -en la actualidad Simona Bochis, aunque también ha cambiado de identidad en varias ocasiones- daba la cara por su «maestro» y por la actividad que desarrollan en las «escuelas».

Doble cara, doble discurso

Como señala Miguel Perlado, psicólogo especializado en estos grupos desde hace 25 años y autor del blog Educa Sectas, «una de las primeras cuestiones que siempre rodea al fenómeno de las sectas es que ocultan sus auténticas finalidades, tienen dobles discursos y operan a través de múltiples capas». El experto lleva diez años publicando artículos sobre MISA y sus ramificaciones, y ha tenido la oportunidad de seguir de cerca cómo este movimiento/escuela -como le llaman sus fundadores- se ha ido «metamorfoseando para disimular su auténtica naturaleza».

Según nos explica, «mantiene un discurso externo centrado en la práctica del tantra yoga y en suerte de espiritualidad tántrica, mientras que en el interior -digamos- despliega otros funcionamientos, como se ha podido ver a raíz de esta detención (la de Gregorian Bivolaru)». «Han sido muy hábiles a lo hora de cambiar los nombres de los instructores y de los centros para enmascarar su actividad», señala. Esto es lo que les han permitido tener un «impacto global» y «expandirse, por Latinoamérica y otros países de Europa, a través de salones de masajes y actividades vinculadas al ámbito de las terapias alternativas», como detalla ampliamente en su artículo ‘Los eventos del prono son ideales para entregar el mensaje de Amor Sagrado’.

Ocultan su naturaleza

«En el caso de MISA, tenemos evidencia suficiente -por el trabajo con ex miembros y con colegas de otros países con los que yo he colaborado- de que hay un consentimiento viciado en las personas que se acercan» a esta secta, normalmente con «un interés en el desarrollo personal, en un conocimiento en concreto, o bien porque tienen problemas personales, o por otras puertas de entrada». Pero, sea cual sea su inquietud, siempre acaban en el mismo sitio: actividades relacionadas con el tantra yoga.

Además, lo suelen hacer «desconociendo que esas actividades forman parte de la nebulosa de MISA, ya que hay muchos centros donde uno puede acabar entrando sin saber la naturaleza de fondo». El problema es que, una vez han entrado, no resulta fácil salir. «Dentro impera el secretismo y ellos han ido también sofisticando la manera (de captar adeptos), han ido desarrollando documentos de consentimiento para exculparse ante cualquier incidente que pudiera haber, por ejemplo de acusaciones que pudieran venir por haber participado en chats o películas de contenido erótico/sexual», detalla.

Situación en España

«En España, en principio no tengo constancia de que se haya instaurado un modus operandi como en Francia u otros países donde han hecho unos pisos más estables» para explotar sexualmente a sus adeptas, afirma el experto. «Pero sí ha habido tránsito de muchas personas por aquí, que han podido estar temporalmente en ese sentido, también agrupadas en pisos u otros lugares, pese a que la propia organización lo desmienta o se desvincule diciendo: nosotros no tenemos nada que ver, solo practicamos yoga».

Perlado insiste en que ese es sólo el discurso externo, el que proyectan hacia fuera. «Pero ya sabemos que no tiene nada que ver con la realidad del grupo», añade. Para él también es revelador que escuelas adheridas no hayan cambiado de posicionamiento a medida que han salido a la luz las denuncias de abusos sexuales a menores, secuestros para satisfacer los deseos de su líder o explotación de mujeres hacinadas en pisos. De haber sido cierta su independencia de la secta matriz, cabía esperar «un distanciamiento» ante tales acusaciones.

Los cambios de nombre

La secta invierte mucho esfuerzo y dinero en borrar el rastro de cualquier actividad que haya generado controversia o problemas con la justicia para continuar con su funcionamiento. Realiza una especie de «metamorfosis» constante. «Todas las sectas incurren un poco en eso», nos explica Miguel Perlado, «pero esta ha sido especialmente hábil en eso».

En el marco de esa «estrategia de disimulo», los centros e instructores de MISA «cambian reiterada y sistemáticamente todos sus nombres». El propio Bivolaru pasó a llamarse Magnus Aurolsson en 2006, después de fugarse de Rumanía, donde fue condenad por tráfico de personas y organización criminal. Con esta identidad falsa estuvo enseñando su «yoga esotérico» en varios países europeo, dejando un reguero de víctimas.

Participan en festivales eróticos

Resulta «chocante» -admite Perlado- que un grupo que gasta tanto esfuerzo y energías en ocultarse participe sin embargo en un festival de cine erótico como el que desarrolla anualmente en Barcelona y que lo hiciera además presentando una película pornográfica con un show en el que sus miembros hacen alarde de un orgasmo urinario en vivo, como hicieron con ‘Ecstasy Water’ en 2003. Pero hay que entender que para sus adeptos «no es porno, sino una actividad tántrica superior y espiritual». «Les hacen hacer performance bajo el convencimiento de que en realidad eso es un acto sagrado», añade.

Para el observador externo, es inconcebible. Obviamente, cualquiera «lo describiría, según el contexto, como un acto erótico o claramente pornográfico». Pero desde la estructura de la secta se transmite el mensaje de que «esto es una es una actividad de alta trascendencia espiritual». De ahí que las adeptas no vean que haya «nada negativo en ello, sino que están haciendo uso de su cuerpo para una elevación de la conciencia, una elevación de la espiritualidad».

El consentimiento viciado

La clave del funcionamiento de los grupos sectarios se encuentra en el consentimiento, que «queda viciado». «Tú diste el ok a un proceso de transformación. Tú viniste aquí para aprender tantra yoga. Diste tu consentimiento a esto y después van a venir otras cosas, pero ahora no te puedes echar para atrás», esto es con lo que se encuentran aquellos que se acercan al yoga tántrico sin conocer el trasfondo de la organización que lo promueve.

«Una vez das un consentimiento parcial a una actividad, aunque no te describieran con toda claridad hasta dónde llegaría, tu consentimiento está capturado», explica Perlado. «Siempre juegan con estas líneas tan finas. Ellos dicen: si me dio el OK, entonces yo no le forcé a nada», pero en esa hipótesis no se tienen en cuenta otras variables que resultan determinantes. «La conjunción del aislamiento, la incomunicación y la presión son formas de viciar el consentimiento», asevera el experto.

Muchos adeptos aceptan con el objetivo de «sentirse mejor, mejorar sus relaciones o su comunicación… Pero después van tirando de ellos hacia un adentro». «Cada vez se van comprometiendo más y más, y eso implica también un mayor grado de aislamiento y de control», comenta, «les incitan a mentir, a distorsionar la información que dan a sus familiares y demás personas cercanas… Dicen que van a hacer un retiro de una semana no sé dónde, pero igual se van a Francia a hacer unas grabaciones. Y lo hacen bajo el convencimiento de que forma parte de una tarea sagrada».

Su objetivo: las mujeres

Fundamentalmente, tratan de captar mujeres. «Los hombres participan también en las filmaciones y producciones que han hecho. Pero evidentemente el target está puesto sobre las mujeres», asegura Miguel Perlado. «De hecho, dentro de las fantasías megalomaníacas del fundador se encuentra la idea de que mantener relaciones sexuales con tantas vírgenes y con tantas mujeres es una forma de alcanzar una cierta elevación espiritual». «Esto forma parte de estas fantasías grandiosas de estos gurús que acaban justificando la explotación bajo un argumentario, bajo una narrativa, aparentemente espiritual o pseudoespiritual», añade.

Sin embargo, el papel de las mujeres en la estructura de la organización queda relegado al de la captación. Los dirigentes son siempre hombres. Pero a la hora de lograr nuevas adeptas son más efectivas las instructoras. «Les es más fácil conectar con argumentos relacionados con la diosa sagrada, con conectar con la esencia divina y femenina, y realizar actividades dirigidas al empoderamiento de las mujeres, que suelen ser la puerta de entrada» advierte, «a una espiral de la que es complicado salir».