Semana (Colombia), 27.07.2015
En Colombia un escándalo tapa otro. Por eso los casos judiciales, que son cientos y que copan la agenda informativa, se van olvidando con el tiempo. Eso es lo que ha pasado con el proceso judicial del pastor de la Iglesia Salem de Pasto, Álvaro Gámez, sindicado de haber abusado sexualmente de algunas de sus fieles.
Como se sabe, Gámez abusaba del poder que tenía como líder espiritual y convencía a las mujeres jóvenes que practicaban su religión de tener acercamientos sexuales con él. Eso sucedió durante varios años en el sur del país hasta que una de las víctimas no aguantó más y decidió grabarlo en un video y denunciarlo. Por este escándalo, Gámez se fue del país, pero lo detuvieron en febrero del 2007 en Honduras y tras un proceso de deportación fue recluido en la cárcel del Distrito Judicial de Pasto. Allí concentra a miles de seguidores que lo consideran su dios.
A lo largo de los últimos meses, los pastusos presenciaron uno de los juicios más sonoros en esa región del país. La defensa de las víctimas, Javier Goyes, presentó un arsenal de pruebas para demostrar que el pastor sí cometió el delito de acceso carnal en persona en incapacidad de resistir.
Al juicio llegaron siete víctimas que, se supone, fueron accedidas desde el 2007 hasta cuando estalló el escándalo. Gámez no es el único sindicado. También están acusadas dos mujeres que supuestamente se prestaban para que el pastor lograra tener relaciones sexuales con varias de las seguidoras de la iglesia.
Una de ellas es Alexandra Castro Becerra, de 28 años, quien tenía la misión, a juzgar por las pruebas de la Fiscalía, de convencer a decenas de jóvenes de que era un acto divino permitir que el pastor las tocara y abusara de ellas. Está procesada de coautoría.
El abogado Goyes aseguró a Semana.com que está muy optimista con las evidencias mostradas a lo largo del juicio y que cree que el juez de la causa condenará al pastor. Asegura que hay dos víctimas más que están pendientes interponer nuevas denuncias contra Gámez y que por esto, seguramente, él tendrá nuevos procesos futuros distintos al que se adelanta.
El jurista dijo que durante la etapa de juicio presentó al perito forense Mirna García, representante de una ONG estadounidense que atiende víctimas de este tipo de delitos. Según él, esta profesional explicó científicamente la alienación mental a la que fueron sometidas las víctimas.
En la otra orilla está el penalista Abelardo de la Espriella. En conversación con Semana.com aseguró que “lo único que la Fiscalía pudo demostrar es que Álvaro Gámez sostuvo relaciones sexuales con las referidas mujeres mayores de edad, las cuales fueron llevadas a cabo de manera consentida y voluntaria por ellas; quienes comprendían plenamente la naturaleza y significado sexual de tales encuentros. Prueba de ello son los videos publicados en Youtube, donde se observa claramente que las relaciones sexuales fueron consentidas”.
Dice De la Espriella que la publicación de tales videos fue la verdadera razón por la cual quienes dicen ser víctimas, después de sostener reiteradamente y durante varios años relaciones sexuales consentidas con Gámez, alegan que no comprendían la naturaleza sexual de tales relaciones y que fueron inducidas en error por él. El abogado aseguró que está seguro de que el pastor será absuelto.
Este arsenal es evaluado por el juez de Pasto, quien deberá tomar una decisión en las próximas semanas. La discusión no es fácil, pues en últimas gira en torno a qué tanto puede ser un delito las mentiras de un hombre para llevar a la cama a una mujer. Y si las mujeres de esta religión pueden ser consideradas “personas en incapacidad de resistir” pues, por un lado eran mayores de edad con todas sus capacidades mentales, pero por el otro, estaban en una condición de subordinación frente a quien consideraban su líder religioso.
En todo caso, el juicio al polémico pastor no ha tenido la misma divulgación que el escándalo que lo llevó a estar hoy en el banquillo.