El Mundo/Castellón (España), Clara Hernández, 23.07.2023
El psicólogo y forense experto en este campo Miguel Perlado insiste en la necesidad de regular las terapias alternativas a nivel legal y práctico, así como hacer un análisis transversal.
La desarticulación de la secta denominada ‘Familia del Alma’, asentada durante el último año en un chalet de una urbanización de la Pobla Tornesa (Castellón), ha vuelto a poner en el candelero mediático la actividad de las sectas en nuestra provincia, temidas organizaciones que buscan núcleos aislados donde resulte más difícil localizar su actividad.
La cúpula de la ‘Familia del Alma’, integrada por tres miembros, entre los que se hallaba la conocida como ‘la maestra’, su marido y otro varón, fueron detenidos el pasado mes de marzo como los presuntos responsables de los delitos de asociación ilícita, intrusismo laboral, contra salud pública, agresión sexual y revelación de secretos, entre otros. Aún así, los cuerpos de seguridad los dejaron en libertad al no apreciar riesgo de fuga ni peligro para las personas, por lo que será el juzgado de Instrucción número 3 de Castellón el que, en el transcurso de la investigación judicial, deberá llamar a declarar a las tres presuntos implicados.
Profundizando en el funcionamiento de las sectas en general y las consecuencias para las víctimas, el psicólogo y forense Miguel Perlado, experto en este ámbito, considera que «las sectas constituyen entramados muy complejos que obedecen a un problema multicausal y que, además en los últimos años, han asistido a una transformación».
A juicio de Perlado, que ha escrito ya dos libros sobre las sectas y atesora una experiencia de más de 25 años tanto desde el punto de vista psicológico como forense, «las propuestas de terapias alternativas han existido siempre, como las sectas, pero es cierto que se hace necesaria una regulación desde el punto de vista legal y práctico». En este sentido Perlado indica que forma parte de una asociación de profesionales que él mismo fundó y que se dedica a elaborar contenidos técnicos y promover encuentros nacionales para informar tanto a los familiares como a los profesionales para que sepan detectar la actividad de las sectas.
El temido fenómeno de las sectas, que viene de antaño, solo afecta, según Perlado, a un pequeño porcentaje de la población. «Solo un 1% de la población tiene contacto con las sectas», precisa el experto, alertando que aún así es necesario atenderlo «porque si se desatiende podría llegar a convertirse en un problema de salud pública» por lo que conviene estar atentos a su evolución.
De esta manera, Perlado apuesta por realizar un plan de prevención en torno a las sectas desde un punto de vista transversal, para analizar desde todos los ámbitos (educación, sanitario, trabajo, etc.) la incidencia real de estas organizaciones.
«Es necesario visibilizar que existen sectas y que comportan riesgos», para desenmascarar de esta manera este fenómeno que siempre permanece oculto, pero que puede causar graves consecuencias en sus víctimas.
La pandemia ha hecho surgir amplia variedad de terapias alternativas, por lo que el experto psicólogo en sectas, asegura que es necesario discernir entre la multitud de terapias alternativas y pseudoterapias que se ofertan a la ciudadanía y las sectas. «En una secta existe un líder que exige a sus clientes dedicación, devoción y al final dinero», explica Perlado, asegurando que este tipo de organizaciones funcionan de manera compleja y captan a sus víctimas «a través de un engranaje de relojería suiza», pues no se trata solo de estafarlos, ya que la estafa constituye el último capítulo de una metodología perfectamente diseñada para aislarlos de su entorno, meterles miedo y anular de esta manera su propia voluntad.
«De las sectas solo vemos la foto final, pero realmente las sectas van tomando forma poco a poco, responden a un proceso largo, de cocción lenta», precisa Perlado, al indicar que estas organizaciones se alimentan de una problemática relacional, no racional.
El psicólogo Miguel Perlado también ha tratado a centenares de víctimas en su amplia trayectoria como profesional, que suma ya un cuarto de siglo. «Las víctimas de sectas pueden tardar como mínimo un año en recuperarse, están rotas, con sus valores alterados y con dudas sobre su propia identidad», apunta Perlado subrayando también que arrastran temores muy profundos sobre las «energías negativas» o «enfermedades» que podrían contraer por el hecho de abandonar la secta.
Los psicólogos aconsejan comprobar la colegiación
La psicología es una disciplina científica y sus profesionales son expertos en la conducta humana que deben cumplir con un código deontológico. Desde el Col·legi Oficial de la Psicologia de la Comunitat Valenciana (COPCV), aconsejan a la ciudadanía a que «antes de asistir a una reunión o a una sesión psicológica, se informe y compruebe que es un profesional colegiado ya que esto es garantía de calidad». Desde el citado órgano colegial se destaca que todos los psicólogos colegiados tienen un número que les identifica como tal, que es es el CV seguido de cinco cifras. La ciudadanía puede comprobarlo en la web del Colegio (cop-cv.org en ‘listado oficial de psicólogos/as colegiados/as’) o llamándonos por teléfono al 96 392 25 95.
Valorando la desarticulación de la secta asentada durante el último año en la Pobla Tornesa, responsables del Col·legi Oficial de la Psicologia de la Comunitat Valenciana precisan que si esta secta es ‘psicoterapéutica’, tal y como precisan los medios de comunicación, puede estar incurriendo en un delito de intrusismo. «Si su máxima representante se anunciaba o los captaba, definiéndose como psicoterapeuta, sin disponer de la titulación adecuada ni de la correspondiente colegiación, estaría incurriendo en un delito de intrusismo».
En este sentido, desde el órgano colegial que reúne a los psicólogos de la Comunidad Valenciana se subraya que «únicamente los psicólogos sanitarias y clínicas, pueden realizar terapia psicológica». En otro orden, responsables del COPCV aseguran que «estos grupos sectarios se aprovechan de momentos de vulnerabilidad en el que la persona busca o necesita respuestas; habitualmente, les hacen sentir especiales y necesarias dentro del grupo, el cual debe de seguir al líder para conseguir objetivos concretos que, según promete, los llevará al bienestar. En caso de no obedecer, es probable que aparezca la culpa y las represalias, no sólo del líder sino del entorno».
Otro de los aspectos que tienen en cuenta los psicólogos respecto al funcionamiento de estas sectas es que promueven el aislamiento del entorno, ya que, de esta forma, es mucho más fácil manipular. La persona acaba siendo sumisa y experimenta una dependencia emocional de la persona que lidera la organización, pero también del grupo.