Yahoo Noticias (España), Alfred López, 30.05.2022

William Penn Patrick nació en la pequeña población agrícola de Lees Mill (Estado de Carolina del Norte) en 1930, en plena crisis económica de la ‘Gran Depresión’. Poco se conoce de sus años de infancia y juventud, aunque sí se sabe que empezó un par de carreras que dejó inacabadas (en las Universidades de Sacramento e Illinois) o sirvió en las Fuerzas Armadas, siendo una de sus mayores inquietudes, durante aquella época, el poder dejar atrás su vida en la granja familiar e intentar prosperar en la vida.

Se trasladó hasta California y se marcó el objetivo de ganar su primer millón antes de cumplir los 30 años(un recurrido propósito que tienen y han tenido la inmensa mayoría de jóvenes estadounidenses). Lo intentó en infinidad de ocasiones, pero los negocios en los que se iba metiendo e invirtiendo fracasaban y lo dejaban en la bancarrota, teniendo que empezar de cero una y otra vez.

William era inteligente y avispado, tenía don de gentes y solía ver una oportunidad de negocio donde otros no y, a pesar de los continuos fracasos empresariales, no tiró la toalla ni una sola vez, intentándolo de nuevo.

Llegó el día de su 30 cumpleaños (el 31 de marzo de 1960) y no había conseguido el propósito que desde bien joven se había marcado de ser millonario a esa edad. Sabía que lo conseguiría y cómo hacerlo, pero le faltaba encontrar el negocio ideal que lo convirtiese en un exitoso hombre de negocio.

Cierto día de 1964, mientras paseaba por la población de San Rafael (California) le llamó la atención un hombre que estaba vendiendo en el garaje de su casa cosméticos y productos de belleza con aromas frutales. Un sexto sentido lo llevó a acercarse y entablar una conversación con aquel tipo, quien se lamentaba de que el negocio no acababa de arrancar y que debía vender las existencias por debajo de su coste real. Tras intercambiar unas palabras y negociar un precio por todo el stock, William Penn Patrick cerró un trato para adquirirlo por dieciséis mil dólares (exactamente 16.250).

El 14 de octubre de aquel mismo año, William registraba y fundaba una nueva empresa que llamó ‘Holiday Magic’ y que consistía en una compañía de venta multinivel, en la cual los trabajadores (inversionistas) deberían aportar un pequeño capital para recibir una parte del stock y que sus ganancias aumentarían en base a que estos fuesen atrayendo a nuevos inversores que, a su vez, trabajarían para ellos, recibiendo parte de lo invertido y de las comisiones de ventas.

Un elaborado entramado piramidal que, a simple vista, se ve que es una estafa en toda regla pero que William Penn Patrick supo colocar a docenas de interesados inversores en un momento en el que la venta de cosméticos a domicilio (puerta a puerta) se había puesto de moda en todos los Estados Unidos.

Un año después, William Penn Patrick ya había ganado su primer millón de dólares, al que le siguieron varias docenas millones en los siguientes años, siendo la ‘Holiday Magic’ una de las compañías más emergentes del momento.

El éxito empresarial de William lo hizo sentir imparable e indestructible, marcándose objetivos mucho más ambiciosos, entre ellos el de presentarse, en 1966, a las primarias del Partido Republicano como candidato a Gobernador de California (que perdió frente a Ronald Reagan) y un año después postularse a Vicepresidente de los Estados Unidos por el ‘Patriotic Party’, formación ultraderechista que acabó dando su apoyo a otra candidatura.

Sus coqueteos con la política le reportaron numerosos problemas y acusaciones, decidiendo alejarse de ese mundo y centrarse en su exitosa carrera empresarial, debido a que en aquellos momentos ya había amasado una inmensa fortuna de varios cientos de millones de dólares.

Decidió diversificar su dinero en otros negocios e inversiones (además de comprarse una flota de aviones privados, coches de alta gama o numerosos inmuebles) y en 1967 entró en contacto con el británico, Alexander Everett, quien se dedicaba a la consultoría y charlas motivacionales (tras haber ejercido unos años como charlatán y telepredicador) asociándose ambos para fundar el Leadership Dynamics Institute, una institución con claros fines de lucro cuyo objetivo era amasar una gran cantidad de dinero a base de vender libros y montar eventos para entrenar a ejecutivos, comerciales y todo aquella persona que quería triunfar en los negocios (y en la vida en general).

A través del Leadership Dynamics los socios empezaron a convertirse en una máquina de generar dinero, vendiendo cientos de miles de ejemplares de sus libros con consejos u organizando charlas motivacionales para empresas y grandes corporaciones, además de seguir explotando el negocio de venta multinivel con la empresa Holiday Magic.

En 1968 surgió una nueva rama del negocio motivacional y de liderazgo con la empresa Mind Dynamics, al mismo tiempo que los socios, William Penn Patrick y Alexander Everett, empezaban a recibir docenas de denuncias sobre las agresivas técnicas que utilizaban en sus seminarios o el negocio piramidal de ventas de cosméticos (en aquella época los inversores de Holiday Magic rondaban los cincuenta mil) e incluso por autodeclararse los representantes de Mind Dynamics como terapeutas y ser acusados de ejercer la medicina sin licencia (actuaban como si de psicólogos se tratara sin tener ni un solo licenciado de esa especialidad entre su personal).

Al mismo tiempo que les caían las demandas a docenas, las cuentas bancarias de William Penn Patrick y Alexander Everett seguían creciendo y haciéndose cada vez más grandes. Sus exitosas empresas no tenían trabajadores, sino inversores que, cada cierto tiempo, debían ir aportando nuevas cantidades de dinero y captando nuevos inversionistas.

A inicios de la década de 1970, cuando William y Alexander estaban siendo investigados por el FBI, la Comisión de Bolsa de Valores y varios organismos gubernamentales y judiciales de diferentes Estados, desde el Leadership Dynamics Institute pusieron en marcha uno de los programas de seminarios y charlas de liderazgo y motivacional más agresivos que se conocen y que provocó cientos de quejas y denuncias.

Eran eventos que se celebraban en hoteles y organizados para importantes compañías del país, en los que debían entrenar a sus ejecutivos para ser líderes de sus respectivas empresas y convertirse en tiburones sin escrúpulos a la hora de vender o cerrar tratos. Estas agresivas técnicas de entrenamiento motivacional consistían en prácticamente humillar a los asistentes y someterlos a una serie de pruebas muy poco ortodoxas, como obligarles a meterse en un ataúd y permanecer dentro con la tapa cerrada durante varias horas, atarlos en una cruz (a modo de crucifixión), darles de comer alimentos grasientos y mal cocinados, gritarles o ridiculizarlos frente al resto de asistentes.

Varias fueron las demandas civiles que presentaron diferentes grupos de asistentes que se unieron para denunciar aquellas prácticas vejatorias, torturas psicológicas e incluso de abuso físico y sexual a las que se vieron sometidos.

Pero aquel castillo de naipes en el que se había convertido la red de empresas piramidales se derrumbó de golpe cuando, William Penn Patrick, perdió la vida inesperadamente, a los 43 años de edad, el 9 de junio de 1973, a causa de un accidente de avión cuando se encontraba sobrevolando una de sus numerosas propiedades de California con uno de sus aviones privados mientras le enseñaba la finca a Christian George Hagert, un nuevo inversor que se haría cargo de la división de Holiday Magic en Finlandia.

Tras la muerte de William Penn Patrick las diferentes compañías que había fundado cesaron su actividad y para mediados de 1974 el imperio y entramado empresarial había desaparecido (coincidiendo con las docenas de reclamaciones, denuncias e investigaciones judiciales).

Por su parte, Alexander Everett abandonó los Estados Unidos rumbo a Europa y Asia y siguió en el mundo de las charlas motivacionales (sobre todo encaminadas a la filosofía y religiones orientales) hasta su fallecimiento en 2005, a los 79 años de edad (hacía una década que había regresado a los EEUU y fundado su propia secta religiosa).