Europa Press (España), 22.04.2025
Así, antes de que comenzase la vista, el fiscal ha solicitado el aplazamiento del juicio ante la previsión de que las declaraciones se puedan alargar, teniendo en cuenta que hay 55 testigos y 25 informes médicos de forenses, petición a la que se han adherido las partes. El ministerio público ha propuesto alargar las sesiones a 20, por lo que ahora se deberá de volver a señalar el juicio.
El fiscal solicita para los seis acusados -cinco mujeres y un hombre- penas que oscilan entre los 16 y los 76 años de prisión por nueve delitos de abuso sexual -seis de ellos a menor de edad- y un delito de asociación ilícita.
Según el escrito de conclusiones provisionales del ministerio público, los acusados conformaban junto a otras personas ajenas a los hechos un grupo pseudo-religioso y sectario en torno a su líder -fallecido el 15 de mayo de 2002 cuando se encontraba en prisión provisional-, a quien le atribuían poderes especiales de los que en realidad carecía, valiéndose de la abducción psicológica de sus fieles para constituir la comunidad con una finalidad de satisfacer sus deseos sexuales y de control sobre sus adeptos.
Dicha comunidad comenzó a formarse en 1990, cuando el líder, en colaboración con su esposa -una de las acusadas- ofrecían con carácter privado y a nivel particual terapias sanadoras de corte espiritual en Castelló, donde acudían en su mayoría mujeres con preocupaciones y/o problemas de salud.
El líder les ayudaba mediante una atención y guía de tipo espiritual que finalizaba con una ‘imposición de manos’ hasta prometer la sanación física de padecimientos y enfermedades empleando supuestas terapias y ritos sexuales. Con el tiempo y ante el aumento de sus miembros, el grupo se trasladó a la localidad de Vistabella del Maestrat, donde se consolidó la comunidad en un inmueble de más de 700 metros cuadrados, donde, según la Fiscalía, residían temporal o permanentemente los seguidores de la secta junto a sus familias.
Allí, el líder del grupo continuó desarrollando sus ritos sexuales con el conocimiento, el consentimiento y la colaboración de parte de los integrantes de la comunidad, es especial, de cuatro de los acusados. A las mujeres de la comunidad se les encomendaban tareas domésticas y a los hombres el mantenimiento y las obras que se realizaban de forma continua. El líder castigaba con humillaciones públicas a aquellas personas que no cumplían sus órdenes.
«Corromper la adolescencia»
También el líder, según el fiscal, con el fin de corromper la adolescencia de los menores para sus ulteriores deseos libidinosos, impartía ‘escuelas’ donde les iniciaba en la actividad sexual a través generalmente de videos y fotografías pornográficas, y mantenía encuentros sexuales con las menores
El Ministerio Público sostiene que las cinco acusadas fueron piezas esenciales para los encuentros sexuales del líder -que se encontraba aquejado de varias enfermedades y tenía escasa movilidad-con las menores de edad-.
El fiscal concluye que los seis acusados formaban parte de una agrupación de personas que, usando una pantalla pseudo-religiosa, tenía como finalidad la captación de miembros para los fines sexuales con los menores pretendidos por el líder de la secta.