DEIA, 6.01.2009

EL día 30 de diciembre de 2008, Miguel Perlado habla en DEIA sobre las sectas. Psicólogo y miembro de la Asociación de Atención e Investigación de Sociadicciones, cita a Amalurra como una de las entre 40 y 50 sectas que hay en el País Vasco. Abre su artículo diciendo «aunque vivimos en tiempos convulsos hay que alertar a la ciudadanía para que no se deje engañar por falsas promesas». En Amalurra estamos de acuerdo con el Sr. Perlado en alertar a la ciudadanía sobre la mentira y sus devastadores efectos en las personas y sus familias. En ese artículo se acusa gratuitamente a las 13 familias y casi 40 personas que formamos Amalurra de ser «inestables mentales y emocionales»; de ser «personas a las que les han lavado el cerebro y les han convencido de la efectividad de los ritos y determinadas terapias» y de ser personas «manipuladas que doblegan su personalidad y entregan todo su dinero».
¿Se imagina que dijeran de usted todo lo anterior siendo falso? Si lo imaginara seguro que podría usted empatizar con los momentos que nos está haciendo vivir al publicar una información sin contrastar. ¿Puede imaginar el dolor que nos causa lo que ha escrito? ¿Puede vislumbrar cómo influye en nuestros hijos, amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc., lo que ha publicado?
En Amalurra hemos levantado, entre todos, viviendas para nuestras familias, un hotel con spa, salas de formación y un albergue, abiertos tanto a las 4.671 personas que han venido a vernos este último año, como a las diferentes empresas con distintas actividades que han celebrado sus cursos y actividades con nosotros. Buscamos compartir nuestro proyecto y abrirnos al mundo para aportar nuestro granito de arena, por eso le invitamos a que descubra quiénes somos, como hicieron anteriormente el propio periódico DEIA, en diferentes artículos publicados, en los que hablaba del proyecto y del hotel de Amalurra; o ETB, a través del reportaje emitido en el programa Horrelakoa da bizitza.
Esperamos acepte nuestra invitación y nos visite para ver con sus propios ojos la realidad de Amalurra y así reconocer, como dicen es de sabios, su error.