DEIA, Nekane Lauzirika, 3.01.2009

«Aunque vivimos en tiempos convulsos, hay que alertar a la ciudadanía para que no se deje engañar por falsas promesas». Miguel Perlado, psicólogo y miembro de la Asociación de Atención e Investigación de Socioadicciones, advierte de la proliferación en el País Vasco de sectas no sólo en ámbitos de la salud física y mental, sino también en los religiosos. En estos momentos actúan entre 40 y 50 pero, según los expertos, la tendencia va in crescendo , «sobre todo a la hora de crear organizaciones pequeñas y autóctonas».

Las alarmas han vuelto a saltar en Euskadi entre las personas que llevan años luchando contra estas organizaciones. Han sonado por el anuncio de la apertura de una nueva sede de la denominada Iglesia de la Cienciología en la capital vizcaina.

«Lo único que busca la Cienciología, como el resto de las sectas, es hacer esclavos psicológicos y emocionales, a través de los cuales obtener dinero y poder», explica Miguel Perlado, experto de la asociación catalana que inició su cruzada hace más de 30 años contra estas perniciosas organizaciones.

La asociación catalana presta atención cada año a unas 120 familias del Estado, entre ellas muchas vascas, y hasta el momento disponen de una casuística de 1.700 pacientes. » La experiencia nos dice que la Cienciología, puesta de moda por estrellas como Tom Cruise, es una secta que manipula psicológicamente a sus seguidores», declara Perlado.

No existen datos oficiales sobre el número de personas que han caído en sus redes. Se calcula que sólo en el País Vasco, más de 2.000 personas acuden con regularidad a alguna de ellas. «Sus responsables se aprovechan de la inestabilidad mental y emocional de los usuarios para hacerles un lavado de cerebro y convencerles de la efectividad de los contenidos y ritos de determinadas terapias. Del estudio que hicimos en Cataluña se desprende que un 0,8% de la población del Estado está afectada por las sectas», explica este psicólogo catalán.

Desde sus comienzos, hace ahora 35 años, la asociación catalana ha atendido a familiares, pacientes y ex miembros de sectas, entre ellos de la cienciología. «La experiencia que tenemos es extensa, porque nos han llegado muchas peticiones de ayuda para ex adeptos».

Manipulación

«La Iglesia de la Cienciología es uno de esos grupos con una larga trayectoria de la cual existe un amplísima documentación que muestra que los procedimiento son claramente manipuladores, coercitivos y que van orientados a doblegar la personalidad de los potenciales adeptos que pueden formar parte de esa iglesia. Este tipo de grupos se manejan con argumentos victimistas. Denuncian ser perseguidos -por multinacionales farmacéuticas, psiquiatras…- ,víctimas de una caza de brujas. Hacen gala de un discurso de tinte paranoide para denunciar que están siendo perseguidos por sus creencias religiosas. Esto no tiene nada que ver con la realidad», relata.

A lo que tienen que enfrentarse muchas personas y sus familias cuando quieren dejar de ser cienciólogos, o de otras organizaciones similares, es «a la desaparición de grandes sumas de dinero y a la extorsión para no revelar determinadas informaciones. Es un tipo de dinámica que está muy estudiada y perseguida a nivel internacional y europeo».

En tiempos de crisis, las sectas redoblan esfuerzos por captar nuevos adeptos. Para ello juegan con la estética, con actores famosos, con prestigio social, con falsas promesas. Todo vale para que los colectivos más vulnerables -adolescentes, entre ellos- puedan caer en sus redes. «Cuando pasó lo de las Torres Gemelas, los cienciólogos se hicieron pasar por profesionales de la salud para captar a personas en situaciones de crisis. Estos grupos utilizan la doble moral», añade Perlado.

Doble juego no sólo usado por los cienciólogos, sino por todas las sectas que actúan en el Estado y en el País Vasco. «A las clásicas de toda la vida como los testigos de Jehová, las Doce Tribus, Opus Dei… hay que añadir las autóctonas, como Amalurra; la tendencia actual es crear grupos pequeños que van retroalimentándose y formándose progresivamente», advierte Perlado.