RAMÓN MANTECÓN – El País, Tokio – 31/03/1995

El atentado contra el jefe de la policía japonesa, Takaji Kunimatsu, quien fue tiroteado ayer a la puerta de su domicilio, en un barrio del norte de Tokio, por un individuo que le disparó cuatro balas por la espalda causándole heridas graves, ha conmovido a la opinión pública. Se trata del primer tiroteo contra un alto cargo de la policía desde la II Guerra Mundial. Este suceso ocurre una semana después del atentado mortal con gas letal en el metro de Tokio, cuyos autores no han sido detenidos.Kupimatsu estaba a punto de subir al coche oficial cuando un hombre de unos 40 años, con un sombrero y el rostro cubierto con una mascarilla quirúrgica, le disparó desde 25 me tros con una pistola automática del calibre 38.

Según el conductor oficial, el atacante disparó al menos una vez cuando Kunimatsu ya había caído desplomado sobre el pavimento y, con una bolsa de deportes en la mano, montó en una bicicleta y se esfumó. Unos minutos después, un hombre telefoneé a la cadena de televisión Asahi y señaló que el jefe de la policía japonesa era el primer objetivo en una lista en la que se incluyen otros altos responsables de la policía. «Se deben suspender las investigaciones de La Verdad Suprema», advirtió el comunicante, en referencia a la secta religiosa sospechosa del atentado con gas sarín en el metro de Tokio.

Aunque Kunimatsu era el encargado principal en la investigación de La Verdad Suprema, el grupo religioso negó inmediatamente cualquier relación con el atentado.