El Mundo, SOCIEDAD| 10.07.1990

La secta CEIS fue desarticulada en Cataluña en junio de 1984 tras la operación «Mesías» llevada a cabo por un efectivo de los Mossos d’Esquadra -policía autonómica- uno de cuyos miembros, Antonio Tarrida, se infiltró como «topo» durante seis meses en el seno de la organización. Pero el Centro Esotérico de Investigaciones ha ampliado su zona de acción hasta implantarse con relativa facilidad en Valencia, donde se comenta que Vicente Lapiedra, el «dios» venerado, ha conseguido levantar un nuevo imperio económico. Una urbanización ubicada entre las localidades de Paterna y Bétera, Cumbres de San Antonio, alberga lo que es considerado el nuevo santuario de la secta. Uno de los procesados en el juicio que hoy concluye en Barcelona, José Luis Isern, ha sido visto frecuentando uno de los locales atribuidos a la secta, el bar «Amics Neus». Además, se calcula que junto a la finca, valorada en unos 60 millones de pesetas, la secta dispone en la comunidad valenciana de al menos dos restaurantes, un café-teatro, un número indeterminado de bares y una tienda de antigüedades, además de varios automóviles de lujo. La infraestructura conseguida por CEIS en Valencia es muy similar a la que hace años montó en la capital catalana. Destacados «guías» de la organización reciben cada fin de semana a personas procedentes sobre todo de Castellón, Alicante y Zaragoza, que después son distribuidas en pisos para que confraternicen con otros miembros de la organización.