S. C. – El País, Elche – 08/04/2002
El juzgado de Elche que investiga el supuesto delito de estafa y los posibles daños psíquicos que se pueden haber cometido en el seno del grupo sectario dirigido por Paulo Chagas, conocido como El mesías, ha ordenado a algunas entidades bancarias que le remitan el movimiento registrado en las cuentas a nombre del referido líder y de la sociedad limitada Jusan Aplics, según los datos de la indagación judicial a los que ha tenido acceso este periódico. Paulo Chagas, nacido en Brasil, era el accionista único y administrador de la mencionada sociedad desde mayo de 2001.
La firma fue registrada para la fabricación en serie de calzado y presenta deudas a la Seguridad Social, según la investigación. A través de esta mercantil se realizaban reservas en hoteles y establecimientos de diversas localidades para la celebración de seminarios en los que se alteraba el nivel de conciencia de los seguidores, según las mismas fuentes. Muchos de los adeptos consideraban a Chagas como ‘la reencarnación de Dios’. También era normal que se arrodillasen ante él. El grupo realizó seminarios en Elche, Alcoy, Guardamar y Crevillent, localidad en la que en el gimnasio Shamballa presuntamente era uno de los lugares de contacto.
Un centenar de personas asistió en total a los seminarios. De ellos, una veintena formaba parte del grupo de ‘elegidos’ del maestro y su círculo íntimo lo constituían los ‘favoritos’, que eran una decena. En las testificaciones judiciales consta que en las reuniones del grupo ‘se hacían desfiles en círculo, desnudos, con prácticas de regresiones colectivas’. Se especifica en las mismas que una de las adictas se presentó de madrugada, en junio de 2001, en el tanatorio de Crevillent, con la intención de devolver la vida a una niña de tres años a la que velaba su familia, lo que provocó una gran confusión entre los allegados que acompañaban el dolor de los padres de la fallecida.
‘Quinta sinfonía’
En la investigación figura también lo relatado por una trabajadora de la industria del calzado, afín al grupo. Gracias a las enseñanzas atesoradas en la secta, había ascendido al ‘nivel superior’, lo que equivalía a haber logrado el estado de la ‘quinta sinfonía, que consiste en conseguir que un hombre obtenga cinco orgasmos en media hora’, según recoge una de las testificaciones judiciales. Esta misma mujer contó que para lograr este nivel había tenido que superar pruebas ‘muy malas, tales como contactos sexuales contra mi voluntad, impuestos y preparados por el maestro’. ‘Cuando me encontraba trabajando, si me sonaba el móvil y el maestro me indicaba que debía mantener un contacto sexual en ese momento, debía hacerlo y abandonar mi trabajo’. Esta mujer abandonó definitivamente su empleo y su matrimonio se rompió. Al ser preguntada directamente en el juzgado por estos hechos, la mujer dijo que no sabía el motivo por el cual no lo había contado con anterioridad.
La psicóloga Patricia Calvo, adscrita al Ayuntamiento de Crevillent, ha aclarado que alguna de las mujeres que ha pertenecido a la secta ha reiterado su intención de suicidarse.
Paulo Chagas, al que se le veneraba dentro del grupo como el nuevo Jesucristo, se encuentra en libertad provisional. Fue detenido en Alicante en el mes de noviembre y recluido en la prisión de Fontcalent. Junto al líder, la Guardia Civil arrestó a siete de sus estrechos colaboradores.
La psicóloga Patricia Calvo, la última testigo que ha prestado declaración en estas diligencias, ha apuntado que la secta puede considerarse como ‘destructiva’ a tenor de los efectos que había causado en una de las seguidoras, una funcionaria de 44 años, a la que ella entrevistó. La psicóloga manifestó en el juzgado que, en este caso concreto, hubo ‘destrucción de la personalidad’.
Uno de los matrimonios que asistió a varios de los retiros dirigidos por el maestro brasileño hubo de ser asistido en el servicio de psiquiatría del Hospital de Elche. Algunos otros terminaron en separaciones. El dinero que se abonaba por los seminarios, unos 180 euros, más de 30.000 pesetas de media por persona, además de las cantidades que se movían en el grupo, constituyen unas de las vías de indagación de estas diligencias. El joven Eugenio Sánchez, que se consideró manipulado por Chagás, dijo haber pagado más de 7.200 euros, 1,2 millones de pesetas, en seminarios y viajes del grupo.