20 Minutos (España), Miriam Cos, 10.01.2024

Una jueza ha emitido una segunda sentencia que avala, bajo el paraguas de la libertad de expresión, las críticas vertidas desde la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová hacia la confesión religiosa, en este caso por parte de uno de sus vocales, que se refiere a ella como «secta extremista y destructiva».

En la sentencia, remitida este miércoles a los medios de comunicación, la jueza Raquel Chacón, titular del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Torrejón de Ardoz, se pronuncia en el mismo sentido en el que ya lo hizo en una resolución publicada el pasado mes de diciembre, que fue celebrada como «histórica» por parte de las víctimas.

En este caso, la demanda iba dirigida contra Gabriel Pedrero, delegado de la asociación de víctimas en Madrid y administrador de las redes sociales de la entidad, quien publicó en su perfil personal mensajes en los que criticaba diversos aspectos de la confesión a la que perteneció desde su infancia.

Entre otras cosas, acusaba la religión de tener «las manos manchadas de sangre», tanto por las muertes supuestamente provocadas por impedir las transfusiones de sangre como por los suicidios provocados por «el estrés, la ansiedad y la depresión que causa» pertenecer a esta comunidad.

Pedrero, de 36 años, también ha interpuesto una demanda contra la organización en la que asegura haber sufrido abusos por parte de un anciano (cura) desde los 12 a los 16 y está a la espera de juicio. «En su momento, no me atreví a denunciar porque nos enseñan que el espíritu santo de Jehová es el que nombra a los ancianos y tenía miedo de desobedecerle, pero también sabía que estaba incumpliendo sus normas con lo que estaba pasando», contaba en un reportaje a 20minutos.

En el mismo, Pedrero relataba las secuelas psíquicas que sufre tras su vida en los Testigos de Jehová. Con 15 años le diagnosticaron trastorno límite de la personalidad por «la acumulación de cosas vividas». «Solo pensaba en quitarme la vida», afirmó, a la vez que comentó que cuando decidió dejar la comunidad los ancianos recomendaron a su padre, siervo ministerial (a un paso de convertirse en anciano), que le echara de casa. No lo hizo por sus problemas de salud. «Vivía con él y fue horrible. Me castigaron con la muerte social».

Precisamente, en las publicaciones de Pedrero denunciadas, el joven aludía al encubrimiento de los delitos que se practica dentro de la confesión, como en el caso de los abusos sexuales, la «muerte social» a la que se somete a quienes son expulsados o el impedimento que se pone a los fieles para que no cursen estudios universitarios.

Pos su parte, los Testigos de Jehová consideraron este contenido «degradante e injurioso», por lo que pidieron la retirada de los comentarios, el cese de su divulgación y una indemnización de 15.000 euros por una intromisión ilegítima de su derecho al honor.

Diez testimonios de exadeptos

Ante estas acusaciones, la jueza se apoya en hasta diez testimonios de exadeptos que prestaron declaración en el juicio en la misma línea que Pedrero y concluye que las críticas de este no son «meros rumores, ni sospechas, ni intuiciones o simples opiniones de un tercero extraño a la confesión», sino que «se basan en su propia y directa experiencia».

En cuanto a la calificación de «secta extremista y destructiva» que Pedrero hace en varias ocasiones en sus mensajes publicados, la jueza estima esta expresión «veraz, lo cual no significa que sea verdad».

«Se han puesto de manifiesto muchos comportamientos inflexibles, exigencias rígidas de las normas con independencia de sus consecuencias, que de ordinario causan daños, destruyen familias o atentan contra la salud mental de quienes han sido sus destinatarios», argumenta.

Por todo ello, estima que las críticas analizadas son legítimas y están amparadas por el derecho a la libertad de expresión, por lo que no suponen intromisión en el derecho al honor de los Testigos de Jehová.

La jueza que firma esta sentencia es la misma que dictó, el pasado mes de diciembre, otra resolución que dio respuesta a una demanda, en este caso contra la asociación en su conjunto, y en la que ya avaló las acusaciones vertidas desde la entidad y el uso del término «secta» para referirse a la religión.

En total, los Testigos de Jehová han interpuesto un total de cuatro demandas contra la asociación o contra algunos de sus miembros.

La primera de todas acabó con una sentencia del Juzgado de 1ª Instancia número 1 de Torrejón de Ardoz (Madrid), que en este caso sí condenó al secretario de la asociación, Enrique Carmona, al pago de 5.000 euros.

Aunque el juez avaló muchas de las palabras que habían ofendido a los religiosos, sí consideró que las palabras «secta peligrosa» y «la peor de las sectas» para referirse a la confesión eran «claramente desproporcionadas y manifiestamente injuriosas» y suponían una intromisión ilegítima en el derecho al honor.

Más allá de los recursos a las sentencias interpuestos por ambas partes, queda pendiente que se señale el juicio a raíz de la última demanda, presentada ante el Juzgado de 1ª Instancia número 5 de Torrejón de Ardoz, contra el presidente de la asociación, Israel Flórez.