Diario de Barcelona (España), Anna Gilabert, Pol Solernou y Julia Peñascal, 23-24.12.2020
Traducción del original en catalán
Capítulo 1: Génesis
«Desde que entras, te inculcan que estamos en los últimos días» – Dani Herrera
Nueve de la mañana. Salida del metro de Glorias, Barcelona. Cuatro personas hacen guardia alrededor de un stand publicitario donde se puede leer: «Lo que la Biblia realmente enseña«. Son dos hombres y dos mujeres. Ellos con traje y corbata. Ellas con una falda larga. Mantienen una conversación aparentemente cordial. Sin embargo, hay algo que no encaja. Un algo irreal, de otra dimensión, un muro invisible que separa aquel grupo del resto del mundo. Sin embargo, parece que esto pasa desapercibido a los cuatro predicadores. Y es que nosotros, los mundanos, según los Testigos, somos un ente que vive fuera de su realidad, en un mundo gobernado por Satanás donde reinan el caos, la guerra y los pecados.
«Los Testigos de Jehová tienen una jerga muy concreto que hace que te alejes del resto del mundo», explicaba Dani Herrera, un joven de 20 años que nació formando parte de la organización. A pesar de ser pequeño, Dani era un Testigo ejemplar.
Explica que, cuanto más se ensanchaba la distancia con los mundanos, más dependencia tenía los Testigos de Jehová. Una dependencia que tanto podía ser afectiva como económica: «A mí ya mi hermana nos ayudaron mucho. Nos compraron los libros de la escuela cuando no teníamos dinero y nos hicieron alguna compra de comida «. Hablamos también con Miguel Perlado, psicoterapeuta experto en sectas, quien en este video analiza el comportamiento y el impacto que tiene en las personas entrar en los Testigos de Jehová.
Los Testigos siempre han dedicado parte de su implicación en atraer y captar más gente porque, según Aníbal Matos, portavoz de la organización en España, es «el mandato que Cristo dejó a sus discípulos y seguidores». Desde sus inicios, han intentado inculcar la idea de que deben ser predicadores y difundir este mandato en el resto del mundo. Las promesas que hacen los recién llegados son uno de los elementos más atractivos que incitan a la gente a entrar. Dani decía que «una vez te quitas la venda de los ojos, te das cuenta que estabas siendo manipulado. Pero si no te la sacas, estar allí dentro es lo mejor que te puede haber pasado «.
Pertenecer a la hermandad tiene un precio moral elevado. «En la organización no tienen prohibiciones como tal, pero hacen recomendaciones que te manipulan para que tú quieras llegues o no hacer determinadas cosas» explica Dani. Unas restricciones que, inculcadas gradualmente, se convierten en los fundamentos de la vida de un Testigo de Jehová.
Capítulo 2: la tierra prometida
«Hablamos del Reino de Dios a los demás con el convencimiento de que pronto Jehová transformará la Tierra en un paraíso» – Aníbal Matos
Como toda organización cristiana, los valores de los Testigos de Jehová están definidos por la Biblia. Es por ello que las conductas que cada testigo debe poner en práctica están totalmente condicionadas por la interpretación que los responsables de la organización hacen de los textos sagrados. Estas lecturas de la Biblia, en el caso de los Testigos de Jehová, tienden a provocar una falta de participación en el ámbito político de sus miembros para evitar que los jóvenes vayan a la universidad y potenciar así el desarrollo de habilidades necesarias para construir el Reino de Jehová.
Una de las críticas que históricamente más ha pesado contra la organización es el rechazo a recibir transfusiones de sangre. Aníbal Matos da la siguiente explicación a esta normativa: «Desde un punto de vista bíblico, la sangre es sagrada (…) Los Testigos de Jehová entienden que esta prohibición se aplica al uso médico de las transfusiones de sangre, ya que no es posible abstenerse si se introduce sangre en el cuerpo. «
Sin embargo, la prohibición de aceptar recibir sangre ajena puede tener graves consecuencias y, en estos casos, la moral humana puede chocar frontalmente con los postulados de los textos sagrados. Hablamos también con Gabriel Pedrero, delegado de la Asociación de Víctimas de los Testigos de Jehová de Madrid.
Otra postura conflictiva dentro de la organización es la que presentan respecto a la homosexualidad. El portavoz de los Testigos, Aníbal Matos, argumenta esta cuestión haciendo referencia a las palabras de la Biblia: «Aunque no aceptamos la homosexualidad, no obligamos a los demás a pensar como nosotros. Sin embargo, para llegar a ser Testigo de Jehová se han de aceptar las enseñanzas que da la Biblia».
Dani Herrera explica que el discurso oficial de la organización suele ser el de «no compartir las prácticas de los homosexuales para, en cierto modo, ocultar la homofobia que hay detrás». En su página web se pueden encontrar documentos que pretenden enseñar a los más pequeños sobre cómo tratar este «pecado».
Una cuestión diferencial de los Testigos de Jehová es la recomendación que se hace a sus fieles de no celebrar ciertas festividades, como Navidad o los cumpleaños, un hecho que sería impensable por los «mundanos». En cuanto al primer punto, Aníbal Matos afirma lo siguiente: «Para los Testigos, más importante que el día del nacimiento de Jesús es su muerte, ya que ésta significa para todo el que ejerce fe que la muerte es el precio que Dios ha pagado por nuestra redención». Pedrero, por el contrario, encuentra que esta idea contribuye a restringir aún más la relación con la sociedad de aquellos que dedican su vida a la organización. Por su parte, Aníbal Matos indica que «las dos únicas referencias a la celebración de cumpleaños en la Biblia se dan en un contexto pagano y desfavorable a la ética cristiana. No hubo entre los cristianos del primer siglo ninguna celebración de esta naturaleza»
El portavoz de la Asociación de Víctimas también da su versión de por qué los Testigos de Jehová no celebran los cumpleaños. Sin embargo, especialmente entre los pequeños, no es fácil seguir estas consignas. Dani habla de cómo vivía el aniversario de sus compañeros de escuela y de la presión que sentía cuando sus dos mundos enfrentaban.
¿Cómo se explica, entonces, que una organización que impone todas estas restricciones tenga más de 8 millones de fieles en todo el mundo? Sólo una palabra responde esta cuestión: el miedo. El temor a ser destruido por haber fallado a Dios, a no salvarse cuando llegue el fin del mundo. El especialista en dinámicas sectarias Miguel Perlado explica cómo el miedo afecta y condiciona cada uno de los integrantes de la organización: «es precisamente el Armagedón, el fin del mundo y la llegada del Juicio Final, la llama que mantiene viva el miedo en el interior de cada uno de los testigos. La organización utiliza todas las herramientas que tiene a su alcance para mantener bajo control al rebaño de fieles: la literatura y, actualmente, las nuevas tecnologías o las redes sociales».
De hecho las dos revistas editadas, publicadas y repartidas mensualmente por los Testigos de Jehová (La Atalaya y ¡Despertad!), son dos de los folletos más distribuidos del mundo. Según datos oficiales de la misma organización, ambas tienen una tirada de más de 40 millones de ediciones al mes y se pueden encontrar en 236 países diferentes.
Estas herramientas no sólo se utilizan para dar a conocer su labor, sino también para que los testigos puedan estudiar la palabra de Jehová y llegar a formar parte de una congregación. Desde que una persona se adentra en la organización, comienza a estudiar la Biblia, con el objetivo de alcanzar todos los conocimientos necesarios para ser bautizado, el requisito indispensable para formar parte permanentemente.
Los Testigos siempre se han distanciado del catolicismo, aunque comparten algunos rituales, como el bautizo. Sin embargo, a diferencia de los católicos, los Testigos de Jehová no bautizan a los niños, sino que se esperan en la adolescencia para que cada individuo pueda tomar su propia decisión. Su bautizo consiste en 100 preguntas de preparación que demostrarán si una persona es seguidora fiel de Jehová.
La última es la más importante, ya que cuestiona al bautizado si dedicará toda su vida a Dios. Una vez respondidas correctamente todas las preguntas, se sumerge a la persona en una piscina, «del mismo modo que Jesús fue bautizado por Juan Bautista», explica Matos. Dice que, desde ese momento, el testigo deberá vivir conforme a las enseñanzas bíblicas que «de manera libre y personal aceptó».
No obstante, según Dani, desde pequeño se insiste a los niños para que se bauticen, por lo que la decisión final está condicionada por todas las enseñanzas que han ido recibiendo a lo largo de los años. Incluso, la página web oficial de los Testigos de Jehová incluye contenidos que inculcan a los niños la educación que quieren. Matos discrepa que los niños estén presionados, cree que sólo son educados según los valores que sus padres han aprendido.
Actualmente, los Testigos de Jehová son casi nueve millones en todo el mundo, considerando que tan sólo se cuentan los bautizados como tal, es decir, sin contar los simpatizantes. Estos nueve millones de fieles tienen presencia en más de 200 países de todo el mundo, y uno de ellos es España.
Es incuestionable que la organización es muy abundante también en nuestro país. En España hay cerca de 1.500 congregaciones repartidas por todo el territorio. Estas son gestionadas por los ancianos, aunque las órdenes vienen dadas desde más arriba. Más concretamente desde Nueva York, donde está el órgano principal de la organización.
Capítulo 3: el Juicio Final
«Es una secta extremista, peligrosa y destructiva» – Gabriel Pedrero (delegado de la Asociación de Víctimas de los Testigos de Jehová al Gobierno de Madrid)
Aunque para los mundanos salir de esta organización sea una liberación, las personas que viven esta experiencia no lo suelen recordar así. Debido a la intromisión en la vida de sus miembros, los Testigos de Jehová acaban condicionando cada una de sus relaciones con el mundo. Salir de la organización, por lo tanto, implica perder todo lo que se conoce hasta el momento, incluidas las personas.
Existen, pues, dos formas diferentes de salir de la organización, aunque ambas terminan con los mismos resultados. Una de estas es la expulsión a causa de un mal grave, es decir, cometer un pecado imperdonable. El adulterio o el divorcio pueden ser algunas de estas causas de expulsión. Aníbal Matos explica que siempre que la persona tenga la voluntad de rectificar ese mal grave podrá rehacer su vida. Dani, pero, gracias a su experiencia tiene una visión diferente.
Los Testigos de Jehová tienen una justicia con leyes propias, leyes que determinan los castigos de todo lo que ellos consideran un pecado. En cometer uno, se abre una especie de proceso interno, llamado comité judicial, en manos de los ancianos de la congregación, los cuales determinan la sentencia.
Según explica Gabriel Pedrero, al tratar casos de abusos sexuales o adulterio se requieren dos testigos oculares para que sea reconocido como tal. En otras palabras, la versión de la víctima no tiene ningún valor si dos personas no han presenciado los hechos. Ante esta actuación judicial, Gabriel Pedrero explica que es utilizada para encubrir casos de abusos y que, a veces, terminan con consecuencias drásticas.
Estos comités, sin embargo, tienen otra particularidad: las mujeres deben declarar con su marido presente, un comportamiento que condiciona claramente sus palabras. Y es que la posición de las mujeres en los Testigos de Jehová es de inferioridad con respecto a la del hombre, el cual puede aspirar a cargos más elevados, como el de anciano.
La madre de Dani fue expulsada porque se divorció y no se demostró que hubiera adulterio o alguna causa mayor que lo justificara. Su ex marido también fue expulsado, aunque con los años lo volvieron a readmitir. Dani y su hermana siguieron dentro de la congregación estudiando la palabra de Jehová para ser bautizados. Él recuerda el temor que sentía al saber que, a la llegada del Armagedón, su madre no seria salvada.
La otra manera de abandonar los Testigos de Jehová es presentar una renuncia. Se redacta una carta privada con los motivos por los que se deja la organización y se entrega a los dirigentes de la congregación. Estos serán los únicos que tendrán una conversación sobre qué ha pasado e intentarán convencer al miembro para que vuelva.
Si la decisión de esa persona es definitiva, se hace el anuncio de este abandono a la congregación y, a partir de ahí, el ex testigo deja de existir para el resto de miembros de la organización. Así lo recuerda Gabriel Pedrero, que presentó su renuncia hace un año y medio.
El portavoz de los Testigos de Jehová en España confirma estas prácticas, aunque bajo su criterio, la culpa recae en quien marcha: «es esta persona la que rompe su relación con la confesión». De repente, una persona que ha vivido acompañada de una organización que determinaba todas sus actuaciones y comportamientos en sociedad, se encuentra sola en un mundo desconocido.
A esto se le suma que el hecho de hablar de la organización a los mundanos hará que sus amigos, conocidos y compañeros de congregación pasan a considerarlo un apóstata, es decir, una persona que se rebela ante Jehová, y será el mayor enemigo de la organización.
Miguel Perlado explica cómo el proceso para recuperarse de una situación así requiere mucho tiempo y esfuerzo para superar el dolor. Dolor de perder todo lo que conocías, desde personas hasta esquemas y comportamientos sociales. Es por ello que, según Perlado, el tratamiento suele ser largo, ya que cada persona tiene que recuperar su identidad o, en el caso de los niños, crear una nueva.
Esta gran suma de dinero, sin embargo, a menudo se ha invertido en empresas que no concuerdan con sus creencias y predicaciones, como las productoras de alcohol, industrias de tabaco o empresas armamentísticas. Este buscador con datos de 2014 muestra todas las empresas donde invirtieron los Testigos de Jehová, incluidas aquellas que no concuerdan con su filosofía moral.
Dani es un ejemplo de superación de todos estos temores y normas que los Testigos de Jehová le inculcaron. Una vez fuera, considera que los Testigos no son más que una empresa con el objetivo principal de educar a todos los seguidores posibles en sus creencias para «seguir manteniendo el nivel de vida de la gente que conforma el cuerpo gobernante».
Ha dejado atrás el miedo, uno de los elementos que lo acompañó durante su día a día dentro de la organización. Con el tiempo, ha sido capaz de encontrarse a sí mismo, reconstruir su identidad y mostrar al mundo que se esconde realmente detrás del Reino de Jehová.