La Nación (Argentina), Evangelina Himitian, 21.03.2018

Los testigos de Jehová son unos 150.000 miembros en la Argentina. Esta comunidad religiosa es conocida entre otras cosas por su oposición al recibir transfusiones de sangre por considerar que la Biblia lo prohíbe y que hacerlo pone en riesgo la salud pública. Algunos de sus miembros incluso hay fallecido por la imposibilidad que les impone su creencia de recibir algún tratamiento médico. «Acabar con la vida de un niño no nacido es un asesinato», apunta Marcos Donadío, vocero de la iglesia ante la consulta de LA NACION. Al recibir las preguntas sobre la postura de esta religión sobre la interrupción del embarazo, deja en claro que se oponen a la legalización y que no admiten las excepciones que estipula la ley, en caso de violación, riesgo de vida o de salud para la madre.

No podrá interrumpirse el embarazo, pero en cambio, será en el momento del parto cuando la pareja podrá elegir si salva la vida de la madre o la del bebe. No podrá interrumpirse el embarazo en etapa embrionaria. Esta es una forma de garantizar que el riesgo de vida sea real y no presunto. Donadío eligió responder casi todas las preguntas, linkeando artículos publicados sobre el aborto en la página oficial de este culto: www.jw.org Lo que sigue es un resumen de las respuestas aportadas por el vocero de los Testigos de Jehová en el país.

–¿Qué pone en juego el debate sobre el aborto?

Para Dios, la vida es sagrada. Él considera que hasta un embrión es un ser vivo único y distinto. Refiriéndose a Dios, el rey David escribió bajo inspiración: «Tus ojos vieron hasta mi embrión» La ley de Dios estipulaba: «En caso de que unos hombres luchen el uno con el otro y realmente lastimen a una mujer encinta y ocurre un accidente mortal, entonces tienes que dar alma por alma». Así que, para él, acabar con la vida de un niño no nacido es un asesinato.

–¿Cuál es la postura de los Testigos de Jehová? ¿En qué se basan?

–Unos de los deseos más importantes que tenemos los Testigos de Jehová es encontrar en la Biblia el sustento de todas nuestras creencias, pues hemos podido comprobar que los principios que allí están nunca fallan y seguirlos nos trae muchos beneficios. ¿Qué piensa Jehová del aborto? Para él, hasta la vida de un bebé que todavía no ha nacido tiene mucho valor. Jehová lo dejó muy claro en la ley que les dio a los israelitas: si alguien hería a una mujer embarazada y su hijo moría por eso, el culpable tenía que morir. Esto nos enseña que Jehová no aprueba el aborto

–¿Se admite en ciertas circunstancias?

No. Pero si en el momento del parto hay que escoger entre la vida de la madre y la del niño, será la pareja quien, en semejante situación, tendrá la última palabra.

–¿Cuándo comienza la vida? ¿Y la persona?

–Puede decirse que el aborto no es más que un acto de «eliminar una pequeña masa de tejido» o «de poner término al producto de la concepción» ¿No serán, más bien expresiones endulzadas para que la amarga verdad resulte más admisible y tranquilizar las conciencias perturbadas? Esa pequeña masa de tejido no deseada es una vida que crece y se desarrolla, y que cuenta con su propio juego de cromosomas. A modo de autobiografía profética, estos (los cromosomas) narran la historia detallada de una persona individual y única en proceso de formación. El célebre profesor e investigador A. W. Liley, especializado en embrionología, explica: «Biológicamente, en ningún momento podemos estar de acuerdo con la opinión de que el feto no es más que un apéndice de la madre. Genéticamente la madre y la criatura son individuos distintos desde la misma concepción».