La Voz de Galicia (España), A. Garrido, 9.03.2016

Era la novena edición de algo que se llamaba la Carrera por la Paz.

Un evento organizado por un tal Sri Chinmoy. Un tipo capaz de componer 14.000 piezas musicales, escribir 1.200 libros de todo tipo de géneros o pintar 150.000 cuadros. El levantamiento de elefantes tampoco tenía, al parecer, secreto para lo que acertadamente Serxio González describió como la prueba palpable del Superhombre de Nietzsche.

No se crean que todo este cúmulo de hazañas habían quedado en la más absoluta intimidad. En un folleto, que llevaba por título el descriptivo «Sri Chinmoy. Visionario de la paz mundial», se relataban también las hazañas deportivas de alguien que aparecía en una foto batiendo al mismísimo Carl Lewis.

Todo se habría quedado en una anécdota si el Concello de Vilagarcía no hubiera organizado una recepción oficial a los «participantes» en la Carrera por la Paz, que se llevaron varios regalos.

Cuando trascendió que todo formaba parte de una secta, desde Ravella se argumentó que todo hacía pensar que se trataba de una «iniciativa pacifista».