El País, 27/03/2000

El libro de la secta, del que los seguidores de Kibweetere llegaron a distribuir 100 ejemplares en Kampala, es rojo, con un Cristo crucificado y un cielo ennegrecido al fondo. El título reza: Un mensaje del cielo: el fin de los tiempos presentes. En sus páginas, el autor promete un catálogo de horrores en el caso de no ser escuchados: «Suecia será asolada por la mitad de los castigos que destruyeron Sodoma y Gomorra (…) Sudán será atacada por 10 naciones a la vez (…) Dar es Salam será azotada por nueve enfermedades y nadie podrá escapar a sus efectos (…) Francia será destruida en medio de terribles lamentos (…) El Reino Unido sufrirá una sequía en la que ni las rocas darán agua». De España no dice nada.

En los diez mandamientos renovados se exige la adoración y el servicio de Dios, el estricto descanso dominical y honrar a los padres. Se castiga tomar el nombre del Señor en vano, cometer adulterio (incluso observarlo o pensar en él), fornicar, el lesbianismo, practicar abortos, cometer asesinatos o suicidios (sic)… Pero el más interesante es el décimo: «No desearás la propiedad del prójimo». Su incumplimiento es la piedra angular de la investigación policial.