EFE (Filipinas), 31.08.2024

La Policía de Filipinas mantuvo este viernes un dispositivo en torno a las instalaciones de un grupo evangelista en el sur del país donde se cree que podría estar un predicador en busca y captura por presunta pederastia y tráfico humano, tras los altercados producidos en los últimos días.

Los seguidores del predicador Apollo Quiboloy, de 74 años y cercano al expresidente Rodrigo Duterte, han bloqueado las entradas del grupo, llamado Reino de Jesucristo, en la región de Davao, aunque se desconoce el paradero del líder religioso, que también es buscado por Oficina Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos.

Este viernes, un helicóptero de la Policía Nacional sobrevolaba las instalaciones del grupo, mientras cientos de oficiales con cascos y escudos antidisturbios se encontraban a las puertas del edificio, según la retransmisión del canal Sonshine Media Network International (SMNI), propiedad del propio grupo religioso.

El dispositivo policial se ha topado con la feroz resistencia de los fieles al evangelista, autoproclamado «dueño del universo» e «hijo designado de Dios», quienes evitan desde hace días que las autoridades entren en el recinto, que ocupa unas 30 hectáreas.

Alrededor de 60 oficiales han resultado heridos durante los altercados registrados desde el pasado domingo con los devotos, apuntó la noche del jueves en rueda de prensa el portavoz de la Policía Nacional, Jean Fajardo.

El pastor, que también figura en la lista de los más buscados por la FBI de Estados Unidos, es seguido por millones de personas en Filipinas, donde los líderes religiosos tienen una gran influencia en la política.

La tensa situación ha sido analizada como un nuevo episodio de los desacuerdos entre los poderosos clanes políticos de los Marcos y Duterte, que acudieron en tándem en las elecciones en 2022.

El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr, defendió esta semana el despliegue de 2.000 policías, a los que se ha unido cuatro compañías de soldados del Ejército, dada la magnitud del área del recinto para evitar una supuesta huida del acusado.

Por su parte, Sara Duterte, actual vicepresidenta e hija del exmandatario Rodrigo Duterte (2016-2022), se disculpó por el uso «inaceptable» de la fuerza ejercida por la Policía en Davao, feudo de su clan familiar.

El alcalde de Davao, Sebastián Duterte -hijo del exdirigente-, también denunció el lunes en un comunicado el uso «excesivo» de la fuerza por parte de la policía contra ciudadanos «inocentes», a quienes reconoció el derecho a protestar de «manera pacífica».

Durante la presidencia de Rodrigo Duterte, Quiboloy ejerció un rol no oficial como asesor espiritual del mandatario. Pero, tras la llegada de los Marcos al poder, los tribunales filipinos comenzaron a perseguir al predicador por numerosos delitos.