ANA FERNÁNDEZ, El País, Ginebra – 09/10/1994

El misterio y la confusión siguen envolviendo la muerte de los 53 miembros de la secta del Templo del Sol, en Suiza y Canadá, pero el juez André Piller, encargado de la investigación, reveló ayer que ha hecho «descubrimientos soprendentes» en torno al caso. «Al principio hablamos de un suicidio colectivo, pero hoy podemos afirmar que en algunos casos no fue suicidio, sino asesinato», declaró Pillier en el curso de una conferencia de prensa en Friburgo. Sin embargo, el magistrado no quiso avanzar más de talles.La justicia suiza ha emitido ordenes de captura contra los dos cerebros de la secta, Luc Jouret y Josep di Mambro, acusados por la televisión pública canadiense de utilizar la orden como tapadera de un jugoso entramado de tráfico de armas. El juez Pillier dijo en Friburgo que el estado actual de las investigaciones no permite confirmar la denuncia de Radio Canadá.

Además, se desconoce si Di Mambro y Jouret se encuentran entre. las víctimas del suicidio ritual perpetrado el miércoles. El estado en que quedaron los cadáveres, muchos de ellos completamente abrasados por el fuego, dificulta la identificación, pero algunos testigos afirman que uno de los cuerpos de gran corpulencia y los numerosos objetos encontrados -una cadena de oro, dos anillos, una pulsera de cobre, la hebilla de un cinturón y un fajo de billetes- pertenecen al jefe de la secta, que solía llevar habitualmente encima miles de francos suizos en billetes. La policía, sin embargo, no ha confirmado esta información. En cuanto a Jouret y otro de los responsables de la secta, Camille Pilet, propietario también de una de las viviendas incendiadas, no parece que se encuentren en el depósito de cadáveres de la localidad de Sion.

Di Mambro se encontraba en Suiza desde el pasado 30 de septiembre. Hombre de costumbres, solía almorzar y cenar en los mismos restaurantes del cantón de Vaud. El pasado lunes, día 3, cenó en un restaurante de la localidad de Bex, a la misma hora que su lujosa casa de Morin Heights, de Quebec, se esfumaba envuelta en llamas, acompañado de una docena de personas, entre las que no estaba Jouret. El martes por la tarde fue visto por última vez junto a su esposa y el médico belga en Salvan. Como habían olvidado las llaves, tuvieron que llamar a un cerrajero para acceder al chalé que horas más tarde sería destruido por el fuego.

Trece identificados

Hasta el momento se han identificado 13 de los cadáveres hallados en casa de Cheiry y el control de monóxido de carbono efectuado ha puesto de manifiesto que una de las víctimas estaba todavía viva cuando se inició el incendio.En las lujosas viviendas registradas por la policía en la Provenza francesa el viernes, en las que algunos miembros de la secta -especialmente Di Mambro- habían estado hasta finales de agosto, se ha encontrado un dispositivo para prender fuego a la casa similar a los instalados en los chalés suizos. Los dispositivos podían ser accionados mediante una señal telefónica.

Varios testimonios afirman que los miembros de la secta daban la imagen de ser «gente sin problemas, que pasaban la mayor parte del tiempo cantando y en trabajos de jardinería».