Milenio (México), Eugenia Jiménez, 15.07.2012
Una mujer dijo que la española Dora del Hoyo le ayudó a conseguir cuatro batidoras para realizar un pedido urgente de 27 pasteles; a otra le facilitó encontrar una niñera.
El Opus Dei inició el proceso de canonización de Salvadora del Hoyo, (Dora) quien fue una “profesional del hogar” y la primera numeraria auxiliar de la Obra de Dios.
El pasado 12 de junio en Roma, el prelado Javier Echaverría inició el camino a los altares de Dora y presentó en la Universidad de la Santa Cruz sus virtudes.
Las numerarias auxiliares se dedican principalmente a la atención de los trabajos domésticos de las sedes de los centros de la prelatura. Como su actividad profesional ordinaria y se les prepara para que realicen dichos servicios de manera profesional.
Los favores
El Opus Dei tiene en su página web un micrositio especial de Dora del Hoyo donde hay una sección especial para que se envíen los favores recibidos por ella.
Entre los testimonios se encuentra el de una mujer que le rezó a Dora para que le ayudara a conseguir una batidora eléctrica con la que pudiera atender un encargo de 27 pasteles que le habían solicitado. Después de la plegaria unas personas le ofrecieron cuatro batidoras y se solucionó el problema.
Otra mujer chilena, expone: “le recé insistentemente durante dos meses para encontrar a una niñera porque entraría a trabajar y tenía que hallar una antes del 2 de febrero”. En la fecha límite “me llamó una mujer joven que quería trabajar con nosotros. Supe de inmediato que Dora me la había enviado”, concluyó.
Una chica española dio a conocer que el refrigerador de su hermano dejó de funcionar el día en que había hecho una compra de alimentos congelados, por lo que tenían miedo de que se echara a perder toda la comida. “Le sugerí (a mi hermano) pedirle a Dora que solucionase el problema y pusimos una estampa en la nevera. Me fui a mi casa tranquila, convencida que Dora lo solucionaría. Así fue, a las 24 horas recibí un sms de mi hermano diciendo que la nevera estaba enfriando de nuevo”.
En entrevista con MILENIO, Marilú Esponda, numeraria del Opus Dei, afirmó que para las mujeres de la Obra es un acontecimiento importante el que se busque la santificación de una mujer que a través de los trabajos en el hogar colaboró para el crecimiento de otros y que siempre trato de realizar su labor lo mejor posible.
Señaló que Dora es un ejemplo para todas las mujeres para desarrollar sus trabajos de manera profesional en cualquier lugar en donde se encuentren, no solo en el hogar, porque ella se entregaba para servir a los demás lo mejor posible en su vida diaria.
Su vida
Salvadora Honorata del Hoyo Alonso nació el 11 de enero de 1914, en Boca de Huérgano (León, España). A los 31 años decidió “entregar su vida a Dios en celibato” y solicitó su ingreso al Opus Dei el 14 de marzo de 1946.
En el libro Una luz encendida, hay testimonios de personas que convivieron con ella: “no se contentaba con cumplir sus deberes en el lavadero o en la cocina, sino que empleaba sus talentos a fondo en otras actividades que iban desde planchar las camisas de unos jóvenes universitarios con almidón —a la moda de los años 40— sin que nadie se lo pidiese, hasta preparar un platillo especial con medios económicos escasos. Mantener limpias unas sartenes o servir la mesa eran para ella una ocasión de amar”.
También explican que Dora es un ejemplo para las mujeres de hoy que ven en el “trabajo de la casa una verdadera profesión. Una ayuda en el cielo para afrontar los mil avatares diarios que conlleva la gestión y atención del hogar, de las personas”.
Dora del Hoyo falleció el 10 de enero de 2004, sus restos fueron trasladados a Santa María de la Paz, en la sede central del Opus Dei en Roma. Y se encuentran depositados en una lateral de la cripta, junto a la tumba de Álvaro del Portillo y bajo el altar donde reposan los restos de san Josemaría Escrivá de Balaguer.
Importancia del “servicio en el hogar”
San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, concedió una entrevista a la revista española Telva, donde destacó la importancia que tiene el servicio en el hogar.
“No hay que olvidar que se ha querido presentar ese trabajo como algo humillante. No es cierto, humillantes eran, sin duda, las condiciones en que muchas veces se desarrollaba esa tarea. Y humillantes siguen siendo algunas veces ahora.
“Hay que exigir el respeto de un adecuado contrato de trabajo, con seguridades claras y precisas, hay que establecer netamente los derechos y los deberes de cada parte. Es necesario que la persona que preste ese servicio esté capacitada, profesionalmente preparada. He dicho servicio porque toda tarea social bien hecha es eso, un estupendo servicio: tanto la tarea de la empleada del hogar como la del profesor o la del juez. Sólo no es servicio el trabajo de quien lo condiciona todo a su propio bienestar.”