La Capital (Argentina), 19.06.2021

El Arzobispado de Rosario dio sus respuestas por mail. A quince días de las denuncias públicas de 43 mujeres que trabajaron (siete en Rosario) sin sueldo ni aportes previsionales en la organización católica Opus Dei, el organismo máximo de la Iglesia local sentó posición a pedido de La Capital.

El arzobispo Eduardo Martín contestó todas y cada una de las preguntas. Pidió hacerlo por mail ante la imposibilidad de una nota presencial en el marco de la pandemia.

Las respuestas las dio como autoridad eclesiástica y también a título personal. Y en esta última posición destacó entre otras cosas: «En caso que hubiere habido faltas o pecados (entendiendo que no toda falta moral o pecado constituye delito) entre miembros de una institución, se debe buscar la reconciliación y reparar el daño que se hubiese causado».

Si bien Martín aclaró que «toda persona que se sienta herida debe ser recibida, escuchada, contenida y acompañada por parte de la Iglesia», las mujeres denunciantes aseguran que «nadie» del Opus las llamó para contenerlas y sí, en cambio, para persuadirlas de no seguir haciendo públicas sus historias y de «arreglar» la situación de manera directa y no a través de algún representante legal.

Luego del diputado provincial del Frente Social y Popular, Carlos del Frade, quien a cinco días de conocerse públicamente los relatos de las mujeres pidió informes al Ministerio Público de la Acusación y al de de Trabajo, se conocen ahora las primeras palabras por parte de la Iglesia Católica, espacio al que pertenecieron las exnumerarias que se autodenominan víctimas de maltrato.

Este grupo de mujeres no solo invoca deudas previsionales sino también «privación de la libertad», trabajo «con menores» en estado de «servidumbre» y «abuso de conciencia».

El abogado que representa legalmente a las ex numerarias, Sebastián Sal, elevó una detallada misiva al Papa Francisco en Roma, tal la recomendación del nuncio del Vaticano en Buenos Aires. Si bien se sabe que llegó la carta, aún se espera respuesta. ¿Por qué no hay aún denuncia penal? «Ya hay denuncias laborales pero lo que decidimos hacer primero es dar la posibilidad de que la Iglesia resuelva interiormente: nos contactamos con el nuncio papal porque acá hablamos del Opus Dei que asegura no tener bienes a su nombre, cuando sabemos que hay al menos 17 asociaciones civiles en el país dirigidas por sus miembros, ligadas a sus bienes y contactando a empleados y empleadas a quienes hacían trabajar por distintas provincias y países de manera informal”, sostuvo al referirse a asociaciones como la local Santafesina de Cultura.

Solo para mujeres el Opus dispone en Rosario de seis importantes espacios e inmuebles, de valor millonario: Nabla (Mendoza 1268); residencia universitaria Cheroga (Santa Fe 2044), Arcos (Urquiza 2535), una casa frente a la plaza de Fisherton ,en Wilde 489 bis (Fisherton), el centro profesional Río (Buenos Aires 2269) y La Estancia (Pérez). Un número similar se repite para curas y miembros masculinos.

Más voces

Conocidos los testimonios, otras tantas historias más llegaron a este diario. Ya no solo de numerarias auxiliares sino de personas que ejercieron cargos de más jerarquía en la Obra en Rosario.

Familiares en un caso y protagonista, en otro, ratifican lo expuesto por «las 43», pero van más allá al decir que fueron tratadas y medicadas con psicofármacos cuando dudaron de su «vocación» o quisieron irse de la Obra.

Tienen pocas esperanzas que desde el Opus reconozcan las faltas y se repare económicamente a las damnificadas porque aluden que «esto pasa desde hace tiempo, en este país y distintas partes del mundo», tal como se registra en la página web Opus Libros.

Pero advierten que les interesa visibilizar una «vieja maniobra de captación y malos tratos». Y dicen estar aún en estado de «vulnerabilidad económica y emocional» y prefieren «por el momento» no hacer públicos sus relatos, aunque no descartan darlos a conocer en breve y sumarse al reclamo colectivo.

Las respuestas

Lo que sigue es la transcripción de las preguntas y respuestas por mail, entre este diario y el arzobispo local:

—¿La prelatura del Opus Dei se encuentra autorizada a funcionar en su jurisdicción? En caso de ser afirmativa la respuesta, ¿me puede decir desde cuándo, desde qué año y quién otorgó dicha autorización?

—La labor del Opus Dei en la Argentina comenzó en 1950, aquí en Rosario. Vinieron a solicitud del entonces primer obispo de Rosario, el Cardenal Antonio Caggiano. Posteriormente, durante el pontificado de Juan Pablo II, el Opus Dei pasó a ser una prelatura personal; esto significa que los miembros del Opus Dei tienen un Ordinario propio que es distinto del Ordinario del lugar.

—¿Cuál es el control que realiza su arzobispado sobre las congregaciones o instituciones religiosas autorizadas a funcionar en su jurisdicción?

—La vida religiosa cuenta con autonomía de gobierno ejercida por sus autoridades propias (por ejemplo, superior provincial, superior general, etc.); ahora bien, en cuanto a la cura de almas, al ejercicio público del culto divino y a otras obras de apostolado, está sujeta a la potestad del obispo.

—¿Tenía conocimiento usted del accionar del Opus Dei tal como lo denunciaron las ex miembros en los artículos del diario La Nación y La Capital? ¿Conocía algo así en otras provincias o países?

—La única noticia que tengo del tema es a partir de las notas periodísticas.

—¿Se tomó alguna medida al respecto, pedido de informes, pedido de explicaciones al Opus Dei, informe al Vaticano o inicio de alguna investigación, a partir de los relatos publicados?

—Las medidas correspondientes deben ser tomadas por la autoridad competente. En relación a los hechos publicados se ha recibido el comunicado del Opus Dei.

—¿El Arzobispado puede revocar la autorización a funcionar en su jurisdicción a congregaciones o Instituciones católicas que cometan ilícitos? ¿Quién si no?

—Sí puede, independientemente de que cometan ilícitos o no. De todas maneras, el Opus Dei no es una congregación, sino una Prelatura como usted bien lo afirma en su primera pregunta.

—¿Quiere darme una opinión personal sobre las denuncias de estas mujeres?

—Ante todo, toda persona que se sienta herida debe ser recibida, escuchada, contenida y acompañada por parte de la Iglesia. Creo que en todo hay que buscar la verdad de los hechos y escuchar a todas las partes. Las personas que se sienten damnificadas y consideran que han sido objeto de delitos por parte de personas de una Institución deben recurrir al sistema Judicial, que es quien en el estado de derecho resuelve las controversias o lesiones a la ley. Creo también que alguien es siempre inocente hasta que se demuestre lo contrario, cosa que debe establecer el Juez. Quiero decirle también que la Iglesia está compuesta por personas humanas heridas por el pecado. Jesús eligió doce apóstoles, uno lo negó tres veces; otro (Judas) lo vendió por treinta monedas de plata. La verdadera lucha es siempre la que se da contra el pecado que anida en nuestros corazones, en el mío, en el suyo, en los miembros del Opus Dei y en las personas que denuncian. Si los pecados que cometemos llegan a ser delitos, debe actuar el sistema judicial e intentar restablecer lo que es justo y en la medida de lo posible reparar el daño, dando las penas correspondientes. La Iglesia se somete al sistema de Justica y confía en el mismo. En caso que hubiere habido faltas o pecados (entendiendo que no toda falta moral o pecado constituye delito) entre miembros de una institución, se debe buscar la reconciliación y reparar el daño que se hubiese causado. No tengo los elementos necesarios para establecer la veracidad o no de lo que se denuncia. Además nadie me ha constituido juez en este caso.