El País (Uruguay), 30.08.2016

El cadáver descubierto el pasado domingo en La Floresta es de Arno Wollensak, nacido en Alemania y procesado con prisión en Uruguay en el año 2015 junto a su esposa.

Wollensak era el gurú y guía espiritual de una secta conocida en el país bávaro con el nombre de «Licht-Oase» (Oasis de Luz). Su esposa era una de sus principales asistentes.

La secta, que tenía unos 40 seguidores y también se auto denominaba como «La Familia», logró reunir un capital millonario. Sus integrantes debían donar todas sus propiedades como un requisito previo al ingreso. Se desplazaban por Alemania, Francia, Portugal y Bélgica.

En 2007, al saberse perseguida por la Policía alemana, la secta se disgregó. El gurú y su esposa viajaron de Europa a Surinam, donde consiguieron documentos falsos. El suyo estaba a nombre de Helmut Rosenthal. En 2008, arribaron a Uruguay.

El matrimonio compró una campo en Lavalleja y una hermosa chacra con orillas al río Santa Lucia. Por la chacra pagaron alrededor de US$ 400.000. Ese mismo año solicitaron en la Dirección de Migraciones la residencia legal en el país utilizado los documentos falsos adquiridos en Surinam. Pese a que tenían una requisitoria internacional de nivel rojo desde 2007, lograron sortear el accionar policial.

En junio de 2015, la jueza especializada en crimen organizado, Adriana de los Santos y el fiscal Juan Gómez los procesaron con prisión por uso de certificado público falso. Allí se supo que ambos estaban prófugos de la Justicia alemana por un «abuso sexual grave» a un menor de edad y se pidió la extradición que la jueza negó por la prescripción del delito. Unos meses después, fue liberado.

Ahora, el 28 de agosto, su cuerpo fue descubierto esposado, con las piernas atadas a la altura de los tobillos, cinta plástica tapando la boca, una bolsa en la cabeza y un precinto asegurándola, en las costas de La Floresta.

Lea Laasner, la joven que denunció abusos del líder de la secta alemana

Arno Wollensak, el hombre que fue encontrado muerto en La Floresta, era buscado en Alemania por varios casos de abusos sexuales, entre ellos el más conocido se trató del denunciado por Lea Saskia Laasner, una joven de origen suizo.

Laasner tenía 13 años cuando fue llevada por sus padres a la secta dirigida por Wollensak junto con su esposa, y permaneció allí durante varios años, viviendo en diferentes hogares de otros países hasta el año 2002, cuando logró escapar.

Por su parte, la madre continuó en la secta y, según confirmó el juez del caso Marcos Seijas a los medios, se encontraba en Uruguay viviendo con el matrimonio. Se presume que la mujer, también de origen suizo, volvió a su país.

La secta, que tenía unos 40 seguidores y también se auto denominaba como «La Familia», logró reunir un capital millonario. Sus integrantes debían donar todas sus propiedades como un requisito previo al ingreso. Se desplazaban por Alemania, Francia, Portugal y Bélgica.

Durante su cautiverio, Laasner fue designada como una esclava sexual ya que según anunciaba Wollensak, quien funcionaba como un gurú, este acto ayudaría a su crecimiento espiritual. El primer abuso se dio en 1994.

Wollensak y su esposa, Julie Ravell, fueron acusados en 2006 por nueve casos de abuso sexual, de los cuales varios ya prescribieron. En 2007 se dieron a la fuga y se trasladaron a Surinam, donde obtuvieron documentos falsos, fue en 2008 cuando llegaron a Uruguay.

Laasner escribió varios libros que cuentan acerca de su paso por la secta, los abusos que recibió y cómo logró escapar. En 2005 recibió el «Premio del Coraje» otorgado por la revista suiza Der Schweizerische Beobachter por su valentía al hablar en público.