La Voz de Vigo (España), Alejandro Martínez, 28.12.2014

La Orden y Mandato de San Miguel Arcángel no es la única secta que se estableció en O Val Miñor. Otros grupos pseudorreligiosos también eligieron durante la última década esta comarca para asentarse y desarrollar sus actividades. Los mismos detectives que destaparon la conducta del líder de los miguelianos también se encargaron de investigar a otros grupos sectarios hace ya más de una década. Hoy en día ya han desaparecido de Vigo y su entorno, pero durante sus inicios llegaron a contar con numerosos adeptos en la comarca de O Val Miñor.

Una de las más significativas que fueron descubiertas por la empresa viguesa Investigación Zentral en esta comarca fue la secta ufológica Nonsiamosoli, que traducido del italiano significa «no estamos solos».

Los líderes de la organización ocupaban un chalé en Gondomar y llevaban a cabo programas de radio en emisoras locales para captar simpatizantes. Aquel grupo que creía en la reencarnación de las almas llegó a tener más de medio centenar de miembros en O Val Miñor durante el cambio de milenio. También tenían adeptos en Vigo y O Baixo Miño, que participaban en los encuentros que llevaban a cabo en la sede de Gondomar. Se financiaban mediante aportaciones voluntarias.

Pregonaban el holocausto y la construcción de refugios ante la llegada del apocalipsis, a los que denominaban arcas, el lugar en el que tenían que refugiarse para poder sobrevivir a un mundo nuevo. Su fundador fue Giorgio Bongiovani, que en 1991 predijo que un gran asteroide destruiría la tierra.

La secta de Nonsiamosoli estuvo también presente en A Coruña, donde habían construido un refugio en el monte Zapateira ante un inminente fin del mundo. La policía registró su sede buscando un posible depósito de armas. Supieron que los líderes estaban adoctrinando a menores de edad en sus teorías sobre el fin del mundo y la salvación por medio de seres extraterrestres. Los agentes encontraron 200 litros de agua que habían almacenado para poder sobrevivir durante un diluvio universal que nunca llegó, según cuentan las crónicas de aquella época.

El responsable de la empresa Investigación Zentral, que por razones de su ocupación profesional omite dar su nombre, afirma que la secta fue perdiendo fuerza con el paso de los años. Según sus averiguaciones, los máximos líderes de la organización se encontraban en Gondomar. «Con nuestro informe este grupo se erradicó en España», destaca este detective.

El grupo Rama, otra religión de ovnis fundada por el peruano Sixto Paz, también contó con un grupo organizado en O Val Miñor. Los detectives pudieron infiltrarse en una de sus sesiones que se llevaron a cabo en un hotel de Vigo, donde llevaron a cabo grabaciones por medio de una cámara oculta.

La desaparición de un niño de cinco años llevó también a los detectives de Investigación Zentral a seguir los pasos hasta Madrid de otra secta considerada como destructiva en Europa, el grupo budista Sokka Gakkai de origen nipón.