S. C. – El País, Alicante – 06/05/2002
‘Es una lástima que haya utilizado su poder mental para someternos como esclavos a una veintena de personas’. Este párrafo, entresacado de la declaración judicial de un ex miembro del grupo sectario que operaba en Crevillent (Baix Vinalopó), resume la vida en el interior de la agrupación que lideraba el brasileño Paulo Chagas.
Integrantes de este grupo sectario tomaron matrículas y fotografiaron vehículos que consideraban ‘sospechosos’ para la seguridad de dicho entramado, según datos de la investigación oficial que se realiza sobre el mismo por los posibles delitos de estafa y daños psíquicos.
Según conclusiones de la Guardia Civil sobre la asociación, ésta podría conformar un ‘grupo organizado’ para la captación de adeptos con el fin de que asistieran a cursos y seminarios del líder. ‘Los cuales efectuaban desembolsos económicos bajo falsas promesas de curación de enfermedades, solución de problemas o éxitos profesionales’. En varios casos, estas ‘regresiones’ terminaron en problemas psíquicos, rupturas matrimoniales y pérdidas de empleo.
Las matrículas anotadas por los adeptos eran comunicadas a una miembro del grupo, funcionaria del Ayuntamiento de Elche, que recababa de Tráfico datos sobre dichos automóviles. El registro de la Guardia Civil en uno de los domicilios frecuentados por el maestro en Alicante descubrió un fax enviado al mismo desde el departamento de sanciones del Ayuntamiento ilicitano. En el documento se facilitaba la información pedida acerca de algunos coches oficiales. De los testimonios de algunos miembros del grupo de Paulo Chagas se desprende que éste era consciente del daño familiar causado a varios matrimonios, que habían terminado por separarse.
Paulo Chagas, considerado como la reencarnación de Jesucristo por integrantes de la congregación que dirigía, se encuentra en libertad provisional. Su detención y la de siete colaboradores se produjo el pasado mes de noviembre. Todos ellos están a la espera de la evolución de la instrucción que un juzgado de Elche sigue sobre el asunto. Sobre el mesías pesa también la prohibición judicial de acercarse a una veintena de personas, antiguos colaboradores de la asociación Shamballa, para que no pueda influirles en su nueva vida.
La funcionaria que recabó en Tráfico información sobre dichos automóviles fue una de las que más daños mentales sufrió tras haber obedecido al líder durante meses, según un informe psicológico. ‘En el momento de pasar la información de los vehículos, tenía un estado consciente alterado, motivado por su idealización hacia Paulo y por el hecho de que éste la había expulsado del grupo. Ella pretendía a toda costa ser readmitida’.
En la confesión manuscrita aportada al Juzgado por uno de los seguidores del brasileño relata su carácter ‘posesivo’. ‘Yo le había demostrado mi amor y obediencia ciega y él quería separarme de mi mujer, igual que había hecho con otros matrimonios. De esta forma, todo mi amor, mi tiempo y mi dinero habrían sido para él’. ‘Paolo me pedía que vigilara a mi mujer y a mi hija por si se pasaban al bando de los maridos afectados’.
Y agrega que Chagas quiso ‘enriquecerse a costa nuestra enganchándonos a los seminarios’, cuyos precio se fueron incrementado hasta llegar a los 275 euros, unas 45.000 pesetas.