Perfil (Argentina), 22.02.2024

Dos exmonjas denunciaron este miércoles las violencias psicológicas y sexuales ejercidas por un influyente sacerdote y artista esloveno a inicios de la década de 1990, marcando una nueva etapa en el escándalo que sacudió al Vaticano. En ese sentido, una de ellas afirmó que la obligaba a ver pornografía para poder «crecer espiritualmente».

En una rueda de prensa en Roma, Italia, las exreligiosas Gloria Branciani y Mirjam Kovac relataron los episodios con Mark Rupnik. El hombre, un exjesuita esloveno de 69 años, fue acusado de abusar sexual y psicológicamente de al menos 20 mujeres durante casi 30 años en una comunidad religiosa de Liubliana, la capital de Eslovenia.

«Me llevaba a cines pornográficos para ayudarme a ‘crecer espiritualmente'», apuntó Branciani, que fue miembro de esta comunidad hasta 1994. Al respecto, detalló que el sacerdote «decía que no crecería espiritualmente si no satisfacía sus necesidades sexuales», a la par que subrayó la manera en que sexualizaba los conceptos religiosos.

La mujer será próximamente escuchada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, encargada del caso. El padre Rupnik, cuyos mosaicos se exhiben en Lourdes, Fátima y Washington, invocaba por ejemplo a la Trinidad para obligar a las monjas a mantener relaciones sexuales con él en tríos, denunció Branciani.

Kovac, por su parte, denunció que su «libertad personal estaba cada vez más restringida».

La exreligiosa afirma haber sido víctima de abusos psicológicos y decidió abandonar la comunidad en 1996. «Éramos jóvenes pero nuestros ideales fueron explotados por abusos de conciencia, de poder, espirituales, físicos y a veces sexuales», relató.