El Tiempo (Colombia), Jesús Blanquicet, 15.11.2023
sde hace tres años, las autoridades le seguía la pista a un hombre que creó una secta religiosa en la que se autoproclamó como el ungido por Dios, y que usó como fachada para abusar sexualmente y aprovecharse económicamente de sus víctimas, principalmente mujeres.
Pero su actuar delictivo llegó a su fin. En las últimas horas, la Policía, en coordinación con la Fiscalía, logró la captura en el municipio de Envigado de alias El Ungido o “El Pa”, por los delitos de trata de personas agravada con fines de explotación laboral y matrimonio servil, en concurso heterogéneo y sucesivo con acceso carnal o acto sexual en persona puesta en incapacidad de resistir.
El hombre fue identificado por las autoridades como Edison Camilo Gómez Ruiz, quien fue denunciado por varias de sus víctimas, quienes dieron detalles de su actuar criminal.
Desde entonces, las autoridades iniciaron las investigaciones en las que recabaron declaraciones y entrevistas judiciales, testimonios, reconocimientos fotográficos y labores de campo.
Agentes de la Dijín lograron establecer la comisión de varias conductas delictivas conducentes a consumar delitos sexuales en contra de mujeres menores y mayores de edad, mediante diferentes artimañas, amenazas y coacciones psicológicas utilizadas por parte de este falso pastor.
“Durante la investigación se pudo evidenciar que Gómez Ruiz, proveniente de una de las comunas más vulnerables de la ciudad de Medellín, habría comenzado con su actuar delictivo desde hacía más de 20 años, cuando creó una secta religiosa”, aseguró al Dijín en un comunicado.
Según las denuncias, para el año 2018, durante un rito en el que participaron varias personas y en el que fueron utilizados varios elementos como trajes de seda traslucida, bebedizos, aceites especiales, dagas y armas de fuego, ‘El Ungido’ habría abusado sexualmente de una menor de 15 años, a quien supuestamente “la estaba limpiando y liberando de todo mal accediéndole carnalmente en frente de todos sus seguidores, incluso de un familiar de la menor”.
Las investigaciones determinaron que el hombre habría utilizado bebidas somníferas para someter a sus víctimas, además las habría amenazado con armas de fuego para, al parecer, convertirlas en sus esclavas sexuales.
Gómez Ruiz, también perfilaba a sus víctimas, buscaba mujeres que tuvieran solvencia económica para sonsacarles viajes al exterior, vehículos, inmuebles, armas y lujos que el mismo no podía costear.
“Tenía métodos de intimidación y chantaje para que sus víctimas hicieran lo que él les ordenara, les aseguraba que se comunicaba directamente con un ser superior y que en el momento que alguno de ellos tomara la decisión de abandonarlo, serían fuertemente castigados por este ser, advirtiéndoles constantemente que las consecuencias a las que se enfrentarían eran tan terribles que morirían de una manera lenta y dolorosa, obligándolas a quedarse bajo su dominio”, aseguró la Dijín.
En otras declaraciones se observó que a varias mujeres las obligaba a endeudarse para que invirtieran el dinero en cirugías estéticas de ellas mismas, y así satisfacer sus pervertidos deseos sexuales; además las explotaba laboralmente en una peluquería para conseguir dinero y viajar alrededor de Europa y otros países del mundo.
A este hombre un juez le dictó medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario.