El Correo Gallego (España), 25.10.2020
El padre José Antonio Fortea Cucurull, exorcista durante muchos años y autor de obras como Summa daemoniaca, Exorcística o Las leyes del infierno, hace años que se ha alejado de los medios de comunicación y que no concede entrevistas sobre sus vivencias durante el tiempo que practicó el oficio. Con todo, ha aceptado presentar al equipo de investigación de EL CORREO las bases del exorcismo.
Comenzando por el principio, el sacerdote nos define el exorcismo como “una serie de oraciones que el sacerdote oficia para que el demonio salga del cuerpo de una persona”. Partiendo de esta base, surgen muchas otras preguntas: ¿todavía hay exorcistas en la actualidad? ¿Con el alejamiento de la Iglesia hay más o menos posesiones? ¿Qué personas son susceptibles de posesión?
El padre accede a despejarnos todas las dudas que le planteamos.
MÁS EXORCISMOS DEBIDO A LA EVOLUCIÓN DEL ATEÍSMO
“Casi todos los exorcistas coinciden en que, actualmente, sí realizan más exorcismos que antes”, revela el sacerdote. En su consideración, “hay que tener en cuenta que nunca ha habido realmente estadísticas sobre este tema, así que no es fácil saber cuántas posesiones había antes y cuántas hay ahora”. Sin embargo, “lo que es evidente, es que ahora hay más ateísmo que en la época de Franco, por ejemplo, es decir, más que en el siglo XIX”.
Además, también explica el aumento de las posesiones debido a que “antes había más gente que, solo por ser católica, ya consultaba al exorcista ante la mínima duda, con razón o sin ella”. “La sociedad ahora sí que está más lejos de Dios, desde el punto de vista de la mentalidad católica”, asevera Fortea, sin dar lugar a dudas.
SÍNTOMAS DE POSESIÓN: EL CASO DE MANUAL
El padre explica que, el “caso de manual clarísimo” de una posesión es “el de una persona completamente normal que, a raíz de algo esotérico (santería afrocubana, espiritismo o satanismo, por ejemplo), empieza a sentir presencias, entra en trance, pone los ojos en blanco… Cosas así, que ya son suficientes para acudir al sacerdote a consultar”, indica. También hace referencia a “otros casos en que el sacerdote ora y la persona se pone como se ve en las películas”.
LAS SESIONES PUEDEN DURAR DESDE UN DÍA HASTA AÑOS
Otra de las preguntas que se nos viene a la mente es cuánto se tarda en expulsar al demonio del cuerpo. El padre se muestra tajante en esto: “Hay casos que acaban en una sola sesión y casos que requieren cuatro, siete o doce; unas veces, estas se realizan cada semana y, otras veces, una vez al mes; hay casos que se prolongan meses y otros que incluso llegan a años, aunque es raro, no es lo habitual, pese a que sí hay algún caso”.
Ante exorcismos de larga duración, queremos conocer si las personas son capaces de, una vez que abandonan la iglesia y al exorcista, llevar una vida normal. “Normalmente sí, aunque también hay casos de posesión tan fuertes que esas personas ya no pueden llevar una vida normal, ni acudiendo al psiquiatra, ya no pueden seguir trabajando ni nada”, apunta.
ADMITE QUE HAY ENFERMEDADES MENTALES, PERO TAMBIÉN POSESIÓN
Sobradamente conocido es que hay enfermedades mentales como la esquizofrenia paranoide que, dependiendo del grado, puede cursar con rechazo hacia la Iglesia y sus símbolos. El exorcista debe ser quién de diferenciar cada caso.
“Aunque puede haber errores por parte de cualquier sacerdote, ya que se puede equivocar, al igual que un juez o un policía, en principio ahí está el conocimiento y la experiencia para que no los haya”, indica el padre Fortea. Se muestra consciente de los hechos: “Ya sabemos que existe la enfermedad mental, ya sabemos que la esquizofrenia, a veces, cursa con rechazo a motivos religiosos o que una persona solo por motivos psiquiátricos puede decir estar poseída; eso ya lo sabemos”.
En su opinión, “a veces, algunos expertos son muy simplistas, sentencian que existe una cosa y no la otra”. “Nosotros no tenemos nada en contra de la Ciencia ni de los psiquiatras, nada. Sabemos, por supuesto, que hay enfermedades mentales”, incide, aunque asimismo indica que “si existe Dios, también pueden existir los ángeles y los demonios”.
No obstante, “si no existe Dios, no existe nada de lo otro, eso sí es verdad, si no existe Dios, todo es pura cuestión mental; pero si existe, también es verdad Lourdes, Fátima y demás”. Afirma que “luego ya se vería cuál es la religión verdadera (Mahoma, Buda, Dios…), pero ya no estaríamos hablando de ‘tonterías’”.
EXISTEN VARIOS DEMONIOS
No toda persona poseída, en caso de que el mundo espiritual sea real, lo está por el que tradicionalmente se conoce como Satanás. “La Biblia habla del demonio o los demonios usando varios nombres, pero siempre deja claro que se trata de muchos o, por lo menos, de varios”, cuenta el padre Fortea.
EL DEMONIO SE INTRODUCE EN LA PERSONA: LA OUIJA
La ouija es ese aparentemente juego inocente de invocación de espíritus utilizando una tabla con el alfabeto y un vaso de cristal. Pero, ¿hasta dónde llega su peligrosidad en cuestión de posesiones? “Afortunadamente, no todo el mundo que ha hecho ouija en España ha quedado poseído, si no serían muchísimos, pero sí que hay muchos que cuentan que durante el juego pasó algo”, explica el sacerdote, que añade que “sí hay algún caso de ouija en el que la persona notó que se le había metido algo, pero no es lo normal, si bien, a veces, pasa, de manera que se produce una posesión verdadera”.
Es por ello que el padre Fortea alude a diferenciar entre “notar algo alrededor (pelos de punta, que se encienda la luz…) y notar que algo entra dentro de ti (poner los ojos en blanco, empezar a hablar en otro idioma…), eso ya es posesión, lo cuál ya es harina de otro costal”.
DESDE LA EDAD MEDIA SABÍAN DE LA EXISTENCIA DE LOCURAS
“No sabemos por qué unas personas quedan poseídas y otras no”, asegura el sacerdote. Aún así, desmiente lo que tantas veces “se repite”, sobre que “antes había mucha incultura y por eso la gente creía que estaba poseída cuando en realidad se trataba de una enfermedad mental”.
Para empezar, “no tiene nada que ver la incultura, porque yo cuando ejercía, recibía a gente de todos los estratos sociales y de todas las formaciones académicas, incluso a psiquiatras”, de manera que “la incultura no es la razón por la que uno cree que existe el mundo espiritual o, por el contrario, no”.
Además, destaca que “en la Edad Media ya sabían que existía la enfermedad mental, aunque no la llamaban por ese nombre, tenía otros, pero sí sabían que había gente loca y en muy pocos notaban los síntomas de una posesión”.
SE LE PUEDE NOMBRAR EXORCISTA SIN QUE EL SACERDOTE LO SOLICITE
Finalmente, sobre cuántos exorcistas existen en la actualidad en nuestra comunidad, el sacerdote no ha sabido respondernos, si bien asegura que “es el obispo el que debe nombrarlos en caso de ver que una parroquia en concreto lo necesita”.
Ante esta solicitud, “el sacerdote no tiene por qué estar de acuerdo con el nombramiento, pero se presupone que lo estará, ya que se trata de hacer un bien a sus fieles”. “No conozco a nadie que se haya negado a practicar este oficio”, asevera el padre Fortea.
En Galicia, que se conozca, ejercen como exorcistas en la actualidad dos párrocos, el padre José Criado y el padre José Luis Portela.
Tras haber realizado varios trabajos sobre el tema de los exorcismos, y nunca haber conseguido contacto con sacerdotes que ejercieran esta práctica, debido a lo hermético del Vaticano en el tema, recibió una mañana de ese año la llamada del padre José Antonio Fortea, párroco en Nuestra Señora de Zulema, en Alcalá de Henares (Madrid), para ofrecerle el presenciar el exorcismo de una joven de 20 años en directo.
Sin pensárselo dos veces, accedió, pero siempre con el escudo de que aquello se iba a tratar de un montaje o de que ni siquiera llegaría a pasar nada.
SIN PUBLICIDAD Y A PUERTA CERRADA
“No quiero publicidad, si estáis aquí es porque os necesito para liberar a la chica y tendréis que ser muy prudentes, no podréis dar pista alguna que permita la identificación ni de la muchacha ni de su madre”, le dijo el padre Fortea antes de enfrentarse al ritual.
Precisamente, por eso, cuando Manuel contó, por aquel entonces, su testimonio en la prensa lo hizo atribuyendo nombres ficticios tanto a la joven chica (Marta), como a su madre (María), la acompañante durante toda esa sesión del exorcismo y consentidora de su presencia.
HABÍA PASADO POR 16 SESIONES PREVIAS
El párroco le puso, al llegar, en antecedentes del caso. Le dijo que se trataba de una joven que ya se había sometido a 16 sesiones de exorcismo para expulsar a los siete demonios que tenía en el cuerpo, pero que, pese a que había conseguido expulsar a seis, el séptimo, al que llamó Zabulón, se resistía.
“En una de las primeras sesiones le pregunté cómo había entrado el demonio en el cuerpo de la joven, y respondió un nombre que no conocía; su madre me dijo que era una compañera de clase, que había invocado a Satán para hacer un hechizo de muerte contra ella; tanto que, al principio, estuvo a punto de morir y, una vez que sanó, comenzaron los fenómenos raros”, explicó el padre Fortea a José Manuel, que seguía incrédulo ante el relato.
Hacía referencia a hechos propios de una película: muebles que se movían, objetos que se rompían, inquina hacia los objetos religiosos y una noche en que la joven apareció levitando sobre su cama.
La madre pedía ayuda desesperada y había acudido al párroco a espaldas de la familia “por miedo a que no lo entendiesen y quedase marcada para siempre”.
UN CHILLIDO SOBRECOGEDOR RONCO Y MASCULINO
José Manuel relata que todo comenzó “con el exorcista extendiendo su mano derecha e imponiéndola sobre el rostro de la joven, sin tocarla”, y añade que, en ese momento, emitió “un alarido desgarrador, el primero, que rompió el silencio de la capilla, penetró en mi alma y me puso la carne de gallina”. “No es humano”, asevera Manuel, que lo califica como “un chillido sobrecogedor y profundo que no puede ser de la joven, no es su tono de voz, es ronco y masculino”. Cuantos más santos invocaba el padre, más “se estremecía el cuerpo de la joven, moviendo su cabeza”. Tras tres horas de ritual, todos los esfuerzos fueron nulos. Cuando el párroco se fue, la chica regresó poco a poco a la normalidad.
“De pronto, se volvió hacia nosotros, abrió los ojos (que mantuvo en blanco durante tres horas) y nos lanza una mirada que no olvidaré mientras viva; sus ojos eran de otro mundo; nunca ví algo así”. Luego, prosigue José Manuel, volvió a la normalidad “sin apenas sudar tras tres horas de movimientos continuos e ininterrumpidos”.
CASTILLA Y VALENCIA, LAS QUE MENOS. En la otra cara de la moneda se encuentran Castilla y Valencia, “tierras más cristianas, con mayor práctica religiosa y, por tanto, con menos problemas en este campo”, señala. Es por esa razón que no hay un
exorcista por diócesis, porque no es necesario en la actualidad, ni mucho menos, “aunque sí podría haberlo si esa fuese la potestad del obispo”.
APRENDIZ DEL PADRE GABRIELE AMORTH. El maestro del padre Fortea en la profesión de exorcista fue el padre Gabriele Amorth (1925-2016), de la Diócesis de Roma, recientemente fallecido. El padre Amorth se hizo popular por sus libros, conferencias e intervenciones radiofónicas y televisivas en materia de posesiones. Fortea, por su parte, también recibió formación en Teología y, actualmente, ejerce, al igual que su predecesor, como escritor de ensayos sobre esta cuestión.
• ¿Qué tipos de demonios aparecen en las posesiones? Hay dos grandes tipos de demonios que provocan dos tipos de posesión: los ‘clausuri’ y los ‘aperti’. Los primeros hacen que el poseso cierre los ojos al entrar en trance, bajo los párpados los ojos están en blanco. Los segundo provocan una posesión en cuyos trances el poseso está con los ojos abiertos, mirando con furia y odio y hablando locuazmente. Son locuaces y violentos y hay que sujetarlos entre varios de los presentes. Un tercer tipo serían los ‘abditi’, los ocultos, que no dan señal de su presencia.
• ¿Cuáles son las causas de la posesión? Las causas que siempre se han dado para explicar por qué se ha producido una posesión son: el pacto con el demonio; asistir a sesiones espiritistas, a cultos satánicos o a ritos esotéricos; que un hijo haya sido ofrecido por su madre a Satanás; el maleficio. Nunca se contagia la posesión.
• ¿Es obligatorio un informe psiquiátrico para proceder al exorcismo? No, la idea de que es preceptivo un informe psiquiátrico antes de proceder al exorcismo no aparece en ningún texto normativo sobre esta materia. Si un obispo espera que un psiquiatra le diga ‘este hombre está poseso’, no se haría ningún exorcismo.
• ¿Por qué se necesita permiso del obispo para exorcizar? Al principio, en la Iglesia primitiva no se necesitaba permiso del obispo. Este ministerio se ejercía cuando se creía oportuno. Sin embargo, muy pronto se impuso la norma de que nadie lo ejerciera sin autorización del obispo. La Iglesia se dio cuenta de que este campo requería de una especial prudencia para evitar que iluminados y visionarios obraran por su cuenta.
• ¿Quién puede ser exorcista? Normalmente se ha insistido mucho en que debe ser un hombre muy virtuoso. Pero cualquier sacerdote puede hacer el rito del exorcismo, incluso sacerdotes no muy edificantes pueden expulsar a los demonios sin mayor problema, aunque necesiten más tiempo.
• ¿Pueden ser infestados los animales, objetos o casas? La posesión de animales, objetos o lugares se llama infestación. La posesión de lugares es común, la de animales no.