El Liberal (Argentina), 4.11.2018

“En casi todas las religiones se enseña que todos somos hermanos y que hay un solo Dios o Creador. Nosotros nos sentimos identificados con eso, tanto en las formas como en la esencia si hablamos de unidad. Por ejemplo Joaquín Trincado (fundador de la Colonia Jaime) dice que siempre buscaba ‘el asiento de Dios’, dónde se asentaba Dios, dónde él lo podía sentir”. Las definiciones corresponden a Marcela Lazo, presidenta de esta Asociación Civil que cree en el trabajo honesto, solidario y la constante capacitación. Pero que más allá de ello, poco se conoce de lo más íntimo de sus convicciones, de sus prácticas y lo que tienen por metas en sus vidas. En esta extensa entrevista, como vocera de la comunidad, brinda las revelaciones que nunca antes hicieron sobre los aspectos más reservados de una comunidad con características sumamente especiales.

Estudio

Para los colonos el estudio es fundamental, y es una enseñanza de Trincado, sobre quien relató: “Decide estudiar las distintas escuelas filosóficas del mundo, todas las religiones de 57 siglos atrás, y llega a Moisés, Abraham, Sócrates, Confucio, Giordano Bruno, el Buda, Krishna. Es decir, hace un pasaje por las grandes personalidades del mundo, como Jesús de Nazaret, María, para ver qué era lo que ellos hacían y promovían. Así se da cuenta que acorde a las épocas de cada uno, el mensaje era de alguna manera ‘conócete a ti mismo y a través de ese conocimiento vas a poder amarte y amar a los demás’. Además, cada uno iba diciendo de alguna forma diferente que todos somos hermanos y que venimos de un mismo Dios o Creador, y que por eso el hombre tiene el deber natural de reconocer en el otro al hermano. Entonces se da cuenta de que Dios está en cada ser humano. ¿Y cómo lo define en su propio concepto de su filosofía? Que está en cada uno a través de lo que él llama espíritu. Tenemos un espíritu que sale de ese Creador, como una chispa, energía, algunos le llaman conciencia”.

Reencarnación

Revela, entonces, uno de los aspectos más importantes de su filosofía: “Ese espíritu cuando va a encarnar por primera vez toma una parte de lo que se llama alma, concepto al que define como la esencia de los tres reinos de la naturaleza, por eso el hombre está conectado con la naturaleza, porque tiene en ella esos tres reinos (animal, vegetal y mineral). Entonces esa alma, que cumple también la función de archivo donde se registran las experiencias de todas las existencias, necesita para demostrar la vida un cuerpo. Y va creando en cada existencia un cuerpo. La persona nace, se desarrolla y muere en el proceso que todos conocemos y al que nosotros llamamos encarnar y desencarnar. Proceso natural del hombre para generar el progreso de la vida y del espíritu, acompañado del alma. Para él, no son dos cosas iguales: el espíritu es la energía, la luz, la sabiduría; el alma es el archivo y donde se asientan los tres reinos de la naturaleza; y la materia es lo que utiliza como herramienta para demostrar la vida. Porque todo es energía en el universo, uno polo positivo, otro negativo y uno neutro, que es el alma”.

La escuela del Universo

Continúa: “Por eso la reencarnación es parte fundamental de su filosofía, porque él dice que en el universo esto funciona como una escuela: empezamos en un mundo embrionario, pasamos a un mundo primitivo, luego al que estamos un mundo de expiación, donde tenemos que saldar deudas que hemos traído de otras vidas, de otros mundos, para pasar recién a lo que sería la universidad de la vida. Se podría decir que estamos en el bachillerato del universo. Por eso es un mundo tan movido, con tantas cosas positivas y negativas; y es una lucha permanente de lo que comúnmente se llama el bien y el mal, de los que queremos progresar y de los que decidimos no progresar”. “Dentro de la organización del Universo, que la ley del amor es la que lo rige (también están las leyes de justicia, afinidad, igualdad, etc.), dentro de ese orden el hombre siempre nace por el hombre y la mujer, no se encarna en una persona que ya vive ni en un animal ni en una planta, sino que al nacer cada espíritu forma su propia materia, elige sus padres que va a tener, el contexto en el que se va a desarrollar y la misión que viene a cumplir”, más allá de que en algunos casos se reniegue justamente de alguna o todas esas circunstancias, admite.

Un librepensador

En cuanto al fundador, contó: “Antes de desarrollar su filosofía, Joaquín Trincado pertenecía a un grupo de librepensadores, porque él dice que cada uno se tiene que analizar y sacar sus propias conclusiones. En el caso nuestro, sobre la base de nuestra filosofía, pero al mismo tiempo él nos insta a que estudiemos todo lo que contribuya al conocimiento, todo lo que permita básicamente conocerse a uno mismo. Entonces, se pueden estudiar las distintas religiones, las distintas doctrinas filosóficas, como él lo hizo y sacó sus propias conclusiones. Así fue como se dio cuenta de que con el correr de los siglos, todos los que han estudiado venían diciendo ese mensaje universal: venimos de un mismo origen y nuestro deber es reconocer que todos somos hermanos”.

Los nombres de Dios

Señala Lazo que admiten la existencia de Dios: “A Dios lo llamamos Dios, Creador, Eloi. Él es quien nos brinda un universo con un orden para nuestra existencia. Al ser la vida eterna y continuada, estamos naciendo encarnando y desencarnando. A veces sucede que decidimos no seguir con nuestra misión y el espíritu decide irse. Esas son decisiones de cada espíritu, no las toma el Creador. También enseña que ‘si odias tendrás que amar y si matas, con tus besos tendrás que resucitar al muerto’, que esos son los mandatos con los que salimos del Creador”. “No tenemos todas las respuestas de quiénes hemos sido en otras existencias o cuál es nuestra misión, pero sí el conocimiento suficiente para lograr nuestro desarrollo, como ir dándonos cuenta de nuestras tendencias y capacidades para comprender qué hemos venido a cumplir en esta existencia”, reconoce también. En definitiva, un integrante de la colonia aspira a lograr “la vida en comunidad”, plena, total, sin restricciones ni mezquindades, “lo que él llama la Comuna de Amor y Ley”, define Marcela en alusión a Joaquín Trincado.

Según esta filosofía, es el “espíritu lo que va evolucionando”

Concretamente sobre qué es el espiritismo para la Colonia Jaime, Marcela Lazo, precisó: “Trincado explica que esa lucha (lograr convivir sin mezquindades) viene dada principalmente por el espíritu, que es lo que va evolucionando. A esa unión, a ese conocimiento, él le llama espiritismo”. Ejemplifica luego: “Me ha tocado pasar situaciones desagradables con personas difíciles, pero no por ello deja de ser un ser humano. Cuando uno interpreta el valor de cada persona, se puede relacionar y convivir con los demás de una manera adecuada, y no con miedos (desconfianza o prejuicios), de que el otro me va a dañar. Sí vivimos en un mundo que no es fácil, pero también es bueno darse la oportunidad de sentir todo esto. Y la convivencia pule en esos aspectos. A su vez la vida comunal lo que permite es pulir el carácter, porque hay que levantarse todos los días, y comenzar a compartir desde el modo de saludar. Si hay diferencias, hay que buscar la manera de tratarlo y seguir adelante. Siempre buscando herramientas de aprendizaje para ayudar en nuestras definiciones. Eso es lo que promueve básicamente el espiritismo. Lo que hace la Colonia Jaime a través del espiritismo, que muchas veces la gente se pregunta qué es, es eso, reconocer que venimos de un mismo origen y que tenemos un mandato, un propósito común de reconocer en el otro a un hermano. Cumpliendo con eso, lo otro se puede ir perfeccionando”.

Hablar con los muertos

“Muchas personas relacionan el espiritismo con hablar con los muertos, que es algo que siempre nos preguntan”, recuerda Lazo, para luego explicar este aspecto de su filosofía: “Para nosotros, todas las personas estamos conectadas permanentemente con lo espiritual, es parte de nuestra vida. Muere un familiar, un amigo y podemos sentir su presencia, verlos en sueños, quizás entender que nos dejan un mensaje, que en ocasiones cuando pasamos momentos difíciles sentimos su presencia y compañía. Pero no es hablar con los muertos, sino reconocer una conexión espiritual y sentirlos cerca de nosotros”. Según estas creencias, el espiritismo también explica por qué “a veces sentimos rechazo por ciertas personas y afinidad con otras. Porque ya nos conocemos espiritualmente. Es algo muy natural y que nos pasa con nuestros abuelos, padres o con personas muy afines, de quienes nos cuesta separarnos”.

Maestros

Entonces, ¿cuándo alcanza el punto máximo de evolución cada ser, según sus creencias? Lazo responde: “Cuando uno desencarna, empieza a ver su archivo, su alma, y ve lo que logró y lo que le falta, y ahí vuelve con otro programa porque ya vio lo que le quedó por hacer. Según Joaquín Trincado, el mandato más grande es que el Creador nos lanza al Universo y nos dice: ‘Ved, hijos míos y acrecentad la creación. Y cuando sean maestros, volved a mí que yo os espero’. Cuando uno recibe ese título de maestro, después de haber atravesado todo ese abanico de aprendizaje, vuelve al Creador como maestro y Él los envía como maestros a enseñar a mundos inferiores, como nosotros interpretamos que han sido Moisés, Abraham, Jesús, María. Seres de grandes espíritus, seres de luz les llamamos que han venido a traer sus conocimientos, a solidarizarse con la Tierra misma”, define Marcela.

Ceremonias

Por lo demás, la vida en la comuna sigue ciertas pautas no muy diferentes que las de otras sociedades. “Nosotros también nos casamos, por casamiento civil, luego se hace un compromiso interno. Cuando nace alguien se lo presenta a la Escuela Filosófica, es un proceso espiritual al que a su vez le damos forma material. Son mecanismos para formalizar ciertos aspectos (de las relaciones y etapas de la vida), pero para nosotros la vida en comunidad es lo que uno le da a las personas que viven con uno, y en el caso nuestro a la provincia, al país y al mundo todos los días. ¿Cómo honramos a Dios, al Creador? Haciendo estas cosas todos los días, buscando ser buenas personas, reconociendo al que viene, a aquellos con quienes compartimos, con quienes trabajamos, como nuestro hermano. Haciendo tareas que unan, que realmente nos permitan compartir. Una escuela que nos viene a visitar, un productor que viene a recibir información, o nosotros cuando nos vamos a capacitar. La vida en comunidad es el fin que promueve el espiritismo”, que es “el gran desafío del ser humano, no solamente de la Colonia Jaime”.