Associated Press, Dake Kang, 22.03.2017

Es ocho veces más grande que la Ciudad del Vaticano y su tamaño es tal vez el doble que el de las antiguas ruinas de Angkor Wat de Camboya, lo que lo hace posiblemente el centro religioso más grande del mundo. Pero pocos budistas han oído hablar del Wat Dhammakaya, un extravagante complejo de templos al norte de Bangkok que ha motivado una fuerte disputa entre los monjes y los militares que gobiernan Tailandia.

Una cúpula bañada en oro en el centro del complejo parece rondar como un ovni sobre centros de meditación tan grandes que podrían acomodar a millones de devotos procedentes de más de 30 naciones. Cuenta con una oficina de 15 pisos con forma de globo, que los fieles llaman «las Naciones Unidas del Budismo», y tiene un salón de asambleas que admite a miles de budistas.

Durante casi un mes, el templo fue sitiado por más de 3.000 soldados y policías. La policía quería arrestar al abad, Luang Por Dhammajayo, quien fue acusado de lavado de dinero. Es un caso complejo en el que se entremezclan el dinero y la política, y que podría marcar el futuro de Tailandia, según observadores.

¿QUÉ HACE QUE DHAMMAKAYA SEA DIFERENTE?

El proselitismo de Dhammakaya, impulsado por el sector privado, es inusual en una secta budista. Maneja centros de meditación desde Bélgica hasta Bahréin, Singapur y las Islas Salomón y tenía un canal que transmitía las 24 horas, hasta que las autoridades lo cerraron en diciembre.

Hay quienes dicen que el movimiento Dhammakaya hace una interpretación poco ortodoxa del budismo. En lugar de enfocarse en la superación del ciclo de sufrimiento, su prédica habla de una batalla cósmica entre la luz y la oscuridad, y exhorta a sus fieles a que traigan a otros creyentes para promover la paz mundial.

Un complejo de 12.000 metros cuadrados está reservado para 400 «meditadores avanzados» y cuenta con máquinas para hacer gimnasia, carritos de golf japoneses y un sistema de vigilancia con un circuito cerrado de televisión. Solo los monjes de mayor jerarquía tienen acceso a otras áreas del complejo amurallado.

Dhammakaya considera las actividades de este mundo como una parte crucial de su misión divina y atrae sobre todo a personas de clase media que tienen problemas para identificarse con el budismo tradicional.

«Cuando voy, rezan y rezan y rezan… uno se aburre», dijo Manoj Hemprommaraj, un devoto de Dhammakaha. «Soy una persona normal, pero si me fijo un objetivo, puedo ayudar, puedo enseñar. En la vida hay que dar el 200%».

Las donaciones son igualmente valiosas. Las cajas que aceptan donaciones tienen carteles con inscripciones como «Ingreso al cielo». Dhammakaya dice que ha recibido cientos de millones de dólares de un millón de personas a lo largo de los años.

Sus detractores afirman que el templo engaña a la gente común para construir viviendas de lujo para monjes corruptos. Abundan los relatos de personas a las que les piden donar los ahorros de sus vidas para afianzar sus lazos con el templo. En la época de la redada, los medios locales publicaron imágenes de las salas de ejercicios y de masajes, de los carritos de golf y de los condominios de vidrio y acero del complejo. Los diarios dijeron que el templo costó 350 millones de bahts, o 10.000 millones de dólares, cifra que Dhammakaya dice es exagerada.

«Es grande, pero sencillo y práctico», afirmó el portavoz de Dhammakaya Phra Pasura Dantamano. «Paerce algo exorbitante por la cantidad de gente que viene».

¿POR QUÉ DHAMMAKAYA IS SE INVOLUCRÓ EN DISPUTAS POLÍTICAS?

La junta militar que gobierna Tailandia dice que la emprendió contra el templo por una sencilla razón: fraude. Uno de los fieles de Dhammajayo, el director de una cooperativa de crédito, fue condenado a 16 años de cárcel por un desfalco del equivalente a unos 40 millones de dólares que habían sido donados al templo, según la policía. El abate Dhammajayo fue acusado de lavado de dinero y de recibir propiedad robada.

La secta afirma que Dhammajayo no sabía que era dinero sucio. Y algunos fieles creen que el gobierno militar está tratando de consolidarse en el poder a través de esta maniobra. Si bien el templo dice ser neutral en política, hay quienes creen que apoya al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, derrocado en el 2006 por un golpe militar promovido por sectores conservadores. Thaksin se fue del país para no ser detenido, pero sigue siendo una fuerza política importante.