Diari Ara, Enric Borrás, 24.09.2016

[Traducción: Miguel Perlado]

La directora del Centro Especial de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de las Desigualdades (CREA), Marta Soler, ha presidido hoy una rueda de prensa que todavía ha enredado más la polémica alrededor de este grupo de investigación de la Universitat de Barcelona (UB) acusado de ser una secta. «Queremos presentar un estudio externo que demuestra la carencia de fundamento de la manipulación informativa de algunos medios sobre el CREA», empezó diciendo Soler, a pesar que la Universidad ya ha hecho llegar a la Fiscalía ocho denuncias de alumnas y profesores contra el grupo, según la UB. CREA ha contratado un psicólogo, Jose F. Aguado, para demostrar que no es una secta, y su informe, que pueden leer aquí, refuerza esta posición, pero algunos colegas suyos dudan que pueda servir para ello o que se haya hecho correctamente.

Este diario pudo hablar en junio con cuatro exmiembros de CREA que referían exceso de trabajo, reuniones y tareas obligatorias mucho más allá de los contratos laborales, control de la vida y las relaciones personales por parte de dirigentes del grupo –se habría llegado a definir con quien se podía relacionar o no un miembro–, e incluso de episodios de acoso sexual. La web Afectadoscrea.org reúne algunos de estos testigos, pero Soler lo niega todo: «Siempre hemos defendido la libertad individual de cualquier miembro para participar en cualquier actividad que no esté incluida en su contrato», afirmó. Según lo CREA, las críticas que recibe, que se arrastran desde el 2004, son una respuesta a una campaña suya contra el acoso sexual en las universidades. Por lo tanto, según Soler, los medios que se hicieron eco de la versión de los críticos llevan a cabo un «acoso sexual de segundo orden». CREA también ha reunido el apoyo de unos cuarenta profesores e investigadores internacionales.

El psicólogo contratado por CREA ha hablado con el 80% de los miembros actuales  –59 personas, 27 familiares de miembros y siete exmiembros– y para hacerlo se ha basado en un estudio previo sobre el análisis de víctimas de grupos abusivos hecho por dos investigadores de la UB y de la Universidad Autónoma de Madrid. Uno de los autores del estudio en que se ha basado Fernandez Aguado, el psicólogo investigador Omar Saldaña, explica que las personas que forman parte de un grupo abusivo «a menudo no se dan cuenta de los abusos hasta que salen y reflexionan sobre la experiencia». Aguado ha reconocido ante la rueda de prensa que tan sólo ha entrevistado siete exmiembros de CREA y que ninguno de ellos es crítico con el grupo. Por su parte, el psicólogo experto en sectas Miguel Perlado pone en entredicho la metodología del informe que exculpa lo CREA: «No sé si es un grupo manipulador o no, pero este informe tiene afirmaciones más que cuestionables».

A pesar de que Saldaña no quiere evaluar el trabajo hecho por un colega profesional sin haberlo estudiado exhaustivamente, coincide con Perlado que el informe presentado por CREA no puede servir para descartar que pudiera sea un grupo abusivo. Una buena parte del documento se basa en la escalera PAEGS (Psychological Abuse Experienced in Groups Scale), hecho a partir de un cuestionario cerrado y según el cual CREA afirma que con un 0,22, está muy por debajo de la media de grupos no abusivos (3,9). Esta cifra consta en un primer resumen del informe de Aguado, que hoy no se ha entregado a los periodistas. Según esta escala, CREA sería aún más perfecto como grupo que la mayoría de entidades que no presentan derivas sectarias. «Ni ésta ni ninguna otra escala de autoinforme puede servir para decir que un grupo es abusivo», avisa Saldaña, y añade que utilizada «con mucha ética y precaución», puede ser tan sólo un elemento de diagnóstico más.

El psicólogo contratado por CREA ha destacado que no hay «aislamiento» del entorno y la familia entre los miembros del CREA, que el grupo no es abusivo «porque es un instrumento al servicio de las personas y no al revés», que no hay control de la vida personal de los miembros, que es fácil dejarlo y no se emprenden represalias contra quienes lo haga. Eso sí, también ha asegurado que «no se puede afirmar que sea un grupo de manipulación psicológica o no», ya que esta evaluación «es imposible» porque sólo hay «personas que salen dañadas o beneficiadas por el grupo». Perlado, por su parte, recuerda que los grupos manipuladores suelen tener diferentes niveles de adscripción y que los miembros pueden quedar apartados de los núcleos más íntimos en donde se ejerce el abuso, y que por ello no se pueden tratar todos en bloque.

Aguado, que se presenta como un «experto» en grupos de manipulación psicológica y miembro de la International Cultic Studies Association (ICSA), asegura que ha tratado a más de un centenar de exmiembros de sectas pero no ha querido decir cuánto dinero ha cobrado del CREA por el informe que exonera el grupo. «¿Cobrar de un grupo para demostrar que no es manipulador? La pregunta a hacerse quizá es si acaso es ético hacerlo», dice Perlado; no contesta, pero sí que tiene clara una cosa: «Yo no lo haría». Aguado también destaca que los miembros del CREA sienten que forman parte de un grupo «especial» y más avanzado que su entorno, mientras que son «poco críticos» con el grupo y no encuentran ningún aspecto negativo. A la vez, añade, «el grupo tiene un alto nivel de proselitismo».

En la rueda de prensa también ha hablado el abogado del CREA, Matias Griful, que ha recordado que la Universitat de Barcelona ya envió a la Fiscalía las primeras denuncias en 2004 y que no prosperaron. Entonces, la Universidad también hizo un informe reservado sobre el caso, según ha confirmado el centro al Diari Ara, pero Griful duda que exista porque no los lo han querido dar nunca. Desde la UB afirman que es reservado y no lo difundirán. El abogado también ha afirmado que todavía no se han podido personar ante las ocho denuncias presentadas este verano y considera que ésto pasa porque el caso «no tiene suficiente entidad para generar ningún tipo de actuación legal contra CREA ni contra sus responsables». Griful también ha abierto la puerta a emprender acciones legales contra los que han denunciado a CREA: «Una vez hayamos podido acceder a esta información legal desde el CREA, se determinarán todas las responsabilidades porque evidentemente se ha generado un daño contra miembros del CREA y sus familias».