Ciudad (Argentina), 10.05.2012
Pasaron siete años y, de la mano del tiempo, hubo un gran cambio en su vida. Jimena Cyrulnik estuvo en «Intrusos» y repasó cómo fue aquella búsqueda espiritual que la llevó tanto a cambiar de religión como a raparse la cabeza.
«En un momento de mi vida estuve en contacto con algo de lo que se habló, no era una secta, sino algo espiritual. Vengo a apoyar la causa de que se sepa que hay mucho chanta dando vuelta, sobre todo cuando uno está vulnerable», comenzó a relatar la modelo en el programa deJorge Rial.
Cyrulnik rememoró un momento difícil de su vida: «Yo estaba mal, buscaba un apoyo y empecé a aferrarme a lo espiritual. Lo importante es no aislarte de tu gente, no ver más a la familia, a los amigos de toda la vida. Lo mío fue un cambio espiritual del que yo tomé la decisión. Nunca seguí a nadie. Seguí la historia de Jesús y lo tomé como mi maestro. Primero empecé a leer filosofía hindú y después terminé hablando con curas. Encontré una fe enorme que antes no tenía. Era muy escéptica. Es verdad que en un momento se dijo que yo estaba en una secta cuando me rapé».
Entonces, la conductora amplió: «Eso fue hace 6, 7 años. Después de la llegada de mi hijoCalder, de tres años, vivo más lento. Venía muy acelerada, desde que terminé el colegio. Había contenido mi rebeldía y explotó. Empecé en la joda, a divertirme al extremo, dejé de comer. Y ahí dije ‘basta’, tengo que frenar. No tuve adicciones porque cuando dije que no quería más, lo dejé. Era algo intenso, unos meses de divertirme por demás y la corté. Y cuando la corté, me pasó todo esto. Me había asustado de mí misma. Me sentía muy vacía y empecé con Osho, con la religión católica. Con mi espíritu rebelde fui a buscar en otra religión, porque yo soy judía: me enamoré de la historia de Jesús».
Sobre cómo decidió raparse la cabeza y cómo fue su cambió, detalló: «En ese momento estaba tan intensa (sic) que salí a contarlo y fue lo que se vio. Sentía que tenía que empezar a dar, me traje a mi abuela de 97 años a vivir conmigo, la saqué del geriátrico y me empecé a dedicar a eso. Estaba en una situación extrema. Había leído que el pelo tenía karma, energía mala y buena, y lo hice. Me rapé. Estaba viviendo otro mundo. En ese momento iba a los hospitales, me iba a visitar a los nenitos enfermos del Gutiérrez, había muchos con tratamiento de quimioterapia y se sentían identificados conmigo, dentro de todo es pelo».
A pesar de ese aprente giro positivo, Jimena reconoció que su familia estaba muy preocupada po ella: «Mi vieja estaba muy asustada y la verdad es que en un momento me alejé de mi familia y de mis amigas. Creyeron que estaba loca y en cierto punto, sí, estaba loca. Hay miles iglesias evangélicas y en algunas a mí me decían cosas que me hacían ruido. El mensaje es que no se alejen de la familia, porque cuando uno está mal, está más vulnerable. Se me acercaba gente a pedirme que vaya a la tele a hablar de las congregaciones o mis experiencias». Y puntualizó: «Vine porque me da pena la gente que está vulnerable y cae en estas cosas. Hoy soy una persona de fe, de mucha fe: creo, pido, rezo. Lo que soy yo, se llama ‘judíos mesiánicos'».